Agricultores de Laos mejoran subsistencia con nuevos vínculos transfronterizos

Viajeros esperan el Ferrocarril Laos-China, que facilita la comunicación por tierra con el resto del mundo, en un país sin salida al mar, y que también ayuda a abrir mercados externos para sus productos agrícolas. Foto: Bridget Dooley / IPS

VIENTIÁN – El terreno montañoso en el norte de Laos ha restringido hasta ahora las posibilidades de que los agricultores en gran parte de la nación exporten sus productos, limitándolos principalmente a la producción de subsistencia y también frenando el desarrollo, la educación y la reducción de la pobreza en sus comunidades.

Pero a medida que crece la infraestructura y el transporte en la “tierra de un millón de elefantes”, la nación del sudeste asiático, situado en la península de Indochina, pasa de no tener salida al mar a estar conectada por tierra.

El Ferrocarril Laos-China es la más notable de estas transformaciones, creando un medio de alta velocidad para llevar personas y bienes a través de algunas de las provincias más remotas, particularmente en el norte, y brindando a los agricultores acceso a nuevos mercados para vender sus productos.

Todavía es demasiado pronto para medir el impacto económico del ferrocarril, que se inauguró en diciembre de 2021, en las comunidades cercanas.

A través de la Iniciativa Mano de la Mano (HiH, en inglés), la Organización de las Naciones Unidas para la  Alimentación y la Agricultura (FAO) tiene como objetivo aprovechar el potencial de este diamante en bruto para beneficiar a los agricultores laosianos atrayendo inversores que apoyarán el desarrollo de una ruta económica verde a lo largo del camino para empoderar de manera sostenible a las comunidades locales que actúan como administradores de la tierra.

La limitación de los pequeños mercados 

La inversión en Laos a través de HIH tiene el poder de ampliar las opciones de mercado para los productores y también mejorar su poder de negociación colectiva y su potencial de ingresos. Actualmente, muchos de estos agricultores obtienen pequeñas cosechas no por circunstancias naturales sino por la falta de compradores, procesadores y exportadores de sus cultivos y ganado.

Al vivir en un país fértil y relativamente grande para su pequeña población, los agricultores laosianos están preparados para “pasar de la agricultura de subsistencia a la agricultura empresarial”, dice el representante de la FAO en el país, Nasar Hayat.

Debido a que los agricultores tienden a invertir sus ganancias en sus familias y comunidades, apoyar su potencial de ingresos beneficia directamente a las comunidades, agregó en una entrevista con IPS en Vientián, la capital del país.

“Cuando un agricultor gana, pone ese dinero en los hogares, en la nutrición y educación de sus hijos, en los negocios locales. No hacen un viaje a Europa y agotan los fondos de sus comunidades”, detalló.

Para aprovechar este potencial de ingresos, Hayat dice que los agricultores laosianos deben trabajar colectivamente y recibir apoyo a través de la accesibilidad al mercado, la capacitación científica y la investigación y el desarrollo, todo lo cual puede ser respaldado por inversores.

Estos avances pueden allanar el camino para un desarrollo positivo a largo plazo, añadió.

En Laos, con más de siete millones de personas, las fértiles llanuras del sur y del centro del territorio históricamente han sido vistas como el granero del país. Pero la iniciativa tiene como objetivo aumentar la capacidad del norte montañoso.

Como resultado, el té, que crece en los bosques de montaña, la mandioca o yuca, que se puede cultivar en las laderas, y el ganado, que se cría en cualquier terreno, son los productos incluidos en HiH, también conocido por Hand in Hand, su nombre en inglés.

La propietaria de la granja Nam Phu Vieng, Vanheung Duanglasy, posa con su ganado en las afueras de Vientián, la capital de Laos. Foto: FAO

Solo una fábrica de té

En la brumosa y montañosa provincia norteña de Oudomxay, en el pueblo de Ban Phouhong, con 270 habitantes, los miembros del grupo étnico khmu se han ganado la vida recolectando té de manera tradicional durante los últimos ocho años.

Recoger las hojas requiere habilidad y destreza, y las hojas son potencialmente muy valiosas, pero lamentablemente los recolectores de Ban Phouhong tienen ganancias limitadas debido a un mercado exiguo: solo se puede acceder a una fábrica, lo que otorga a su propietario un monopolio de facto sobre el té de la zona.

Como resultado, el propietario de la fábrica ha mantenido bajos los precios que paga a los productores, en absoluto acordes con las tasas de inflación y el aumento del costo de vida.

El té recolectado genera solo entre 15 000 y 20000 kip laosianos por kilo (1,20 dólares estadounidenses), una tarifa que se ha mantenido constante mientras los precios de los alimentos y la gasolina se han disparado.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

El mercado limitado también significa que solo se recolectan dos tercios de las hojas valiosas de los árboles, porque estas hojas más antiguas son las únicas que compra y procesa la fábrica cercana.

Mientras tanto, los cogollos de té, que pueden ser la parte más valiosa de la planta, se dejan sin recolectar.

La inversión en Ban Phouhong podría dar a los recolectores acceso a sus propios medios para procesar estos valiosos brotes.

Además, si bien los trabajadores han sido capacitados en recolección, carecen de los conocimientos necesarios para hacer crecer sus propios emprendimientos: “Queremos sembrar más plántulas, pero no sabemos cómo».

«Solo una familia sabe cómo sembrarlas y no ha estado aquí durante años”, dijo un recolector. Con inversión, los aldeanos esperan obtener la formación científica que necesitan para tomar el control de su propio potencial de crecimiento.

Cerca de Vientián, en May Park Ngum, un grupo de cultivadores de yuca ha estado desperdiciando hasta 15 toneladas métricas de yuca por día de cosecha, lo que equivale a unas 100 toneladas métricas de yuca desperdiciada cada año, debido a los límites de su mercado local de yuca.

La historia de estos agricultores destaca cómo los beneficios potenciales de la nueva conectividad de Laos no se limitan a las provincias rurales y remotas.

Después de que un intermediario de exportación no pagara a los productores de May Park Ngum por su mandioca, lo que representó una pérdida de unos 1200 dólares por familia, los agricultores se han mostrado reticentes a aceptar cualquier cosa que no sea efectivo por sus cultivos.

Como resultado, han reducido su área de cultivo a la mitad y también han estado acumulando yuca sin vender, gran parte de la cual han tenido que desechar porque se ha echado a perder.

Trabajadores ganaderos en la granja Nam Phou Vieng, en Laos. Foto: Bridget Dooley / IPS

Productores recurren a los pesticidas

Como resultado de esta pérdida, los agricultores lamentablemente han comenzado a buscar formas menos respetuosas con el medio ambiente de aumentar sus ganancias, incluso cuando no están seguros de quién compraría esos cultivos.

“Hemos estado experimentando con pesticidas en una pequeña porción de nuestra tierra. Descubrimos que esto podría aumentar nuestro rendimiento de tres toneladas métricas de yuca por hectárea por año a cinco toneladas métricas de yuca por hectárea por año”, dijo un productor.

Sin embargo, con compradores más confiables, los agricultores podrían mantener sus métodos de cultivo orgánico actuales mientras duplican su potencial de crecimiento, duplicando a su vez las ganancias de sus 50 trabajadores por hora y, lo que es más importante, asegurando que sus cosechas no se desperdicien.

Aprovechar al máximo el poder de expansión del mercado del ferrocarril depende de seguir estrictas normas de exportación.

Para el ganado, la exportación requiere vacunación para prevenir la propagación de enfermedades transfronterizas. Si bien la vacunación inicial es costosa, se amortiza varias veces a través de las ganancias.

La propietaria y operadora de la granja Nam Phu Vieng en la provincia de Vientián, Vanheung Duanglasy, dice que el alto costo de vacunar contra la enfermedad cutánea nodular contagiosa le impide vender más animales, a pesar de que tiene la capacidad de criar muchos más.

Si bien tiene contactos con compradores confiables en Vietnam, la vacunación cuesta alrededor de 45 dólares por vaca cada tres meses, lo que limita significativamente la cantidad de vacas que puede criar para la venta.

Al igual que los agricultores de mandioca, el propietario de Nam Phu Vieng dice que con inversiones y más compradores, su finca podría producir mucho más, aumentando sus ganancias y permitiéndole contratar a más trabajadores de su comunidad local.

T: MLM / ED: EG

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe