NACIONES UNIDAS – Las agencias humanitarias de las Naciones Unidas trataban de multiplicar su ayuda a Pakistán este lunes 5, al persistir la emergencia por las inundaciones que han afectado gran parte de ese país en las última semanas y ante el riesgo de nuevas lluvias con mayores daños y pérdida de vidas.
Las lluvias monzónicas torrenciales que han azotado a Pakistán durante las últimas semanas provocaron inundaciones y aludes devastadores, dejaron al menos 1280 muertos -400 niños- y 6000 lesionados, y tienen bajo el agua más de un tercio del territorio del país.
Se destruyeron más de 1,1 millones de viviendas, e infraestructura esencial, y están afectadas más de 33 millones de personas, 15 % de la población del país. Los daños materiales ya registrados se estiman en más de 10 000 millones de dólares.
Más de 6,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente, según las agencias de la ONU, y las necesidades más acuciantes son albergue, agua potable y alimentos, así como cuidados sanitarios, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que en las actuales condiciones es muy fácil la rápida transmisión de enfermedades que pueden ser mortales, como la diarrea, el cólera, el dengue o la malaria.
Casi medio millón de personas viven en campamentos, pues Pakistán acoge a 1,3 millones de refugiados de Afganistán y unos 400 000 de ellos están en áreas muy afectadas por las inundaciones, recordó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Las agencias de la ONU, en apoyo al gobierno pakistaní, han proporcionado ayuda alimentaria a 300 000 personas y agua potable a 55 000, además de desplegar 14 clínicas móviles para brindar servicios de atención médica.
También han entregado más de 71 000 artículos de socorro de emergencia, incluidas tiendas de campaña, lonas de plástico, productos sanitarios, cocinas, mantas, lámparas solares y colchonetas para dormir a refugiados afganos y comunidades de acogida en Pakistán.
El gobierno ha trasladado a decenas de miles de personas a lugares seguros, trabaja para drenar agua de diques y embalses peligrosos, y renovó sus alertas por posibles nuevas inundaciones y deslaves con más lluvias en los próximos días.
Hay preocupación por el aumento de nivel en el lago Manchar, al oeste del río Indo y otras áreas en la sureña provincia de Sind, con inundaciones muy marcadas.
Por otra parte, millón y medio de hectáreas de cultivos, huertos y pastizales se han afectado, han muerto más de 730 000 cabezas de ganado y entre 20 y 30 % de los sistemas de agua están dañados en varias provincias.
Para las agencias de la ONU, y otras organizaciones de socorro, el acceso es un obstáculo importante para la entrega de ayuda y la capacidad de las personas para huir a lugares más seguros, pues unos 5000 kilómetros de carretera y 243 puentes han resultado dañados o destruidos.
“La situación en Pakistán era grave incluso antes de las inundaciones, con 43% de los pakistaníes en situación de inseguridad alimentaria”, dijo Chris Kaye, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en ese país.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo hincapié en el impacto del desastre en infraestructuras que proveen servicios esenciales a los niños, como educación y salud, con al menos 18 000 escuelas dañadas o destruidas.
Unicef estima que 16 millones de niños han sido afectados y que 3,4 millones de ellos requieren ayuda humanitaria. En 72 de los 147 distritos de Pakistán 40 % de los niños ya sufrían de retraso en el crecimiento antes de que llegaran las inundaciones.
Al finalizar agosto, la ONU hizo un llamamiento humanitario de 160 millones de dólares para cubrir las necesidades de 5,2 millones de personas afectadas por las inundaciones en Pakistán. Esos requerimientos deberían subir a medida que se incrementa el número de necesitados de ayuda humanitaria urgente.
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