Del compostaje a los biocombustibles, el Caribe busca la gestión del sargazo

Las algas de sargazo invaden las vías fluviales cerca del Complejo Pesquero de Marigot, en Dominica. Foto JAK / IPS

DOMINICA – En junio, franjas de algas putrefactas y enmarañadas se apoderaron de las orillas de las playas de todo el Caribe. Fue la peor invasión registrada desde 2011, cuando las corrientes marinas comenzaron a depositar en toda la región toneladas de una macroalga parda, conocida como sargazo, obligando a los países a lidiar con las graves consecuencias ecológicas y económicas.

En la pequeña isla de Tobago, parte de Trinidad y Tobago, en el sur insular de la cuenca del Caribe, las repercusiones se dejaron sentir en todos los sectores y en su población.

“Durante entre seis y nueve meses de cada año, hay una afluencia de algas sargazo que aparecen en nuestras costas. Eso no solo afecta a los pescadores, los hoteles y los negocios de la zona, sino que también afecta a las escuelas cercanas a las playas afectadas”, dijo a IPS el director general de la empresa Reciclaje de Basura y Logística Limitada, Shawn C Roberts.

Roberts es también el coordinador de la Iniciativa de Recursos de Reciclaje de Tobago (TRRI, en inglés), la primera instalación de recuperación de materiales múltiples en Trinidad y Tobago y pionera en soluciones ecológicas a problemas ambientales como la gestión de residuos.

Para hacer frente a los problemas del sargazo de Tobago, Roberts ha recurrido a las lombrices de tierra. El proceso se llama vermicompostaje y consiste en la descomposición de la materia orgánica por las lombrices y los microorganismos.

“Es una descomposición controlada de las algas. Es la naturaleza cuidando de la naturaleza y, hasta ahora, está ayudando a aliviar esta invasión anual de algas”, dijo desde Scarborough, la capital de Tobago.

El TRRI ha puesto en marcha el Programa de Acción contra el Sargazo (Asap, en inglés). Los responsables del programa organizan ejercicios de limpieza en las playas afectadas. A continuación, mezclan el sargazo recogido con las lombrices y otros materiales orgánicos, como cartón triturado, recortes de hierba y estiércol animal, para generar compost.

Roberts espera que otros países se den cuenta de las ventajas del vermicompostaje para la gestión de las algas invasoras.

“En realidad, no se necesita ninguna aportación de capital importante. Si tienes tu cobertizo, o incluso árboles y sombra, puedes construir tus pilas de compost y vigilarlas. Solo tienes que dejar que las lombrices y otros microorganismos, como las moscas soldado, hagan su trabajo”, detalló.

Mar adentro, el sargazo es un importante componente para la vida marina. Sin embargo, cuando se deposita por toneladas a lo largo de las costas, se convierte en una pesadilla sanitaria y económica.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ha advertido que la producción de sulfuro de hidrógeno del sargazo erosiona la calidad del aire y que la exposición prolongada es perjudicial, sobre todo para las personas con problemas respiratorios.

“Esto es perjudicial para los residentes de la costa y los usuarios de las playas, ya sean locales o visitantes. Los usuarios de las playas que viven en otros lugares tienen la opción de evitar los lugares afectados, mientras que los residentes pueden ser incapaces de evitar la exposición prolongada”, dijo el Pnuma en un informe especial de 2021.

Algunos países, sobre todo los que dependen más acentuadamente del turismo, como Barbados, gastan millones de dólares cada año en limpiezas de emergencia para librar sus playas de esas algas en descomposición.

Ya en 2015, académicos de la Universidad de las Indias Occidentales alertaron que se necesitarían 120 millones de dólares y más de 100 000 personas para deshacerse de la crisis del sargazo en el Caribe.

La calamidad ha dado lugar a la innovación, y la iniciativa de Roberts en Tobago es una de las muchas que se impulsan ahora por el Caribe insular.

La Universidad de las Indias Occidentales anunció el año pasado que encabezaba un proyecto de investigación para crear combustibles para los vehículos con algas de sargazo y de aguas residuales.

Los investigadores afirmaron que la iniciativa podría ayudar a Barbados en su objetivo de liberarse de los combustibles fósiles para 2030, a la vez que proporcionaría un alivio a la emergencia anual con el sargazo para el sector turístico.

En Santa Lucía, el joven empresario biotecnológico Johanan Dujon ha estado convirtiendo el sargazo en fertilizante, fungicida y pesticida, siempre orgánico, bajo su marca Algas Organics.

Para Roberts, cuyo programa comenzó el compostaje en octubre de 2021, “el objetivo de la región debe ser la búsqueda de soluciones ecológicas rentables y a largo plazo”.

“La capacidad de recolectar sargazo de forma segura para el medioambiente es un reto. Las soluciones rápidas son costosas. Si no se tiene cuidado, la solución puede ser muy cara y contraproducente”, aseguró.

Entre los problemas, explicó que “por mucho que se necesiten limpiezas de emergencia con equipos pesados, muchas autoridades esperan a que el sargazo empiece a descomponerse para reaccionar”.

“Nuestro enfoque consiste en tener un sistema planificado de gestión de la recolección en el que se programen limpiezas periódicas. Cuando el sargazo está fresco, es cuando hay que atacarlo. El acopio crea una acumulación que es más difícil y tiene un fuerte olor. Entonces se vuelve abrumador y nos afecta a todos”, planteó.

Según los investigadores del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la estadounidense Universidad del Sur de Florida, que elabora boletines mensuales sobre el sargazo, en julio de 2022 la cantidad de estas macroalgas en el mar Caribe fue comparable al máximo histórico del mes anterior.

“Esto indica que siguen produciéndose varamientos significativos alrededor de las naciones e islas del Mar Caribe”, según su boletín de julio.

Para afrontar el sargazo, insistió Roberts, “el vermicompostaje representa una gran oportunidad para nuestros países”, porque “permite un menor uso de mano de obra al depender de los microorganismos para funcionar, es asequible y es natural”.

T: MF / ED: EG

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