PORTLAND, Estados Unidos – Si bien la mayoría de los países del mundo ha hecho la transición de altas a bajas tasas de muertes y nacimientos, muchos países, principalmente en África, enfrentan los desafíos de las altas tasas de fertilidad que están dando lugar a poblaciones de rápido crecimiento.
En 2020, 36 países, de los cuales 30 se encuentran entre los países menos desarrollados de las Naciones Unidas, tenían tasas de fecundidad de más de cuatro nacimientos por mujer (Cuadro 1). Las poblaciones combinadas de esas tres docenas de países en 2020 ascendieron a casi 1000 millones de personas, o aproximadamente 12 % de la población total mundial de casi 8000 millones.
Para 2058, cuando se prevé que la población mundial alcance los 10.000 millones, se espera que las poblaciones combinadas de esos treinta y seis países de alta fecundidad se dupliquen con creces a más de 2.000 millones. Su población total representará aproximadamente el 22 % de la población mundial proyectada en 2058.
Entre los países de alta fecundidad, 10 de ellos, todos países menos desarrollados excepto Nigeria, tenían tasas de cinco o más nacimientos por mujer en 2020. Además, la mitad de esos países tenían tasas de fecundidad de seis o más nacimientos por mujer. La tasa más alta fue la de Níger con casi siete nacimientos por mujer (Gráfico 1).
Las altas tasas de fertilidad de esos 10 países están contribuyendo al rápido crecimiento de sus poblaciones. Por ejemplo, se proyecta que la población de esos 10 países se duplique al menos para 2058. En consecuencia, se espera que la población combinada de esos 10 países aumente de 419 millones en 2020 a 970 millones para 2058, o de alrededor de 5 % de la población mundial a 10 %.
La población más grande entre esos 10 países es Nigeria. Se espera que su población aumente de 208 millones en 2020 a 419 millones en 2058. Como resultado de ese rápido crecimiento demográfico, se prevé que Nigeria pase de ser la séptima población más grande del mundo en 2020 a la tercera a mediados de siglo.
Además, se estima que la población de la República Democrática del Congo casi se triplique entre 2020 y 2058, aumentando de 93 millones a 257 millones. Sin embargo, entre los treinta y seis países de alta fecundidad, se espera que Níger experimente el crecimiento demográfico más rápido durante las próximas décadas. Se proyecta que la población de Níger de 24 millones en 2020 se triplique con creces a 83 millones para 2058.
Una consecuencia importante de las altas tasas de fecundidad es una estructura de edad joven. La mitad o más de la población de los diez países con mayor fertilidad son niños menores de dieciocho años. Además, en cinco de esos países la media de edad de la población es de 15 años o menos (Gráfico 2).
Las 36 poblaciones jóvenes de rápido crecimiento se enfrentan a numerosos desafíos. Además de hacer frente a altos niveles de pobreza, esos países lidian con serias dificultades para reducir el hambre, brindar educación básica, ofrecer trabajo decente y oportunidades de empleo, promover los derechos de las mujeres, brindar atención médica y reducir las desigualdades. Además, muchos de ellos se encuentran entre los países con el Índice de Desarrollo Humano más bajo.
En algunos de esos países, la mayoría de la población adulta es analfabeta. Por ejemplo, la proporción de analfabetos supera 60 % de la población adulta en Benín, Burkina Faso, República Centroafricana, Chad, Guinea, Malí, Níger y Sudán del Sur.
Además, varios estudios informan que es probable que África sea el continente más vulnerable a los impactos del cambio climático. Los efectos son particularmente pronunciados en los países subsaharianos debido al aumento de la temperatura, los cambios en los patrones de lluvia, los patrones climáticos extremos y el aumento de los desastres naturales.
Para muchos de los países de rápido crecimiento, esos efectos ya representan serios riesgos para los sistemas de agua y alimentos, la salud pública, la agricultura, el empleo, el desarrollo socioeconómico y el desplazamiento de la población.
Las tres docenas de poblaciones en rápido crecimiento no están en camino de cumplir el 2 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para acabar con el hambre y garantizar el acceso a alimentos seguros, nutritivos y suficientes durante todo el año, y acabar con todas las formas de malnutrición. Desde 2012, el número de personas desnutridas en los países del África subsahariana propensos a la sequía ha aumentado en 46 %.
En algunos de los países africanos de alta fecundidad, las proporciones que padecen desnutrición son elevadas. Por ejemplo, la proporción de población desnutrida de Somalia es de 60 %, seguida por la República Centroafricana con 48 % y la República Democrática del Congo con 42 %.
El cambio climático también está contribuyendo al desplazamiento masivo de personas en esos países debido a las olas de calor, las sequías y las malas cosechas. En busca de alivio de las difíciles condiciones de vida, muchos se mudan de las zonas rurales a las grandes ciudades.
Además, un gran número de hombres y mujeres en esos países de rápido crecimiento buscan migrar tanto legal como ilegalmente a otros países. Sus destinos preferidos son los países de Norteamérica y Europa.
Por ejemplo, en el país africano más poblado, Nigeria, aproximadamente la mitad de su población de más de 200 millones de personas quisiera emigrar a otro país. Proporciones aún más altas que desean reasentarse en el extranjero son las poblaciones de Sierra Leona y Liberia, 71 % y 66 %, respectivamente.
Está muy claro que las tres docenas de poblaciones de alta fertilidad y rápido crecimiento se enfrentan a formidables desafíos económicos, sociales y ambientales. No existen soluciones simples y rápidas para abordar esas dificultades, que se espera que se vuelvan más problemáticas en las próximas décadas.
Sin embargo, es cierto que muchas de esas poblaciones en rápido crecimiento se beneficiarían de la asistencia internacional, la ayuda financiera y la experiencia técnica. Las contribuciones de la comunidad internacional, las agencias de ayuda y las instituciones financieras facilitarían el desarrollo económico, las oportunidades de empleo y el progreso social, y también aliviarían el hambre, la desnutrición y la pobreza en esos países.
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Un paso importante para abordar esos desafíos de desarrollo es acelerar la transición demográfica en dichos países, lo que daría lugar a tasas más bajas de crecimiento demográfico. En pocas palabras, los esfuerzos de desarrollo en las poblaciones en rápido crecimiento deben enfatizar la transición de altas tasas de fertilidad a tasas bajas.
Finalmente, como ha sido el caso en regiones de todo el mundo, promover la educación primaria y secundaria de los niños, especialmente de las niñas, contribuirá significativamente a los esfuerzos de desarrollo y facilitará la transición demográfica. Esos esfuerzos deben potenciarse con la provisión de atención médica básica, incluida la disponibilidad generalizada de información, métodos y servicios de planificación familiar.
Joseph Chamie es demógrafo consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población. Su último libro se titula: “Nacimientos, fallecimientos, migraciones y otros asuntos importantes sobre población”.
T: MLM / ED: EG
