Herramientas digitales para agricultura orgánica en escuela islámica de Indonesia

Un estudiante en la granja Al Ittifaq, en el distrito de Ciwidey, en Java Occidental, en Indonesia, durante junio de 2022. Foto: Kafil Yamin / IPS

CIWIDEY, Indonesia – Parece que todo sigue igual en el pesantren de Al Ittifaq, el término local para un internado islámico. Yadi y Rezki, ambos de 18 años, se unen a la subuh, la oración antes del amanecer, en la mezquita local.  Después de una sesión de meditación religiosa, junto con otros santris o estudiantes, los dos aprenden ciencias en una clase antes de que despunte el alba, de unos 30 minutos.

Una vez finalizada la sesión, los alumnos saben a dónde ir y qué hacer. Toman una azada, una pala y un machete y caminan juntos hasta la finca de la escuela. El ustadz, o maestro, los divide en grupos y da instrucciones.

Pronto los estudiantes ya no parecen aprendices sino jóvenes agricultores que trabajan la tierra. “Esto es parte de nuestras clases. Hacemos esto todos los días”, dijo Yadi, que está ocupado plantando semillas. “Estoy plantando cebolla verde. Pero mis amigos la están cosechando al otro lado de esta finca”, precisa.

El entorno del pesantren parece ideal para la agricultura. Situado en una zona montañosa y empinada del distrito de Ciwidey, en la provincia de Java Occidental, a 170 kilómetros o a unas cuatro horas por automóvil desde Yakarta, la capital indonesia.

El recinto de Al Ittifaq está rodeado de verde, a una temperatura que oscila entre los 18 ° y los 22 ° Celsius, frío para los estándares tropicales de este país insular situado entre el sudeste de Asia y Oceanía.

Un campo de naranjos con una sorpresa

El maestro experto Anwar Mustiawan le muestra a un reportero un área donde crecen frondosos naranjos con troncos blancos, revelando lo que hace que el pesantren sea único.

Dispuestos en ordenadas filas, algunos árboles tienen más de dos metros de altura, otros menos de un metro. El suelo debajo de cada uno está cubierto con una lona y debajo hay un sensor que mide la temperatura y la humedad del suelo. Se coloca una manguera de agua en cada lona y se conecta a una máquina de riego automático, que se une a un enorme tanque de agua.

“La máquina decide, según la temperatura del suelo, cuándo regar el suelo”, dijo Anwar. “De esto se trata la tecnología de agricultura digital”, agregó.

Además, señaló que la máquina de riego automático no se usa para todos los cultivos. “Nuestros estudiantes deben conocer la temperatura del suelo y cuándo es el momento de regarlos”, dijo Anwar.

También está presente Aziz Elbehri, economista sénior que dirige la Iniciativa de las 100 Aldeas Digitales (DVI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  (FAO) en la región de Asia-Pacífico.

“Promovemos prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, resilientes y digitalizadas al ayudar a los responsables políticos y al gobierno nacional y local a cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030”, dijo Elbehri a IPS durante su visita al pesantren el 27 de junio.

“Este uso de la tecnología necesita ser difundido y replicado en otras comunidades rurales”, agregó.

Si bien Al Ittifaq se encuentra en el corazón de una próspera comunidad agrícola, la digitalización está dando un nuevo impulso a sus habitantes.

Todo lo que se produce en la finca va a la cooperativa Ittifaq, donde los estudiantes seleccionan, clasifican, empacan, envuelven y etiquetan los artículos.

La empresa abastece a los supermercados, centros comerciales y mayoristas locales con verduras y frutas. También compra productos cultivados por agricultores locales, que han sido sus socios comerciales desde que se estableció en 1977.

La organización envía diariamente al menos cinco toneladas de diversas verduras a las principales ciudades de Indonesia, dijo el director de la cooperativa, Agus Setia Irawan.

“La demanda está aumentando porque nuestro producto es altamente competitivo, lo que sugiere que los agricultores locales son capaces de producir frutas y verduras de calidad”, explicó.

Que Al Ittifaq practique la agricultura ecológica es lo que marca la diferencia. “Es de conocimiento público que nuestros productos se plantan, cultivan y procesan de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente”, agregó Agus.

Naranjos en crecimiento, con la ayuda de un sistema de riego digital conectado al tanque de agua en el lado derecho, en la Granja de Al Ittifaq, en Ciwidey, en la provincia indonesia de Java Occidental. Foto: Kompas

Granja autofinanciada

Los ingresos del negocio se utilizan para financiar las operaciones educativas de Ittifaq. “Nuestro syeikh nos enseñó que una buena persona es económicamente autosuficiente y no espera caridad. Él lo hace realidad. Este pesantren se autofinancia económicamente”, dijo Rezki, otro estudiante.

Al Ittifaq también emplea a residentes locales para trabajar en su granja de 14 hectáreas, de modo que los estudiantes y los residentes locales trabajen juntos. “Hay cientos de personas, la mayoría mujeres, trabajando con nosotros en turnos. Somos como una gran familia aquí”, agregó Refky.

La cooperativa también se asocia con cinco grupos de agricultores, cada uno compuesto por 300 agricultores que trabajan 70 hectáreas de tierra.

El pesantren no solo ha dado grandes pasos en el negocio agroindustrial, sino que también se ha convertido en el centro de capacitación agrícola y de agronegocios para los residentes, en colaboración con otros 20 pesantren en Java Occidental.

Y como parte de la campaña de digitalización, Ittifaq ha iniciado el marketing en línea. Agus dijo que la cooperativa ha adoptado el llamado modelo B2B2C, donde las compañías alcanzan los clientes a través de otra empresa.

Al asociarse con otras empresas, sus esfuerzos de comercio electrónico en línea pueden llegar a nuevos mercados y clientes.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

“Nuestra comercialización virtual se realiza a través de una tienda agrícola en línea que se llama Alifmart, que ofrece varias funcionalidades, entre ellas un catálogo de productos, un mecanismo de compra y atención al cliente”, dijo.

El representante de la FAO en Indonesia, Rajendra Aryal, señaló que con más y más personas con acceso a Internet, la agricultura digital se está convirtiendo en un vehículo principal para transformar el sistema alimentario del país.

“Indonesia es un país archipelágico que lucha por dar a su gente un mayor acceso a los recursos económicos. La digitalización de la agricultura está entrando en juego ahora”, sostuvo.

Objetivo: 104 aldeas digitales

El gobierno de Java Occidental se ha fijado el objetivo de digitalizar 104 aldeas en la provincia en 2022.

“Se seleccionan las aldeas porque aún no tienen acceso a Internet. Pero hemos estado construyendo la infraestructura necesaria durante los últimos dos años. Pronto, ya no estarán en el espacio en blanco”, indicó el director de la Oficina de Información y Comunicación de Java Occidental, Ika Mardiah.

Durante una reunión con funcionarios de la FAO, el 26 de junio, agregó que «pronto el potencial y los productos de las aldeas estarán en el comercio electrónico, las transacciones en línea y la promoción”.

Hasta la fecha, la oficina de Mardiah ha incorporado 4225 empresas rurales en Java Occidental a la red de negocios digitales bajo su dirección. “Esto implica más de 400 productos, 12,8 millones de clientes y una gran cantidad de dinero”, dijo.

Según el gobernador de Java Occidental, Ridwan Kamil, pronto habrá más oportunidades comerciales, laborales y profesionales en las aldeas que en las ciudades. “Con la digitalización, el futuro de la generación joven está en los pueblos”, agregó durante la reunión.

El gobierno de Kamil ha logrado construir tres aldeas digitales temáticas: una enfocada en la salud, que utiliza la tecnología para abordar la falta de instalaciones de salud y médicos especializados. Los pacientes en cinco áreas piloto pueden consultar a un médico de familia en línea.

La aldea digital multimedia brinda capacitación en habilidades de creación de contenido digital para los aldeanos de la provincia, mientras que las aldeas digitales educativas están equipadas con un llamado enrutador inteligente como fuente de materiales educativos a los que pueden acceder todos los residentes de la aldea. Los materiales se actualizan periódicamente.

Siendo una iniciativa mundial inspirada por el director general de la FAO,  QU Dongyu, la DVI se está poniendo a prueba en la región de Asia-Pacífico.

La aldea de Soge es una de las muchas que se muestran y comparten sus avances con otras aldeas y áreas de Asia y el Pacífico, así como con otras regiones del mundo.

T: MLM / ED: EG

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