MARSELLA, Francia – El buque ambulancia Ocean Viking auxilió este jueves 30 a 49 personas en un bote de madera en aguas del mar Mediterráneo frente a las costas de Libia, y completó así el rescate de 206 náufragos africanos en menos de una semana, informó la organización no gubernamental SOS Méditerranée.
“Hay 47 mujeres y 79 menores no acompañados entre los sobrevivientes” de cuatro naufragios en frágiles botes sobre el Mediterráneo central, auxiliados desde el 24 de junio, indicó la ONG, que fletó el buque junto a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
El 25 de junio el barco Louise Michel, que ha financiado el artista de arte urbano Banksy, trasladó a 59 inmigrantes a la isla italiana de Lampedusa.
Otros 304 inmigrantes a bordo del Sea Watch, barco de la ONG alemana del mismo nombre, fueron llevados a Porto Empedocle, en Sicilia (sur de Italia), después de ocho días de espera y varias evacuaciones por motivos médicos.
Finalmente, el barco Geo Barents, de la organización Médicos sin Fronteras (MSF), tiene a bordo a 69 migrantes después de que una madre y su hijo fueron evacuados a Malta, y permanecía este jueves a la espera de un puerto europeo seguro.
“Nuestro mar Mediterráneo es una gran fosa común”: Fabienne Lassalle.
Los migrantes fueron rescatados de un naufragio el 27 de junio, una mujer subió viva a bordo pero no sobrevivió y, de acuerdo con los testimonios recogidos, antes de contactar al barco de rescate al menos 22 personas perecieron ahogadas.
En mayo el Ocean Viking rescató a unas 300 personas, entre ellas un bebé de tres meses y seis mujeres embarazadas, pero debió esperar 10 días antes de que se autorizase a desembarcar esos sobrevivientes en Sicilia.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) cifró en 1553 el número de migrantes que murieron o desaparecieron al naufragar los frágiles y sobrecargados botes en los que trataban de ganar las costas de Europa desde Libia.
En lo que va de 2022 han desaparecido en el Mediterráneo central al menos 748 migrantes, en su mayoría oriundos de países de África central, occidental y oriental castigados por conflictos armados y graves situaciones de hambre y pobreza.
A menudo viajan a órdenes de traficantes que sobrecargan botes de goma o madera, y emprenden el viaje de 300 kilómetros entre las costas de Libia y las de Italia, sin siquiera disponer de chalecos salvavidas para los migrantes.
Según autoridades italianas, este año hasta el 28 de junio habían llegado a sus costas 26 922 migrantes, en comparación con los 19 823 en el mismo lapso de 2021.
Juan Matías Gil, coordinador de las operaciones de búsqueda y rescate de MSF, criticó que “las tragedias en el mar continúan costando miles de vidas, y estas personas están muriendo a las puertas de Europa en absoluto silencio e indiferencia por parte de los estados de la Unión Europea”.
Fabienne Lassalle, subdirectora de SOS Méditerranée, recordó que desde 2018 los países de Europa contrataron las labores de socorro con Libia, pero la nación norafricana “no tiene las habilidades ni la voluntad para cumplir ese papel”.
Las autoridades libias “interceptan los barcos para llevarlos de vuelta a Libia y encarcelar a sus ocupantes”, en condicione muy deplorables, por lo que, subrayó Lassalle, miles de migrantes ven como única opción arriesgarse para tratar de llegar a Europa, y muchos pierden la vida en la aventura.
“Nuestro mar Mediterráneo es una gran fosa común”, deploró Lassalle.
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