NACIONES UNIDAS – La Organización de las Naciones Unidas (ONU), formada por 193 Estados miembros, ha sido acusada durante mucho tiempo de discriminar a sus funcionarios, que son más de 315 000 y están repartidos por 56 organismos y entidades en todo el mundo.
Pero la mayoría de esas discriminaciones están muy arraigadas en todo el sistema. Una amplia encuesta sobre el personal, tanto en Nueva York como en Ginebra, reveló el año pasado que la discriminación se basaba en la raza, la religión, el género o la nacionalidad.
En 2020, la Secretaría General, con sede en Nueva York, tuvo que retiraren forma abrupta su propia encuesta en línea sobre el racismo, en la que pedía a los funcionarios que se identificaran como «negros, morenos, blancos, mixtos/multirraciales y cualquier otro».
Sin embargo, la categoría más ofensiva de las enumeradas en la encuesta de la ONU era la de «amarillo», una descripción racista occidental ampliamente condenada en Asia, incluidos japoneses, chinos y coreanos.
El Grupo Asiático de la ONU, formado por más de 50 Estados miembros, es uno de los mayores grupos regionales del organismo mundial, y los funcionarios de la ONU de origen asiático han formado una Red Asiática de la ONU para la Diversidad y la Inclusión (UN-ANDI, en inglés).
La esrilanquesa Shihana Mohamed, cofundadora y una de sus coordinadoras, dijo a IPS: “Nuestra misión es trabajar por una cultura en la que la inclusividad esté integrada en todos los aspectos del trabajo y la vida en la Organización y la diversidad sea la base del talento y la productividad”.
“Creemos que todos tenemos el poder de detener la discriminación, eliminar la opresión y poner fin a la ignorancia y la indiferencia. Nos oponemos a los prejuicios raciales y a las actitudes y acciones intolerantes en todo el mundo y dentro de la Organización”, dijo la actual responsable de políticas de recursos humanos en la Comisión de Administración Pública Internacional (CAPI).
Mohamed destacó que en el Grupo “apoyamos firmemente todas las iniciativas para promover la inclusión, la justicia, la dignidad y la lucha contra el racismo y la discriminación en todas sus formas, dentro y fuera de las Naciones Unidas”.
“Creemos que nuestros puntos de vista enriquecerán los debates sobre cualquier cuestión relacionada con la cultura organizativa y facilitarán el camino hacia el paradigma arraigado en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos», afirmó la especialista, quien cuenta con más de 20 años de experiencia en el sistema de la ONU.
Los otros coordinadores de UN-ANDI son la bangladesí Abul Hasnat Monjurul Kabir, asesor de coordinación del sistema de la ONU y jefe de equipo sobre igualdad de género e inclusión de la discapacidad en ONU Mujeres, la filipina Cirila Villaflores, asistente de recursos humanos del PNUD, y el chino Xuejun Wen, revisor en el servicio de traducción al chino en la Secretaría General.
En un documento conceptual recién publicado, la Red afirma que da la bienvenida al personal asiático y al personal afiliado del sistema de las Naciones Unidas, incluidos los diplomáticos, los pasantes, los consultores y los antiguos funcionarios, que sean asiáticos o de ascendencia asiática.
Por otra parte, una resolución de la Asamblea General de 2014, que proclamó el «Decenio Internacional de los Afrodescendientes», instó a los Estados miembros y a las organizaciones internacionales a tomar medidas «para promover la igualdad y la inclusión de los afrodescendientes y a colaborar directamente con los afrodescendientes a tal fin».
El llamamiento a la acción se tradujo en la inauguración, por parte de los funcionarios, de la organización Personal Afrodescendiente de Naciones Unidas (Unpad, en inglés).
Uno de sus principales objetivos fue y es «establecer una plataforma para la coordinación del compromiso entre la Administración de las Naciones Unidas y el personal afrodescendiente de la ONU, promoviendo la inclusión en igualdad de condiciones y facilitando el acceso de los afrodescendientes al sistema de las Naciones Unidas, al tiempo que se aumenta la visibilidad de los problemas a los que se enfrentan».
Actualmente, también existen otros grupos de interés como UNGlobe para la comunidad LGBTQ y la Red Feminista de la ONU, que promueve la paridad de género en el sistema de la ONU.
El embajador Anwarul Chowdhury, ex representante permanente de Bangladesh ante las Naciones Unidas (1996-2001), dijo a IPS que sensibilizar es importante, pero que alzar la voz es más importante. Describió una reciente reunión del zoom como un acontecimiento histórico en el que los funcionarios asiáticos se reunieron públicamente por primera vez como grupo.
“Hay que alzar la voz, hay que hablar en voz alta como asiático, como miembro de esta red, y de una manera enfocada para hablar siempre que haya una oportunidad o crear una oportunidad para hablar», dijo también en una reunión de la red asiática en octubre.
A su juicio, lo que requiere la red es justamente “atención, atención global, eso es lo que creo que es importante que recordemos».
“El poder del grupo africano proviene de su solidaridad como grupo, dondequiera que estén, como sociedad civil, como funcionarios, como Estados miembros, y están muy unidos, y se apoyan mutuamente”, dijo Chowdhury, quien también fue subsecretario general de la ONU y alto representante del organismo mundial entre 2002-2007.
Recordó que la red africana también incluye embajadores y otros diplomáticos. “Es un ejemplo magnífico que nosotros, los asiáticos, podemos seguir, porque los funcionarios no pueden hacer mucho”, subrayó.
Pero la comprensión y el apoyo de los Estados miembros a su objetivo, sus demandas, sus necesidades y sus frustraciones son esenciales.
Así pues, “la red asiática debería esforzarse por llegar a los embajadores o diplomáticos y empezar a hablarles de esta red, decirles que necesitamos su apoyo, que necesitamos que nos respalden cuando llegue el momento”, aconsejó.
Para Chowdhury, «tenemos que decir que esto debería aplicarse también a los funcionarios asiáticos. Así podremos alzar la voz y hacernos oír muy bien y eso es muy importante”.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Según el informe anual de 2021 de la Comisión de Administración Pública Internacional, el mayor número de países no representados (17) y subrepresentados (8) en el sistema de la ONU se encontraba en la región de Asia y Pacífico.
“En 10 o más organizaciones sin directrices formales de distribución geográfica, no había personal de 64 países y, entre ellos, 25 eran de Asia. En 15 de las organizaciones no había personal de 12 países, y siete de ellos eran de Asia y el Pacífico”, precisa el informe.
En una reunión de la red por videoconferencia, la japonesa Akiko Yuge, ex administradora adjunta del PNUD, dijo: «A medida que el mundo avanza hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los países, las comunidades y las personas de la región de Asia y el Pacífico han mostrado un progreso, un éxito y una resistencia notables».
“La gran diversidad y riqueza de orígenes, culturas y capacidades de nuestra región nos hace más fuertes y creativos. Este es, en efecto, el poder y la fuerza de las naciones y los pueblos de Asia y el Pacífico”, planteó.
Yuge, quien ha trabajado para el PNUD en varios países de Asia, llamó a que “maximicemos este poder de la diversidad y garanticemos la inclusión de cada persona en nuestra sociedad y economía».
Xuejun Wen, coordinador de UN-ANDI y revisor del servicio de traducción al chino en la Secretaría General, Consideró que la desigualdad y el racismo han sido durante mucho tiempo problemas en la historia de la humanidad y que la pandemia los ha hecho más agudos y evidentes. “Esto ha llevado a la fundación de UN-ANDI”, añadió.
“Es una red muy joven, pero hemos empezado a ver un gran interés en ella, porque muchos de nosotros, como asiáticos, hemos experimentado o visto el impacto y el daño que nos han traído las prácticas injustas. Los problemas no se resolverán de la noche a la mañana, pero creemos que un viaje de mil millas se compone de muchos pasos individuales. Cada pequeño esfuerzo contará”, reflexionó.
Otra coordinadora de UN-ANDI, la filipina Cirila Villaflores, funcionaria del PNUD en Nueva York, dijo que red cree en el intercambio de experiencias humanas que revelan el dinamismo y la complejidad de la naturaleza humana.
“Cualquier discriminación social o cultural en nuestros derechos personales básicos por los motivos indicados en la carta de la ONU es incompatible con nuestra vocación de amar lo que es verdadero y bueno. UN-ANDI sirve de plataforma para intercambiar libremente estas ideas con el fin de crecer y aprender a apreciar lo que es correcto”.
El chino Yuan Lin, miembro de UN-ANDI y funcionario de Sistemas de Información en la de República Democrática del Congo, se mostró convencido de que «UN-ANDI proporciona una excelente plataforma para dar voz al personal de la ONU de origen asiático. Permite que muchos de los talentosos y esforzados colegas de la ONU procedentes de Estados miembros asiáticos y de su entorno aborden cuestiones organizativas que les resultan relevantes».
T: MF / ED: EG