BUENOS AIRES – China y Argentina son dos economías complementarias que en los últimos años han desarrollado una relación con potencial para seguir creciendo si se profundiza el conocimiento entre dos sociedades que, más allá de la separación geográfica, tienen una gran distancia cultural.
En ese mensaje coincidieron funcionarios, académicos, empresarios y especialistas de comunicación de los dos países que participaron en el Foro «Panorama China-Argentina», realizado de manera virtual el martes 2, con el lema «el desarrollo chino y su cooperación con Argentina».
El encuentro tuvo lugar en la antesala del 50 aniversario del establecimiento de las relaciones entre Argentina y China, en febrero de 1972. Entonces, el comercio bilateral alcanzaba los seis millones de dólares y en 2019 superó los 16 000 millones, según contó Xu Shicheng, investigador del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China.
Las exportaciones agroalimentarias argentinas y las grandes inversiones chinas son las dos caras más fuertes de la relación.
“A los consumidores chinos nos gustan la carne, el vino, las frutas y los mariscos, entre otros productos argentinos”, explicó Shicheng, quien añadió que China planea destinar 30 000 millones de dólares a proyectos de infraestructura, energía, comunicaciones y agricultura para contribuir a reactivar en la pospandemia la economía argentina, que el año pasado cayó casi 10 %.
El Grupo América, la agencia estatal Télam y la Radio y Televisión Argentina, todas organizaciones mediáticas de este país sudamericano, fueron los organizadores del foro, en conjunto con el Grupo de Medios de China (CMG, en inglés). La embajada china en Argentina y la embajada argentina en China dieron auspicio y ambos embajadores participaron en el acto de apertura.
La relación bilateral se profundizó a partir de 2014, cuando el presidente chino, Xi Jinping, visitó Argentina y se constituyó lo que se ha definido como una relación estratégica integral.
Hoy China es inversor en diversos sectores de la economía argentina, igual que en otros países latinoamericanos. Mientras, para Argentina, se dijo en el foro, el gigante asiático es el segundo socio comercial, detrás de su vecino sudamericano, Brasil, histórico destino principal de sus exportaciones.
De todas maneras, un dato revelado durante uno de los paneles por el presidente de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio, Sergio Spadone, mostró la abrumadora diferencia de tamaños de las economías y las asimetrías de la relación.
Pese a que China es el segundo destino de las exportaciones argentinas, destacó, la balanza comercial bilateral es favorable a la potencia asiática, que tuvo un superávit de más de 3000 millones de dólares en 2020.
Desde el año pasado, la pandemia de covid-19 también ha sido motivo de acercamiento entre los dos países, ya que China proveyó a Argentina de insumos médicos y vacunas.
“Argentina nunca lo olvidará”, dijo en la apertura del foro el ministro de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional, Santiago Cafiero. Fueron 30 millones las dosis entregadas al país sudamericano, precisó Zou Xiaoli, embajador chino en Argentina.
En ese sentido, el director del Grupo América, José Luis Manzano, valoró que, en el comienzo de la vacunación, China –junto a Rusia- fue el único país fabricante que proveyó a Argentina.
“La industria farmacéutica de Occidente debería reflexionar acerca de su desigual distribución de vacunas. Sin Rusia y China nos hubiésemos quedado muy atrás. Cientos de miles de vidas se han salvado por esta ayuda”, dijo Manzano.
“Tenemos una gran expectativa de crecimiento en la cooperación entre dos sistemas políticos distintos. El de Argentina es pluripartidista, pero respetamos la identidad china”, dio Manzano, quien explicó que, para los países de la región, China es el primero o el segundo socio comercial, según el caso, y que seguirá siéndolo en el futuro.
Un mundo que cruje
“Luego de la Segunda Guerra Mundial, la institucionalidad global fue diseñada por los ganadores y no fueron contemplados los intereses de los países del Asia-Pacífico. Ese mundo hoy está crujiendo, debido a que no contempla a las economías dominantes, especialmente la china”, dijo Gustavo Girado, director de la Especialización en China Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús, en las afueras de Buenos Aires.
Girado consideró que la complementariedad está dada porque China ofrece financiamiento, tecnología e infraestructura, que es lo que demandan los países latinoamericanos, y estos, a su vez, cuentan con los productos primarios que China necesita.
“Tenemos que esforzarnos en achicar la distancia cultural, formando recursos humanos para discutir con China y construir una relación en la que ganemos todos. Hay que aprender a comprender a China y sus demandas porque va a ser la economía más importante del mundo”, concluyó.
En cuanto a que los argentinos comprendan a China, relevante fue la participación de Rubén Bresso, rector de la Universidad de Congreso de Argentina, que le dio vida en Buenos Aires a la Casa de la Cultura China, donde 120 alumnos estudian chino mandarín. Allí también se edita DangDai, única revista sudamericana sobre China.
También en el país asiático existe un interés creciente sobre la región: hay unas 100 universidades en las que se enseña español y más de 50 centros de estudios sobre América Latina, reveló Diego Mazzoccone, profesor de la Universidad de la Defensa Nacional de Argentina.
Necesidad de más y mejor conocimiento
Para Gustavo Ng, periodista argentino de familia china y editor general de DangDai, “es indispensable que nuestros pueblos se miren de frente y se comuniquen. Los chinos deben conocer más acerca de qué es importante para los argentinos y los argentinos tienen que saber cuáles son los sueños de los chinos. Los medios de comunicación debemos estar al servicio de esa necesidad de conocimiento”.
Las exportaciones de alimentos, una y otra vez, aparecieron como la mayor oportunidad para Argentina. El empresario Spadone –quien vivió 14 años en China y hoy lidera una cámara con unas 300 compañías argentinas que exportan al país asiático- dijo que no solo hay productos ya consolidados, como la carne vacuna, sino puertas nuevas que se abren.
Un ejemplo es el sorgo, cereal que puede utilizarse como reemplazo del maíz en la alimentación animal. “Este año Argentina exportó dos millones de toneladas de sorgo a China, mientras que en 2020 no le habían vendido nada. Para 2022 nuestra producción de sorgo se proyecta en 4,5 millones de toneladas y China demanda toda esa cantidad”, reveló Spadone.
Para Carola Ramón, subsecretaria de Negociaciones Económicas Multilaterales y Bilaterales de la cancillería argentina, el crecimiento y la diversificación del consumo por parte de la clase media china son la base de las oportunidades que se abren para Argentina y el resto de los países latinoamericanos.
“Si históricamente las que despertaban mayor interés eran industrias extractivas, como la petrolera y la minera, hoy vemos como la atención se está desplazando a los sectores agroindustrial y de servicios”, afirmó Ramón.
Sin embargo, Mariano Mosquera, director del Centro de Estudios La Franja y La Ruta de la Universidad Católica de Córdoba, advirtió que es fundamental que aquellos empresarios o emprendedores que quieran relacionarse con el tentador mercado chino no piensen solo en comercio, sino que se enfoquen en innovación.
Según Mosquera, el secreto del crecimiento chino en las últimas décadas es que pasó de una planificación centralizada y rígida a una planificación más abierta, que tiene como una de sus principales características el dinamismo, el cambio permanente relacionado con los conceptos de innovación.
“Doy un ejemplo: para un empresario argentino o de otro país latinoamericano, lo realmente interesante no es solo importar paneles solares para la generación de energía, sino pensar proyectos de cooperación estratégica junto a socios chinos en energías renovables”, cerró Mosquera.
ED: EG