AI acusa a farmacéuticas de bloquear vacunas para los pobres

El mecanismo multilateral Covax, alianza que favorece una distribución equitativa de vacunas anticovid en el mundo, se ha perjudicado con la comercialización que grandes farmacéuticas han dirigido hacia los países más ricos. Foto: Ragul Krishnan/Unicef

LONDRES – Seis empresas de primera línea en la distribución de vacunas contra la covid-19 en el mundo avivan “una crisis sin precedentes de derechos humanos” al negarse a renunciar a derechos de propiedad y a compartir tecnología, denunció este viernes 24 en un nuevo informe Amnistía Internacional (AI).

Esas corporaciones “están sumiendo a algunas zonas de América Latina, África y Asia en nuevas crisis, llevando así al límite absoluto a los debilitados sistemas de salud y causando semanalmente decenas de miles de muertes evitables”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de la organización humanitaria.

Las señaladas por AI son las farmacéuticas estadounidenses Pfizer, Johnson & Johnson, Moderna y Novavax, la alemana BioNTech y la británica AstraZeneca.

Callamard expuso que “vacunar a todo el mundo es el único camino para salir de esta crisis. Ahora mismo deberíamos estar aclamando a estas empresas, que tan rápidamente crearon las vacunas, como héroes”.

“En vez de ello, para su vergüenza y nuestra tristeza, el bloqueo deliberado por parte de las grandes farmacéuticas de la transferencia de conocimientos y los tratos poco claros en beneficio de los Estados ricos han gestado una escasez de vacunas totalmente previsible y devastadora para muchos”, agregó.

“Están sumiendo a algunas zonas de América Latina, África y Asia en nuevas crisis, llevando así al límite absoluto a los debilitados sistemas de salud y causando semanalmente decenas de miles de muertes evitables”: Agnès Callamard.

Según el informe “Dosis doble de desigualdad: las empresas farmacéuticas y la crisis de las vacunas contra la covid-19”, las farmacéuticas señaladas se negaron a participar en las iniciativas para impulsar el suministro global de vacunas.

De los 5760 millones de dosis administradas en todo el mundo, un insignificante 0,3 por ciento ha ido a los países de más bajos ingresos (27 según el Banco Mundial), y más de 79 por ciento a los de ingresos altos y mediano-altos, indicó el texto.

Agregó que pese a los llamamientos para dar prioridad al instrumento destinado a garantizar la equidad global en la asignación de las vacunas, el mecanismo multilateral Covax, “algunas de las empresas evaluadas han seguido reservando el suministro de vacunas a Estados de los que se sabe que las acaparan”.

Por ejemplo, hasta ahora, Pfizer y BioNTech han suministrado a Suecia vacunas en cantidad nueve veces superior a la de todos los países de bajos ingresos juntos, que han recibido menos de uno por ciento de su producción.

Moderna aún no ha entregado una sola dosis de vacuna a los países de bajos ingresos y ha facilitado solo 12 por ciento de sus vacunas a los países de ingresos medio-bajos. Gracias a los precios superiores que aplica, esta empresa habrá obtenido ingresos por más de 47 000 millones de dólares a finales de 2022.

BioNTech, Moderna y Pfizer habrán ganado en conjunto 130 000 millones de dólares a finales de 202, según el análisis de AI.

Johnson & Johnson ha desarrollo la única vacuna monodosis y la vende a precio de costo, pero no cumplirá la gran mayoría de los compromisos que ha adquirido con Covax y la Unión Africana hasta 2022, y rehúsa conceder una licencia a un fabricante canadiense que se ofrece a producir millones de dosis más.

El sexteto de empresas “se han negado a participar en las iniciativas coordinadas a nivel internacional para impulsar el suministro global mediante el uso compartido de los conocimientos y la tecnología”, apuntó AI.

Además se oponen a quitar temporalmente los derechos de propiedad intelectual enmarcados en la Organización Mundial de Comercio (OMC), como han planteado India y Sudáfrica para poder incrementar la elaboración de vacunas.

“Quedan 100 días para que termine el año. Pedimos a los Estados y las empresas farmacéuticas que cambien radicalmente de rumbo y hagan todo lo necesario para empezar ya a entregar 2000 millones de vacunas a los países de ingresos bajos y medianos bajos”, dijo Callamard.

AI anunció el lanzamiento de una campaña para pedir cuentas a los Estados y las grandes farmacéuticas, y exigir que se cumpla el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de vacunar a 40 por ciento de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos antes de que termine el año.

A-E/HM

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