ROMA – El empeoramiento de la contaminación del suelo y la proliferación de desechos amenazan el futuro de la producción alimentaria, la salud humana y el medio ambiente, y requieren una respuesta urgente a escala mundial, según un informe publicado este lunes 7 por el Pnuma y la FAO.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) inscribieron esa evaluación en el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
“Nuestra sociedad quiere alimentos más nutritivos e inocuos, libres de contaminantes y patógenos, y la protección de los suelos es de suma importancia para garantizar nuestros sistemas agroalimentarios, la restauración de los ecosistemas y todas las vidas en la Tierra en el futuro”, dijo el director general de la FAO, Qu Dongyu.
El informe sostuvo que la degradación ambiental generalizada causada por la contaminación del suelo está empeorando, por las demandas cada vez mayores de los sistemas agroalimentarios e industriales, y al aumento de la población mundial.
Se determinó que las actividades industriales y mineras, la gestión deficiente de los desechos urbanos e industriales, la extracción y el procesamiento de los combustibles fósiles, así como las prácticas agrícolas insostenibles y el transporte, son las fuentes principales de la contaminación del suelo.
Esa contaminación “atraviesa todas las fronteras y pone en peligro los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos”, y es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el mundo a la hora de restaurar los ecosistemas, de acuerdo con el reporte de la FAO y el Pnuma.
Según la evaluación, el uso de plaguicidas aumentó 75 por ciento entre 2000 y 2017, y solo en 2018 se aplicaron unos 109 millones de toneladas de fertilizantes nitrogenados sintéticos en todo el mundo.
El uso de plásticos en la agricultura ha aumentado notablemente en los últimos decenios: en la Unión Europea en 2019 se consumieron en ese ámbito 708 000 toneladas de plástico con fines distintos a los de embalaje.
La producción anual mundial de productos químicos industriales se ha duplicado desde principios del siglo XXI, ascendiendo aproximadamente a 2300 millones de toneladas, y se prevé que aumentará 85 por ciento de aquí a 2030.
La producción de desechos también va en aumento. En la actualidad, el mundo produce 2000 millones de toneladas de desechos al año y, según los pronósticos, esa cifra alcanzará los 3400 millones de toneladas para 2050 a causa del crecimiento demográfico y la urbanización.
Con la pandemia covid-19, al intensificarse la generación de desechos, también ha aumentado la presión sobre el ambiente.
El informe sostuvo que es cada vez más preocupante la proliferación de contaminantes orgánicos y de otro tipo, como productos farmacéuticos, antimicrobianos (que daban lugar a bacterias más resistentes), productos químicos industriales y residuos plásticos.
Pronosticó que la contaminación del suelo y del ambiente seguirá empeorando a menos que haya un cambio en los modelos de producción y consumo y un mayor compromiso político para respaldar la gestión sostenible y el respeto a la naturaleza.
La evaluación indicó que la rehabilitación de los suelos contaminados es compleja y costosa, se requiere seguir investigando, y enfatizó en la necesidad de prevenir para evitar que empeore la situación.
Se aboga por un sistema mundial de información y seguimiento de la contaminación del suelo, marcos jurídicos más estrictos para prevenirla y rehabilitar los suelos contaminados, y promover la cooperación técnica y la capacitación en el área.
Inger Andersen, directora del Pnuma, dijo que el Decenio recién comenzado “es una oportunidad para el cambio”, observando los convenios mundiales sobre el ambiente, y con seguimiento a largo plazo tanto de la contaminación industrial como de las prácticas agrícolas sostenibles, que emplean plaguicidas respetuosos del entorno.
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