BOGOTÁ – Más de 3000 personas lesbianas, gais, bisexuales, trans o intersexuales fueron asesinadas en los últimos seis años en 10 países de América Latina, mostró el informe “El prejuicio no conoce fronteras”, de una red de organizaciones civiles divulgado este lunes 28, Día del Orgullo LGBTI.
“A pesar de las enormes diferencias culturales, económicas y políticas en la región, el prejuicio hacia las personas LGBTI y las formas de violencia en su contra no conocen fronteras”, sostuvo Marlon Acuña, coordinador de la red “Sin Violencia LGBTI”.
Unas 1300 personas LGBTI fueron asesinadas en el lapso 2014-2019 por motivos relacionados con prejuicios frente a su orientación sexual o identidad de género en nueve de los países considerados, y en Brasil se estima que otras 1600 perdieron la vida como víctimas de situaciones similares.
Los otros países incluidos en el informe de la red fueron Bolivia, Colombia, El Salvador, Guatemala Honduras, México, Paraguay, Perú y República Dominicana.
Al margen de Brasil, tres países, Colombia, Honduras y México, concentraron 87 por ciento de las 327 víctimas de 2019 y 89 por ciento de las 351 en 2020.
Son países “que funcionan como corredores migratorios y donde hay mayor presencia de grupos armados y de fuerza pública que ejercen violencia sobre esta población”, consideró Acuña.
De 1292 casos considerados hasta finales de 2019, correspondieron a Colombia 542, a México 402, a Honduras 164, a Perú 57 y a El Salvador 53.
Otro registro indica que 54,6 por ciento de las personas LGBTI asesinadas lo fueron con armas de fuego, 19,2 por ciento con objetos cortantes o punzantes, 4,3 por ciento con el empleo de la fuerza corporal y 3,7 por ciento ahorcadas o estranguladas.
En general, la mayoría de los cuerpos de hombres gais asesinados son hallados en sus domicilios, abatidos con objetos cortantes o punzantes, y las mujeres lesbianas en lugares públicos, a veces víctimas de armas de fuego y con señales de crueldad.
La mayoría de las víctimas asesinadas tenían edades entre 18 y 25 años, y sus crímenes ocurrieron durante los fines de semana.
“Las muertes violentas de las personas LGBTI son más que números, dado que impactan de manera desproporcionada a un grupo tradicionalmente excluido, y muchas de ellas están motivadas en razones prejuiciadas avaladas socialmente”, destacó el informe.
Agregó que “el mensaje detrás de estas violencias es claro: las personas LGBTI deben ocultar su sexualidad e identidad a cambio de mantenerse con vida”.
Por otra parte, “el impacto simbólico de esas violencias es mayor, y la omisión o débil respuesta de los Estados es más grave, debido a que en la base de los hechos, los impactos y las respuestas, está la discriminación”.
El año 2020, con la pandemia covid-19, fue doblemente duro para la comunidad LGBTI, debido a las medidas que incluyeron toques de queda, limitación de acceso a servicios y el despliegue de fuerzas policiales y militares para garantizar la observación de las disposiciones oficiales.
En ese clima aumentaron los riesgos de violencia por parte de agentes del Estado y de particulares, debido a los prejuicios ante la orientación sexual o identidad de género de las personas.
“A pesar de estos datos tan alarmantes los Estados de la región continúan sin definir líneas claras y efectivas para prevenir, investigar y sancionar adecuadamente la violencia contra las personas LGBTI”, indicó el texto.
Esas omisiones obedecen “a la invisibilización histórica de esta población, los contextos de discriminación y los riesgos de revictimización cuando estos hechos son denunciados; pero, sobre todo, a la falta de voluntad de los gobiernos nacionales para articular su respuesta institucional”, se agregó.
Entre las recomendaciones a los Estados la red pide crear o mejorar sistemas de registro de violencias contra personas LGBTI, y erradicar, de las investigaciones a cargo de fiscalías, y de los procedimientos judiciales, los estereotipos basados en la orientación sexual y la identidad de género de las personas.
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