MÉXICO – En la última década, América Central y el Caribe han avanzado en la transición energética hacia matrices más limpias, mediante energías renovables y gas, aseguraron este viernes 21 en la XXX Conferencia de Energía La Jolla, que se celebra a lo largo del mes de mayo.
Funcionarios y especialistas del área analizaron esa evolución durante la tercera ronda de debates de la Conferencia, que comenzó el día 7 y concluirá el 28 de mayo y cuya edición es virtual debido a la covid-19. La organiza el Instituto de las Américas (IA), que tiene su sede en la ciudad costera de La Jolla, en el estado de California, en Estados Unidos.
Salvador Handal, secretario ejecutivo de la estatal pero autónoma Comisión Nacional de Energía de El Salvador, dijo que en su país “en la última década, la matriz energética migró de importar fósiles a usar renovables”.
“En los dos últimos años, la subasta de renovables y plantas de ciclo combinado ha sido incremental, incluso durante la pandemia. En el último trimestre (enero-marzo), El Salvador generó más de 90 por ciento de renovables. Nos aproximamos a la generación total limpia. La transición se ha acelerado”, destacó.
El Salvador espera que antes de marzo de 2022 entren en operación 255 megavatios (Mw) adicionales basados en la quema de gas. La empresa Energía del Pacífico construye en el este del país una planta de regasificación de gas licuado (LNG, en inglés).
Esa planta es parte de un complejo energético para el cual prestó 115 millones de dólares el BID Invest, la rama de financiamiento privado del Banco Interamericano de Desarrollo.
En 2020 el gobierno salvadoreño aprobó la Política Energética Nacional para 2050, año en el cual la nación centroamericana aspira a ser carbono neutral –sus emisiones contaminantes y las evitadas suman cero–, y que fomenta las energías eólica, solar fotovoltaica y geotérmica.
Para 2025, El Salvador solo utilizaría gas y renovables, según detalló Handal por videoconferencia en una sesión que se concentró en cómo los países centroamericanos y caribeños afrontan la descarbonización de su economía y de su matriz energética.
Silvia Alvarado, presidenta de la firma internacional Energy Intelligence Consulting, trazó el panorama actual de los países centroamericanos al respecto.
“Centroamérica ha sido exitosa en incorporar renovables en la matriz energética de todos los países. Costa Rica ha sido el líder, siempre ha tenido un compromiso fuerte con el ambiente. Detrás, Panamá y Guatemala han llevado a cabo subastas de electricidad en los últimos años. La región está en buena forma. Los precios son bajos y hay abundancia de electricidad. Es necesario impulsar la demanda”, resaltó.
En América Central, la mayoría de la generación eléctrica proviene de hidroelectricidad, fósiles, renovables y geotermia, por ese orden, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Importadores netos de combustibles fósiles, los países centroamericanos, cuyos mercados están abiertos a la competencia desde los años 90 –a excepción de Costa Rica–, buscan la forma de depender menos de esas compras externas y disminuir su ya baja huella de carbono, concordaron expositores durante la Conferencia .
El Caribe insular ha emprendido una ruta similar.
Rafael Velazco, superintendente de Electricidad de República Dominicana, señaló que ese país tiene “una generación diversificada, con 37 por ciento basada en gas, que lo vemos como combustible de transición y que ha sido un factor de cambio”.
“En los últimos cuatro años, hemos registrado un gran aumento de proyectos solares y eólicos. Permitimos que el sector privado invierta, el gobierno garantiza esa inversión, pero no invertirá en generación, dependemos de que el sector privado lo haga”, aseguró el responsable dominicano del sector.
República Dominicana está por licitar una planta de LNG en el norte del país. En los próximos tres años, la nación caribeña espera incorporar 200 Mw generados con gas.
Trinidad y Tobago enfrenta un predicamento similar al de la región centroamericana, debido a su dependencia de gas para generar electricidad.
Kevin Ramnarine, exministro de Energía del país, expresó su preocupación por la escasez de la molécula y la necesidad de buscar otros medios de producción eléctrica.
“Existe la intención de incorporar energía solar e hidrógeno”, afirmó.
Bajo la Iniciativa Alianza Global Plus de Cambio Climática, la Unión Europea y el gobierno trinitense construye un parque solar de 110 Mw de capacidad, y un presupuesto de más de 1,5 millones de dólares.
Tanto los países centroamericanos como caribeños enfrentan los desafíos de la evolución energética, como la necesidad de almacenamiento en baterías y la moda del hidrógeno proveniente de gas o de renovables.[related_articles]
En ese sentido, el salvadoreño Handal anticipó que “vamos a transformar el marco regulatorio, que es obsoleto, para incluir almacenamiento e hidrógeno. Tenemos que promover y profundizar en eficiencia energética, tenemos que reducir vulnerabilidad energética. Vamos a optimizar nuestros recursos naturales”.
El Salvador y Costa Rica integran la plataforma de hidrógeno verde para América Latina y el Caribe (H2LAC), patrocinada por la cooperación alemana. En el caso salvadoreño, gracias a esa plataforma se estudia un proyecto geotérmico en el este del país, destinado a hidrolizar agua e inyectar el fluido en el Sistema de Interconexión Eléctrica para Países de América Central.
A su vez, Alvarado destacó la necesidad de introducir esas tecnologías. “Los países están conscientes de esa necesidad, pero es aún incipiente. No hemos visto aún regulaciones claras para eso, aunque las tendremos pronto. Veremos cómo las renovables tendrán un nicho fuerte frente a LNG”, sostuvo.
El dominicano Velazco también anunció la revisión de la regulación, especialmente de la Ley de Energías Renovables vigente desde 2007. “Queremos ajustarla para abarcar almacenamiento y autos eléctricos”, explicó.
La empresa trinitense NewGen avanza en un proyecto de aprovechamiento de hidrógeno, en el cual usará el calor de una planta de ciclo combinado y lo usará para electrolizar agua y generar electricidad. Con ello, también producirá amonio verde, para fertilizantes.
“El hidrógeno mediante electrólisis de agua es una opción atractiva para sustituir al metano”, planteó Ramnarine.
La agenda de la XXX Conferencia también incluye temas como el futuro del transporte, incluyendo su electrificación; la perspectiva del gas en América del Sur; la cooperación energética entre Estados Unidos y México, así como el futuro de los hidrocarburos y el financiamiento de la recuperación económica poscovid.
El desarrollo de la energía en América Latina y el Caribe es un foco estratégico del IA, que se dedica a promover las políticas públicas y la cooperación público-privada en el hemisferio.
ED: EG