Maribel Palomino, con suéter verde, sentada en el quicio de la puerta de la casa de sus padres, rodeada de su familia. Ella y sus dos hermanos retornaron a la casa familiar tras la pandemia, porque allí podían producir sus alimentos y cuidar que sus padres no se contagiasen de covid. En la finca familiar, en la comunidad de Muñapata, a 3158 metros de altura, en la región peruana de Cusco, Palomino cultiva ahora un biohuerto, que le garantizan los ingresos necesarios para mantenerse ella y su hijo. Foto: Cortesía de Maribel Palomino

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