Prorrogar moratorias en los pagos de deuda externa para los países del Sur, y activar una nueva emisión de derechos especiales de giro (DEG) en el Fondo Monetario Internacional, son dos propuestas del secretario general de la ONU, António Guterres, para encarar la crisis de la deuda en los países en desarrollo.
“A menos que tomemos medidas decisivas sobre los desafíos de la deuda y la liquidez, corremos el riesgo de otra ‘década perdida’ para muchos países en desarrollo”, dijo Guterres al intervenir este lunes 29 en una cita virtual de gobernantes y autoridades financieras convocada por Canadá y Jamaica.
Sin alivio de deuda y espacio para nuevas inversiones se pondría “definitivamente fuera de alcance el logro de los Objetivos (de Desarrollo Sostenible, ODS) para la fecha límite de 2030”, aseveró Guterres.
Las medidas tomadas mundialmente para prevenir crisis de deuda tras la covid-19 no han sido suficientes para restaurar la estabilidad económica en muchos países en desarrollo, advirtió un informe de la Secretaría General de las Naciones Unidas.
Mientras que las economías avanzadas aumentaron sus gastos fiscales en más de 12 por ciento de su producto bruto, las de ingresos medios y bajos movilizaron menos del cuatro o dos por ciento de su PIB, respectivamente, lo que refleja las restricciones en los espacios fiscales y de acceso al financiamiento externo.
El informe, “Soluciones de liquidez y deuda para invertir en los ODS”, destaca, sin mencionarlas expresamente, que 42 naciones que obtienen préstamos de los mercados de capital han experimentado degradaciones de calificación para la deuda soberana desde el inicio de la pandemia.
De ellos, seis son países desarrollados, 27 son mercados emergentes, y nueve países figuran en la lista de los menos adelantados.
Las rebajas de calificación de la deuda soberana hacen que aumenten los costos de los préstamos, especialmente para los países en desarrollo, lo que, a su vez, puede aumentar el riesgo de que más naciones asuman una deuda insostenible, especialmente si la pandemia se prolonga más de lo esperado.
El informe destaca la necesidad de alivio de la deuda para crear espacio para las inversiones en la recuperación, y para los ODS recogidos en la Agenda 2030.
Ese alivio puede liberar recursos, crear condiciones en las que los países regresen voluntariamente al mercado y reduzcan costos generales de endeudamiento, con impactos positivos en toda la economía.
Incluso en casos de deuda elevada, el nuevo endeudamiento puede conducir a una mejor calidad crediticia si financia inversiones productivas, apuntó Guterres.
El secretario general instó a adoptar un enfoque de la deuda en “tres fases”: una moratoria de los pagos, un alivio específico y reformas a la arquitectura internacional del endeudamiento.
Junto con las iniciativas de suspensión y moratorias en el servicio de la deuda, el informe respalda la emisión por el FMI de entre 350 000 y 455 000 millones de DEG (que apuntalan las reservas internacionales de los países), equivalentes a entre 455 000 y 650 000 millones de dólares.
Hasta 40 por ciento de eso nuevos DEG podría ir a países en desarrollo, y al menos 3,5 por ciento a los países menos adelantados, recordó el informe.
También planteó que se recapitalice a los bancos regionales de desarrollo, y Guterres pidió proporcionar nueva financiación en condiciones favorables a los pequeños Estados insulares y demás países económicamente menos adelantados.
Entretanto, se informó que en el foro virtual convocado por los primeros ministros Justin Trudeau, de Canadá, y Andrew Holness, de Jamaica, han participado gobernantes de Argentina, Barbados, Costa Rica, Ecuador, Egipto, España, Italia, Kenia, Namibia, Turquía y Venezuela.
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