Las oportunidades de la mujer en el mercado laboral han resultado muy afectadas por la pandemia covid-19, en áreas como ocupación, representación en posiciones relevantes y presencia en los sectores de mayor riesgo, según estudios que adelanta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Incluso antes del inicio de la pandemia la igualdad de género en el lugar de trabajo seguía siendo difícil de alcanzar”, y ahora las mujeres “están en la primera línea de la covid-19, ya que constituyen el grueso de los trabajadores esenciales”, recuerdan las analistas de la OIT Vipasana Karkee y Marie-Claire Sodergren.
Del personal sanitario, 70 por ciento son mujeres, se recordó.
La perturbación del mercado laboral en 2020 superó con creces el impacto de la crisis financiera de 2009, pues se perdieron 8,9 por ciento de las horas de trabajo en el mundo, equivalentes a 255 millones de empleos a tiempo completo. Las pérdidas de las mujeres fueron de cinco por ciento y 3,9 por ciento para los hombres.
Además, con el cierre de escuelas, se requirió mayor supervisión de los niños en el hogar, y las mujeres son mucho más propensas a abandonar la fuerza de trabajo que los hombres para poder prestar esa atención, lo que aumenta las antiguas brechas de género en las tasas de participación en la fuerza laboral.
En 2019, antes de que comenzara la pandemia, la participación en la fuerza de trabajo de los hombres en edad avanzada (25-54 años) era de 93,5 por ciento, en comparación con sólo 62,1 por ciento de las mujeres.
Por otra parte, “es probable que la infrarrepresentación de las mujeres en los puestos directivos empeore”, según las analistas, tras mostrar un lento progreso en las últimas dos décadas, de apenas tres puntos porcentuales desde el año 2000.
En 2019, aunque las mujeres representaban casi 39 por ciento de la población activa mundial, solo ocupaban 28 por ciento de los puestos directivos.
“Esto sugiere que el techo de cristal sigue muy presente, ya que los hombres siguen dominando los puestos de toma de decisiones, como los de director general, altos funcionarios y legisladores, ocupando casi tres cuartas partes de estas ocupaciones”, indicaron las analistas.
La proporción de mujeres en puestos directivos disminuyó, a veces significativamente, del cuarto trimestre de 2019 al tercer trimestre de 2020 en más de la mitad de los 47 países con datos disponibles, en su mayoría de países con ingresos altos, y es posible que ese patrón se mantenga en los de ingresos más bajos.
También las medidas de distanciamiento social, los cierres y la distorsión de las cadenas de suministro y los mercados, han exacerbado desigualdades estructurales y los retos que suelen impedir el rendimiento y el crecimiento de las empresas propiedad de mujeres, y han provocado el cierre de muchas de ellas.
Entre los jóvenes ni-ni (ni estudian, ni trabajan, ni reciben formación) la tasa fue mayor en el segundo trimestre de 2020 que el año anterior en 45 de los 50 países con datos disponibles. Los cierres por la covid hicieron perder 8,7 por ciento de empleos entre los jóvenes frente a 3,7 por ciento de los trabajadores mayores.
Ya antes de la pandemia las mujeres jóvenes tenían más del doble de probabilidades que los hombres de estar desempleadas y sin educación ni formación, pues entre 2005 y 2019 la tasa de ni-ni se mantuvo por debajo de 15 por ciento para los hombres jóvenes y por encima de 30 por ciento para las mujeres.
Finalmente, las medidas de bloqueo amenazan los medios de vida de 1600 millones de trabajadores, 76 por ciento de quienes se ganan la vida en el sector informal de la economía, y las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores de alto riesgo, como los servicios de alojamiento y alimentación.
Frente a 32 por ciento de hombres que trabajan en esos sectores, la proporción de mujeres es de 42 por ciento.
Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados por las Naciones Unidas, en el ODS 8, Trabajo decente y crecimiento económico, la meta 8.5 plantea “lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad”, recordaron las autoras.
También en el ODS 5, Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, la meta 5.5 procura “asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública”.
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