Lluvias estacionales han desatado nuevas oleadas de la plaga langosta del desierto sobre pastizales y sembrados de los países del Cuerno de África (Etiopía, Somalia y Yibuti) y Yemen, alertó este miércoles 16 un nuevo reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La langosta del desierto (Schistocerca gregaria) forma enjambres de hasta un kilómetro cuadrado que pueden contener 80 millones de insectos, capaces de recorrer hasta 100 kilómetros en un solo día y devorar los cultivos que alimentarían a 35 000 personas.
El ciclón Gati, que azotó el Cuerno de África en noviembre y descargó en dos días el agua que habitualmente reciben zonas desérticas somalíes en un año, facilitó el desarrollo de la plaga al despuntar diciembre y amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas en la región, indicó la FAO.
Como la langosta empezó a reproducirse a ambos lados del mar Rojo, la amenaza se cierne sobre Yemen y Arabia Saudita en el suroeste de Asia y sobre Eritrea, Kenia y Sudán en el oriente africano.[pullquote]3[/pullquote]
Esta plaga milenaria ha asolado por años distintas áreas del continente, y en lo que va de 2020 se ha ensañado con África oriental, agregando un nuevo problema a los ya existentes por duros ciclos de sequías y e inundaciones, pobreza de medios materiales, conflictos armados y la aparición de la pandemia de covid-19.
En el sur africano las variedades de langostas rojas y pardas (Nomadacris septemfasciata y Locustana pardalina) han azotado áreas de Botswana, Namibia, Zambia y Zimbabwe.
La FAO ha lanzado campañas de respuesta, básicamente con empleo de plaguicidas y la fumigación aérea que le es posible, en 10 países a lo largo del año, y reivindica haber tratado más de 1,3 millones de hectáreas infestadas por el voraz insecto.
La organización calcula que ha evitado la pérdida de unos 2,7 millones de toneladas de cereales, por valor de casi 800 millones de dólares, la cantidad de alimento necesaria para 18 millones de personas en esos países asediados por la pobreza y la inseguridad alimentaria aguda.
“Hemos conseguido mucho, pero aún no hemos ganado la batalla contra esta implacable plaga. No debemos desistir”, dijo el director de la FAO, Qu Dongyu.
Las langostas “siguen propagándose día y noche, y los peligros que conllevan están exacerbando la inseguridad alimentaria de las familias vulnerables en toda la región afectada”, agregó Qu.
La FAO asiste a los gobiernos y otros receptores de ayuda en las zonas afectadas con vigilancia, coordinación y soporte técnico, capacitación de 1500 empleados en labores contra la plaga, adquisición de suministros, e instalación de equipos pulverizadores en 110 vehículos terrestres y 20 aeronaves.
Agricultores han recibido material agrícola, asistencia veterinaria y pienso para el ganado herbívoro hambriento, y dinero en efectivo para familias que perdieron sus cultivos, a fin de que puedan subsistir hasta la próxima cosecha.
La FAO informó que más de 200 000 hogares han recibido ayuda para su manutención y espera asistir a otros 98 000 a principios de 2021, por lo que solicita a gobiernos e instituciones donantes reunir 40 millones de dólares adicionales.
En los cinco países más afectados, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen, hay unos 35 millones de personas en situación de insuficiencia alimentaria aguda y en cuestión de meses pueden agregarse otros 3,5 millones, se indicó.
Los principales donantes de la FAO para la campaña contra la langosta son gobiernos de Europa, Arabia Saudita, Canadá, China, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos, y el Banco Africano de Desarrollo, algunos fondos especializados de las Naciones Unidas y fundaciones privadas.
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