Agencias de las Naciones Unidas lanzaron este jueves 10 un plan para asistir en 2021 a los venezolanos migrantes y refugiados en 17 países de América Latina y el Caribe, con requerimientos que alcanzan a 1440 millones de dólares.
El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela 2021 (en inglés “Response for venezuelans” o R4V) es conducido por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con apoyo de 158 organizaciones no gubernamentales.
Según Acnur-OIM, de Venezuela salieron hasta finales de 2019 unos 5,4 millones de personas, de los cuales 4,6 millones a países de la región, y el número podría incrementarse entre uno y dos millones de personas a partir del próximo año, dependiendo de la evolución de la crisis venezolana y la pandemia covid-19.
El plan R4V prevé alcanzar con beneficios a 3,3 millones de personas, de las cuales 2,3 millones serían venezolanos migrantes o refugiados, 174 000 retornados a su país, 188 000 en situación pendular, y más de 660 000 personas que viven junto a ellos en las comunidades de acogida de sus respectivos países.
Filippo Grandi, máximo responsable de Acnur, dijo que el plan “responde a las necesidades de estas personas y sus comunidades de acogida, al aspecto humanitario de ayuda tras ser impactados por la covid-19, y a la integración social”.
Las restricciones de movilidad y los confinamientos “han tenido un impacto negativo en la capacidad de las personas refugiadas y migrantes para mantener sus medios de vida y el acceso a bienes y servicios básicos”, dijo Eduardo Stein, representante de Acnur y OIM para los Refugiados y Migrantes de Venezuela.
Muchas personas “han perdido sus medios de vida y al mismo tiempo no están incluidas sistemáticamente en los planes de asistencia social que se han establecido para las poblaciones locales” en los países de acogida, recordó Stein.
El estudio de Acnur-OIM señaló que la situación ha llevado a algunos venezolanos a regresar a su país, mientras en paralelo aumenta la cantidad de quienes continúan emigrando, a medida que se relajan las medidas de confinamiento y las condiciones dentro de Venezuela siguen deteriorándose.
Mientras las fronteras permanecen cerradas, estos movimientos tienen lugar principalmente a través de cruces fronterizos irregulares, lo que expone a los refugiados y migrantes a riesgos de abuso físico y sexual, discriminación, explotación y trata de personas, más infección por el nuevo coronavirus.
En la región, Colombia es el mayor receptor, con 1,7 millones de venezolanos, seguido de Perú con un millón, Chile y Ecuador con más de 400 000 cada uno, casi un cuarto de millón en Brasil, 170 000 en Argentina y alrededor de 100 000 tanto en México como en Panamá y República Dominicana.
Del volumen de recursos requerido, las mayores sumas se destinarían a Colombia, 410 millones de dólares, Perú, 275 millones, y Ecuador, 234 millones, seguidos de Brasil con 98 millones y Chile con 46 millones de dólares.
Por sectores, se prevé destinar a programas de integración 264 millones de dólares, 213 millones a salud, 83 a educación, 141 a protección (a la niñez, contra la violencia basada en género y la trata de personas), 190 a alimentación, 70 a alojamiento y 42 millones de dólares a necesidades de agua y saneamiento.
También se prevé asistencia en efectivo y otros medios de pago a las familias, por 248 millones de dólares, y todos los programas están cruzados transversalmente por la lucha contra la covid, por un total de 410 millones de dólares.
En los tres principales países de acogida, Colombia, Ecuador y Perú, 2,2 millones de venezolanos padecen insuficiencia alimentaria, según OIM-Acnur.
El programa R4V espera financiarse con aportes de los participantes y de donantes internacionales como gobiernos, organismos multilaterales y el sector privado.
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