El año cerrará con 30 millones de trabajadores desempleados en América Latina y el Caribe, como consecuencia de la crisis desatada por la pandemia covid-19, indicó este jueves 17 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al entregar su informe Panorama Laboral 2020.
“Llegamos a 2021 con el empleo en terapia intensiva. Esta es la crisis más grande que haya registrado este informe (editado desde 1994) en toda su existencia”, dijo el director regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, al presentar el documento.
El Panorama registra un fuerte aumento en la tasa de desocupación, de 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1 a 10,6 por ciento.[pullquote]3[/pullquote]
Eso significaría que el número de personas buscando empleo y que no lo pueden conseguir aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones, en una fuerza laboral de 284 millones de trabajadores.
El informe advierte que la tasa de desocupación cuenta solo una parte de la historia. Este año se registró un inédito tránsito hacia la inactividad por parte de personas que desistieron de buscar trabajo ante la falta de oportunidades, y la tasa de participación se desplomó en 5,4 puntos hasta 57,2 por ciento, al cierre del tercer trimestre.
Más allá de los porcentajes, eso significa que unas 23 millones de personas salieron de la fuerza laboral temporalmente y han perdido sus empleos y sus ingresos, dice el informe difundido desde las oficinas regionales de la OIT en esta capital peruana.
Con un crecimiento moderado en 2021, y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia, la tasa de desocupación podría subir aún más, hasta 11,2 por ciento.
Antes de la crisis sanitaria, lo que sostenía la participación y ocupación regional era la incorporación de las mujeres en el mercado laboral, pero por la pandemia ese proceso retrocede: la caída en la tasa de participación fue más importante entre las mujeres, de -10,4 por ciento, que entre los hombres, -7,4 por ciento.
La tasa de desocupación juvenil subió 2,7 puntos porcentuales, hasta 23,2 por ciento, un nivel que no se había registrado antes, y que implica que uno de cada cuatro jóvenes estaba sin empleo al cierre del tercer trimestre.
Por categorías, el empleo asalariado total y el empleo por cuenta propia cayeron -6,8 y -8,9 por ciento, y también disminuyeron los empleadores (-9,8 por ciento) y el servicio doméstico (-19,4 por ciento).
La contracción del empleo fue muy importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6 por ciento) y comercio (-12 por ciento), en la construcción (-13,6) y en la industria (-8,9), aunque menos en la agricultura (-2,7 por ciento).
Frente a este escenario, los países de la región enfrentan ahora el desafío de “sentar las bases para una nueva y mejor normalidad”, dijo Pinheiro, lo que implica adoptar estrategias para generar más y mejores empleos en la medida que se reactive la producción y disminuya la emergencia sanitaria.
“Ahora es indispensable lograr crecimiento económico con empleo. El empleo es crucial para reducir la pobreza y enfrentar la amplificación de las desigualdades que está dejando como secuela esta pandemia”, agregó el responsable regional de la OIT.
A-E/HM