Con China como locomotora, 15 países de Asia y Oceanía establecieron desde este lunes 16 el que será en mayor acuerdo comercial del mundo, pues abarcará a 2100 millones de consumidores y 30 por ciento del producto bruto mundial.
La naciente Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés) emerge como alternativa al Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que fue promovido por el anterior presidente estadounidense, Barack Obama (2009-2017), y que no incluía a Beijing.
El ya saliente mandatario en Washington, Donald Trump, se retiró de ese acuerdo y entonces Beijing, cuatro naciones del Pacífico (Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda), junto a las 10 de la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (Asean) pisaron el acelerador para concretar un nuevo pacto.
Esas 10 naciones son Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam, cuyo primer ministro, Nguyen Xuan Phuc, presidente de turno de la Asean, llevó la batuta en las ceremonias de firma, realizadas por separado en cada capital, debido a la pandemia covid-19.
“Estoy encantado de que después de ocho años de complejas negociaciones, finalmente demos hoy por terminadas de manera oficial las negociaciones de la RCEP”, declaró Nguyen.
El objetivo declarado de la RCEP es “establecer una asociación económica moderna, integral, de alta calidad y de beneficio mutuo, que facilitará la expansión del comercio y la inversión regionales y contribuirá al crecimiento y desarrollo económicos mundiales”.
Como asociación moderna, la RCEP “toma en consideración las realidades comerciales emergentes y cambiantes, incluida la era del comercio electrónico, el potencial de las micro, pequeñas y medianas empresas, la profundización de la cadena de valor regional. y la complejidad de la competencia del mercado”.
Se presenta como integral porque cubre una veintena de áreas del comercio, como normas de origen y procedimientos aduaneros, medidas sanitarias y fitosanitarias, reglamentos técnicos, procedimientos de evaluación y soluciones comerciales.
También cubre el comercio de servicios, incluidas disposiciones específicas sobre servicios financieros, profesionales y de telecomunicaciones, el movimiento temporal de personas físicas, y hay capítulos sobre inversión, propiedad intelectual, comercio electrónico y pequeñas y medianas empresas, entre otros temas.
También se presenta como “de alta calidad” porque contiene disposiciones que superan los acuerdos de libre comercio de la región y reconoce los diversos niveles de desarrollo (entre un país rico como Japón y uno pobre como Camboya) y las necesidades económicas de las partes.
India se retiró el año pasado de las negociaciones, temerosa de que productos baratos de China inunden su propio mercado, pero el acuerdo dejó las puertas abiertas para su ingreso, lo que haría mucho más vasto el naciente pacto.
La RCEP elimina aranceles sobre más de 90 por ciento de los bienes intercambiados entre los miembros, y no habrá impuestos sobre 61 por ciento de las exportaciones agrícolas de la Asean, Australia o Nueva Zelanda, ni sobre 56 por ciento de las de China o 49 por ciento de las de Corea del Sur.
Li Keqiang, primer ministro de China, país que se anota un éxito en la rivalidad global que mantiene con Estados Unidos, afirmó que el acuerdo RCEP “muestra claramente que el multilateralismo es la vía correcta y representa la dirección adecuada para la economía mundial y el progreso de la humanidad”.
Los firmantes del nuevo trato dijeron en un comunicado que “creemos que la RCEP, como el mayor acuerdo de libre comercio del mundo, representa un importante paso adelante hacia un marco ideal de comercio global y reglas para la inversión”.
A-E/HM