Trinidad y Tobago busca cómo proteger sus icónicas Tres Hermanas

Eric Lewis, príncipe hereditario de los primeros pueblos de Moruga, en la bahía de Retraiteal este de la cual se encuentran Trinity Hills, en el sureste de Trinidad y Tobago. Foto: Cortesía de Eric Lewis
Eric Lewis, príncipe hereditario de los primeros pueblos de Moruga, en la bahía de Retraiteal este de la cual se encuentran Trinity Hills, en el sureste de Trinidad y Tobago. Foto: Cortesía de Eric Lewis

Trinity Hills, una serie de colinas en el sureste de Trinidad y Tobago, también conocidas localmente como las Tres Hermanas, alberga un santuario de vida silvestre que sirve como una especie de incubadora para que la fauna se reproduzca y se conserven las reservas forestales circundantes.

Pero un borrador del plan de manejo para el proyecto ambiental de Trinity Hills y los informes de las comunidades vecinas sugieren que se necesita una acción urgente para evitar pérdidas en este santuario y la reserva forestal de este país insular caribeño, situado en extremo sur de las Antillas y a tan solo 408 millas náuticas (757 kilómetros) de las costas continentales del este de Venezuela.

La agricultura de tala y quema en los límites del santuario representa una amenaza para el santuario mismo, el denunciado cultivo de marihuana en las profundidades del área protegida agrega otro nivel de peligro debido a la posibilidad de violentos conflictos, y la caza furtiva amenaza la viabilidad de su vida silvestre.

Ello sin contar los impactos que aunque sean legales infringen a la zona las compañías transnacionales de petróleo y gas, que cortan franjas a través del santuario para instalar oleoductos y también amenazan su flora y fauna.

La gestión de estos problemas y reclamos conflictivos en el área requerirá la cooperación de todos los interesados, dijo a IPS David Persaud, gerente ambiental de la División de Política y Planificación Ambiental del Ministerio de Planificación y Desarrollo.

Para el funcionario, por el momento algunas de las amenazas a la zona son «anecdóticas, no empíricas», pero «debe determinarse la evaluación real del alcance del problema en el santuario de vida silvestre Trinity Hills y las áreas circundantes»,  que incluye las comunidades de Guayaguayare y Moruga, en la región de Victoria-Mayaro.

«Todas esas cosas tendrían que ser evaluadas como parte del trabajo adicional por hacer», planteó Peersaud, quien fue presidente del comité directivo del proyecto Mejoramiento de la gestión de bosques y áreas protegidas de Trinidad y Tobago (IFPAM-TT), que se desarrolló entre 2015 y 2019, financiado el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).

El plan de gestión del proyecto IFPAM-TT para el área de Trinity Hills aún no se ha concluido y presentado, dijo, pero cubre las amenazas detalladas, así como las posibles soluciones.

Entre ellas, citó desde memorandos de entendimiento para la gestión del sitio, hasta directrices operativas para el petróleo y empresas de gas, o la aplicación de mecanismos de remoción de residuos sólidos, así como una agenda de investigación y estrategia de comunicación.

El gobierno de Trinidad y Tobago y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) concluyeron recientemente un proyecto de Mejoramiento del Manejo de Bosques y Áreas Protegidas diseñado destinado a conservar la flora y fauna de esta área de importancia ecológica.

Según el FMAM, alrededor de 60 por ciento del territorio de Trinidad y Tobago es bosque y tierras arboladas, e incluye varios ecosistemas terrestres distintos y una alta relación entre diversidad de especies y superficie.

Trinidad y Tobago alberga alrededor de 420 especies de aves, 600 especies de mariposas y 95 de mamíferos, entre otros. También hay más de 2100 plantas con flores diferentes, que incluyen más de 190 especies de orquídeas, según el FMAM.

Trinity Hills también tiene otro significado histórico para el país, que debe su nombre justamente a que el europeo Cristóbal Colón la apodó Santa Trinidad a la isla a la que llegó por su costa sur y lo primero que avistó fueron los tres picos.

Anidados en el suelo bajo los pies de las Tres Hermanas hay restos de artefactos que dan testimonio de los habitantes de los pueblos originarios de la isla, conocidos aquí como “primeros pueblos” y que ven el área como un sitio sagrado con algún significado religioso.

El sitio digital del Programa Forestal de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) señala que aproximadamente 22 por ciento de la masa terrestre en el Caribe de habla inglesa está bajo alguna de las formas de área protegida, como es el caso de  Trinity Hills.

También afirma que la degradación y pérdida de los bosques amenaza la supervivencia de muchas especies y reduce la capacidad de los bosques para proporcionar servicios esenciales dentro de esos territorios sujetos a regulaciones de protección en esa parte del Caribe insular, junto con Belice y Guyana.

Eric Lewis, quien es reconocido por los Primeros Pueblos de Moruga como príncipe hereditario y portavoz, y Arvolon Wilson-Smith, activista ambiental y presidenta de la no gubernamental Black Deer Foundation, dijeron a IPS que los problemas causados en la zona ​​por actividades tanto ilegales como legales son muy variados.

Entre ellos, incluyeron la fragmentación del bosque que desplaza a los animales y tiene el potencial de interrumpir su reproducción; la pérdida de vegetación, incluidos árboles que tienen cientos de años, junto con amenazas a las 11 especies de plantas endémicas de la zona.

A estos impactos se suma la contaminación del aire, el agua y la tierra causada por la tala y quema de los ocupantes agrícolas y de las compañías petroleras.

Lewis dijo que su comunidad ha ofrecido soluciones al problema de la ocupación agrícola, donde los agricultores plantan pequeñas áreas para cultivar sin tener que establecerse, para ayudar al gobierno de Trinidad y Tobago durante más de tres décadas.

«Si la gente [en Moruga] tuviera las mismas oportunidades que las de las áreas urbanas, los miembros de la comunidad no tendrían que ir a las reservas forestales para cultivar ilegalmente», dijo.

La zona es conocida por sus papayas, cocos, sandía, calabaza, cítricos, frutos del pan, pimientos, aguacates, plátanos y otros cultivos. También tiene reputación por la marihuana cultivada orgánicamente. También hay una próspera industria pesquera en la que se capturan tiburones, carite  (Scomberomorus regalis), pez rey, pargo rojo, mero, langosta y ostras.

Lewis dijo que la gente de Moruga ha vivido en forma precaria durante décadas.

«Hay una falta de oportunidades para el progreso educativo. No hay hospital, ni estación de bomberos, el centro de salud abre de 8:00 AM a 4:00 PM; el hospital más cercano está a 15 minutos del punto más lejano de Moruga. Muchas personas han muerto camino al hospital. No hay instalaciones deportivas para los jóvenes y solo dos escuelas secundarias para una zona cuya población estima en unos 30 000 habitantes”, detalló.

Wilson-Smith dijo a IPS que los miembros de la comunidad de Guayaguayare, a la que ella pertenece, dependen en gran medida de las empresas de petróleo y gas que operan en el área de Victoria-Mayaro para obtener empleo. Trinidad y Tobago es el mayor productor de petróleo y gas natural del Caribe insular, aunque también la pesca y la agricultura proporcionan trabajo.

El borrador del plan de manejo elaborado para el proyecto IFPAM-TT, en el cual se desempeñó como representante comunitaria en un subcomité, incluye una propuesta para el ecoturismo como un posible medio de vida alternativo que podría alejar a las personas de las actividades ilegales en la reserva forestal y el santuario.

El área tiene varias atracciones que serían de interés para los turistas, dijo, incluido un volcán de lodo y una cascada de tres niveles, así como un buen terreno para caminar.

La propuesta de ecoturismo aún debe desarrollarse, pero la activista espera que la comunidad y los diversos brazos del gobierno responsables de la conservación puedan trabajar juntos para reducir los impactos de las actividades legales e ilegales que afectan el área.

Persaud consideró que aunque la policía haga todo lo posible para restringir las actividades ilegales, las compañías de petróleo y gas operan dentro de la ley ya que han obtenido los permisos pertinentes de las agencias ambientales.

«Cualquier tipo de desarrollo tendrá algunos impactos. Así es como mitigamos esos impactos de desarrollo», dijo.

Lewis no está de acuerdo. «Ninguna de las compañías petroleras ha contribuido a ningún tipo de reurbanización sostenible de las áreas que han afectado», dijo. «El hecho de que tengan un certificado de autorización ambiental no significa que sea bueno para el ambiente», sentenció.

T: MF

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