La FAO propone innovar contra el desperdicio de alimentos

Toma aérea de un mercado de frutas muestra la necesidad de combatir el desperdicio de alimentos.
Mercado flotante en barcazas en un canal de Bangkok. La FAO propone que todos los involucrados en las cadenas alimentarias busquen innovaciones para que no se pierda o desperdicie un tercio de los alimentos que produce el mundo. Foto: Mint Images/ONU

En el primer Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, este martes 29, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propuso frenar ese despilfarro con innovaciones tecnológicas, de trabajo y de gestión en todo el mundo.

La pérdida y desperdicio de alimentos “no tienen cabida en estos tiempos de crisis. La pandemia covid-19 es una llamada de atención para reconsiderar la forma en la que producimos, manipulamos y desperdiciamos nuestros alimentos”, señaló un mensaje de esa agencia de la ONU.

La FAO calcula que 14 por ciento de los alimentos producidos en el globo se pierden en la cadena que va desde el sitio de producción hasta los mercados, por problemas de logística en su acarreo, transporte, almacenamiento o distribución.

Luego, en su entrega y manejo por el consumidor final se desperdicia un volumen mayor, y se estima que la suma de pérdida y desperdicio alcanza a 1300 millones de toneladas, un tercio de lo producido en el mundo.

Por contraste, se calcula que padecen hambre 800 millones de personas, más de 10 por ciento de la población mundial.

Cuando se pierden o se desperdician los alimentos, se despilfarran todos los recursos utilizados para producirlos y distribuirlos, incluidos el agua, la tierra, la energía, la mano de obra, máquinas, infraestructura y el resto del capital.

Además, el desecho de alimentos en vertederos produce emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático, que a su vez afecta la agricultura y en general a la producción y el manejo de alimentos.

La FAO propone, para aminorar la pérdida y el desperdicio, buscar soluciones innovadoras y nuevas tecnologías, incluidas las plataformas de comercio electrónico, sistemas de procesamiento de alimentos móviles y retráctiles, nuevas formas de trabajo, y buenas prácticas para gestionar la calidad de los alimentos.

Las intervenciones públicas deben procurar que se faciliten las inversiones en la reducción de la pérdida y desperdicio de alimentos por parte de agentes privados, especialmente en este momento crítico, bajo el peso de la covid, según la FAO.

Pero reducir hasta poner fin a la pérdida y el desperdicio “requiere atención y acciones de todos, desde los productores de alimentos hasta las partes interesadas de la cadena de suministro, lindustrias alimentarias, los minoristas y los consumidores”.

La propia FAO creó un “índice de pérdida de alimentos”, para monitorear el 14 por ciento que se pierde en las cadenas iniciales del proceso, pues cuando las reducciones en la pérdida ocurren cerca de la granja, son más efectivas ante la inseguridad alimentaria y para aliviar la presión sobre la tierra y el agua.

Cuando las reducciones en el desperdicio de alimentos ocurren en la parte posterior de la cadena de suministro y en la esfera del consumidor, son clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las malas prácticas en las cadenas alimentarias generan ocho por ciento de esas emisiones.

También la merma de nutrientes, debida a la pérdida y desperdicio cuantitativo y cualitativo de alimentos, puede representar una oportunidad perdida para reducir la malnutrición y las deficiencias de micronutrientes en millones de personas.

La covid ha representado un desafío adicional porque las interrupciones en las cadenas de suministro, las cuarentenas, los cierres de restaurantes, hoteles y escuelas contribuyen a la pérdida alimentaria, al no encontrar productores y distribuidores mercados por abastecer, y sus productos muchas veces se han dañado.

En el otro extremo de la cadena, compras compulsivas por los consumidores durante la pandemia provocaron desabastecimiento en los supermercados y desperdicio de alimentos, mientras el hambre acosaba a los nuevos desempleados.

Para apoyar los trabajos de este primer Día, adoptado por la ONU hace exactamente un año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente nombró al afamado chef italiano Massimo Bottura como nuevo embajador de buena voluntad, para intensificar la lucha contra el desperdicio y la pérdida de alimentos.

Entre otras labores en favor de una mejor alimentación en el mundo, durante los confinamientos por la covid en Italia, Bottura y su familia produjeron un programa de cocina en línea llamado Kitchen Quarantine, que alentó a las personas a ver el potencial invisible en cada ingrediente y a no desperdiciar los alimentos.

A-E/HM

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