Las personas con otras enfermedades infecciosas graves son afectadas significativamente por la pandemia covid-19 y un grupo de agencias de las Naciones Unidas pidieron este miércoles 26 que los países aumenten los programas para proteger a las personas en mayor riesgo.
La falta de protección permite prever que en los próximos cinco años morirán 10 por ciento más pacientes con VIH/sida, 20 por ciento más con tuberculosis y 36 por ciento más con malaria, según proyectó la revista médica británica The Lancet.
Según las últimas cifras disponibles, de 2018 y 2019, el VIH/sida causa 700 000 muertes al año, la tuberculosis 1,5 millones y la malaria más de 400 000.
El programa de las Naciones Unidas sobre el sida (Onusida) señaló que se necesita proteger especialmente a las mujeres y las niñas, los hombres homosexuales, trabajadores sexuales, personas transgénero y a quienes consumen drogas, ya que muchos de ellos están excluidos de los programas de protección social existentes.
Una interrupción de seis meses de la terapia antirretroviral podría derivar en más de medio millón de muertes adicionales por enfermedades relacionadas con el VIH, de acuerdo con estimados de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los países “deben garantizar que todos puedan recibir servicios esenciales, incluida la atención médica, y deben invertir adecuadamente en programas de protección social” dijo en un comunicado Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Onusida.
En materia de tuberculosis “calculamos que entre 50 y 75 por ciento de los programas y tratamientos se han interrumpido hasta ahora, dependiendo del país, ya sea en test, suministros o atención hospitalaria”, dijo Tereza Kasaeva, directora del programa para esa enfermedad en la OMS.
“Quedarse en casa”, según la consigna ante la covid, puede interrumpir los contagios por el nuevo coronavirus pero facilita la circulación en los hogares de la infección por tuberculosis. Una persona enferma puede infectar a otras 15 durante un año.
Respecto de la malaria, permanecer en casa contraría la recomendación de acudir al médico con los primeros síntomas de fiebre y la importancia de que las víctimas potenciales se protejan con mosquiteros, algo fundamental en África, donde ocurren más de 90 por ciento de las muertes por ese flagelo.
Un modelo de la OMS pronosticó que, en el peor de los casos, dependiendo de cómo sean afectados los focos en África y América del Sur, los fallecimiento por paludismo podrían duplicare y subir hasta 770 000 anuales.
La covid “amenaza con arruinar todos nuestros esfuerzos y devolvernos al punto en el que estábamos hace 20 años”, resumió Pedro Alonso, director del programa sobre paludismo en la OMS.
Las agencias de la ONU insistieron en la necesidad de que los países desplieguen esfuerzos de protección a toda su población pues “en la actualidad, solo 29 por ciento de la población mundial tiene acceso a una cobertura de protección social adecuada”, según Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los gobiernos “deben actuar para garantizar la sostenibilidad de los medios de vida, las empresas y los empleos, y la protección de la salud, los derechos y los ingresos de los trabajadores durante y después de la covid-19”, dijo Ryder.
Henrietta Fore, directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), sostuvo que “los niños y los jóvenes están sufriendo de manera desproporcionada el impacto socioeconómico de la crisis de COVID-19”, comenzando por el cierre de las escuelas y de los programas de alimentación escolar.
Ya antes del brote de covid dos de cada tres niños no tenían fondos de protección social o eran insuficientes, y la pandemia pone en peligro a toda una generación de jóvenes, observó la responsable de Unicef.
“Los países deben estar a la altura de su compromiso con la protección social para todos los que la necesitan”, concluyó Fore.
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