Las principales preocupaciones de los habitantes de América Latina en esta etapa marcada por la covid-19 son cubrir sus necesidades alimentarias, la pérdida de ingresos y el miedo al coronavirus, mostró una encuesta realizada en mayo por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
La encuesta aplicó cuestionarios a 41 040 personas, vía web y durante 15 días de mayo, en nueve países de la región: Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y República Dominicana.
“Tratamos de consumir menos alimentos y menos luz eléctrica, y de conseguir fruta de temporada, para evitar el consumo de comida normal y así poder tener un poco más para la quincena”, informa una de las familias encuestadas.
Aunque 83 por ciento de los encuestados dijeron que pueden comer diariamente hasta tres veces, “existe un preocupante 17 por ciento de encuestados en áreas urbanas que no consumió ningún alimento o tal vez consumió una sola comida al día”, dijo el PMA.
La preocupación por no tener suficiente alimento fue expresada por 72 por ciento de las mujeres y 67 por ciento de los hombres encuestados.
Ocho de cada 10 diez personas encuestadas reportaron un incremento en el precio de los alimentos, comparados con los valores de antes de la pandemia.
Cerca de la mitad de encuestados reportó que encontraban parcial disponibilidad de alimentos, y en las áreas rurales -por la interrupción de cadenas de suministro- se reportó menor disponibilidad de alimentos que en las ciudades.
Aunque 74 por ciento dijeron tener alguna reserva de alimentos, en promedio calculaban que les durarían una semana.
El análisis encontró que 69 por ciento de la gente experimentó una disminución de los ingresos, y en áreas rurales y pueblos pequeños más mujeres que hombres señalaron una merma en sus ingresos desde la llegada del coronavirus a su país.
“Yo tengo un pequeño taller donde arreglo motos, pero con la emergencia, lastimosamente el trabajo ha disminuido casi en su totalidad. No hay dinero que alcance. No he podido pagar dos meses de arriendo y el poco dinero que se hace es para comprar algo de comida”, describió uno de los encuestados.
También se recogió temor a que se incremente el desempleo, una situación en que se encontraban 16 por ciento de los encuestados.
Más de un tercio, 35 por ciento de los entrevistados, obtiene sus ingresos con actividades informales o por asistencia, y 10 por ciento depende al menos parcialmente de ayudas recibidas de los gobiernos.
Las personas mencionaron las limitaciones que encuentran en sus comunidades: miedo a salir de casa debido al brote de la enfermedad, preocupación por la seguridad y restricción de movimientos.
“Ya me quedé casi sin dinero. No tengo ingresos. Tengo muchas deudas y estoy muy limitado para salir porque soy diabético”, explicó uno de los encuestados.
Los datos mostraron que 90 por ciento de la gente puso en práctica medidas de protección para contener el esparcimiento del virus, pero casi la mitad de los encuestados dijeron que los artículos de higiene solo están disponibles parcialmente.
El acceso a los servicios de salud también ha cambiado con la pandemia, y 52 por ciento de los encuestados dijeron que pueden acceder a instalaciones de salud solo para emergencias.
Siete por ciento indicaron que las instalaciones de salud en su comunidad dejaron de funcionar, y 11 por ciento reportaron ausencia total de servicios de salud.
Finalmente, mostraron preocupación por las escuelas, cerradas en la mayoría de los países como medida oficial para contener la pandemia. La mitad de los encuestados dijeron que la escuela de sus niños activó algún esquema de aprendizaje electrónico, pero una de cada cinco escuelas ha dejado de enseñar por completo.
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