Los precios de los medicamentos para combatir la covid-19 deben ser controlados, particularmente en los países en desarrollo, pues la actual pandemia no debe beneficiar a las trasnacionales farmacéuticas, planteó este martes 31 la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Hacemos un rotundo llamado a los gobiernos para que reconozcan cuántas vidas están en juego y usen su poder para hacer que los medicamentos, las pruebas y las vacunas estén disponibles, sean accesibles y asequibles para todos”, dijo la responsable de políticas de acceso en MSF, Dana Gill.
La organización celebró que ya los gobiernos de Chile y Ecuador, como los de Alemania y Canadá, tomaron medidas para anular patentes en la lucha contra la pandemia, al emitir licencias obligatorias para medicamentos, vacunas y herramientas similares. Israel lo hizo al menos respecto de un medicamento.
MSF puso como ejemplo que Cepheid, fabricante estadounidense de pruebas de diagnóstico, recibió autorización de emergencia de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos de su país (FDA, en inglés) para su prueba rápida de detección de coronavirus.
Pero Cepheid “acaba de anunciar que cobrarán 19,80 dólares por prueba en los países en desarrollo, incluidos los más pobres del mundo, donde las personas viven con menos de dos dólares al día”, deploró una declaración de MSF.
MSF sostiene, con base en estudios sobre cartuchos de pruebas similares de Cepehid, como los usados en detección de tuberculosis, que el costo de fabricación, incluidos materiales y gastos generales, es de tres dólares por unidad, por lo que cada prueba podría venderse, con ganancias, alrededor de cinco dólares.
“Ahora no es el momento de probar cuales son los precios más altos que soportará el mercado”, dijo Stijn Deborggraeve, asesor de diagnóstico en MSF. “Sabemos lo críticas que son las pruebas en esta pandemia, por lo que deben ser asequibles para todos los países”, subrayó.
Otro caso es el de la fabricante estadounidense de medicamentos Gilead, que acaba de renunciar a una designación especial de la FDA que le habría permitido extender a 70 países, durante 20 años, el monopolio de su patente sobre el remdesivir.
Remdesivir es un medicamento desarrollado por Gilead como tratamiento para la enfermedad del virus del Ébola y contra otros virus, y actualmente se prueba en algunos pacientes infectados por el coronavirus en Italia.
Gilead “no puede tener ganancias comerciales de esta pandemia y debe comprometerse a no reclamar sus patentes y otros derechos exclusivos, de lo contrario, podría cobrar lo que quiera por el remdesivir durante esta crisis de salud global y en los años venideros”, sostuvo Gill.
Agregó que “los altos precios y los monopolios provocarán un racionamiento de medicamentos, pruebas y vacunas, que solo servirán para prolongar esta pandemia”, con severos focos en países del Norte y avances en los del Sur.
“Por nuestro trabajo en más de 70 países sabemos muy bien lo que significa no poder tratar a nuestros pacientes porque el medicamento necesario es demasiado caro o simplemente no está disponible”, señaló Márcio da Fonseca, asesor de MSF para enfermedades infecciosas.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que data de 2017 mostró que el costo de producción de la mayoría de los medicamentos que figuran en la Lista OMS de Medicamentos Esenciales era una pequeña fracción del precio final pagado por los gobiernos, los pacientes o los planes de seguro.
Respecto de las patentes, desde su Declaración de Doha de 2001 la Organización Mundial de Comercio sostiene que “la protección de los derechos de propiedad intelectual debe apoyar el derecho de los países miembros de proteger la salud pública y, en particular, promover el acceso a los medicamentos para todos”.
MSF hizo “un rotundo llamado a los gobiernos para que reconozcan cuántas vidas están en juego y usen su poder para hacer que los medicamentos, las pruebas y las vacunas estén disponibles, sean accesibles y asequibles para todos”.
La pandemia covid-19 que se inició en diciembre de 2019 ya alcanzó a 800 000 personas y causó la muerte, hasta este martes 31, de al menos 39 000.
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