Ankita Gupta, quien vive en el sur de la capital de India, amanece ansiosa por si debe llevar a su hija de cuatro años a la guardería. El esmog, producido por el humo de las fábricas, escapes de vehículos, plantas de carbón y partículas químicas que reaccionan con la luz solar, se ha asentado sobre la ciudad en niveles muy peligrosos.
Gupta cree que enviar a su hija a la escuela en esas condiciones es como llevarla a la fuerza a una fábrica de productos químicos y llenar sus pulmones con humo tóxico. «¿Por qué debería poner en peligro su vida llevándola por calles oscurecidas con un aire tóxico?, se pregunta antes de indicar a IPS que para ella la salud de la niña es lo fundamental.
Por tres veces este mes, Nueva Delhi, la capital india con una población de 11 millones, debió cerrar las escuelas por la contaminación del aire, mientras hubo que desviar 17 vuelos y retrasar otros debido a la falta de visibilidad, además de paralizar las obras de construcción.
El Índice de Calidad del Aire de la capital llegó a medir 447, en una escala donde cero expresa el nivel más limpio y 500 el más peligroso. Fue cuando el gobierno decidió declarar una emergencia de salud pública.
Bijay Kumar, un funcionario de nivel medio en el gobierno de Delhi, tiene preocupaciones similares a las de Gupta.
Hace unos días, su hija, Ruchi, de 14 años, regresó a casa de la escuela con dolores en el pecho y dificultad para respirar. La familia la llevó rápidamente al hospital donde la dejaron dos días hospitalizada y les explicaron que la densa y continúa contaminación eran la causa de su estado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire se relaciona con los casos de neumonía, accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas, provocadas por la reducción del bombeo sanguíneo al corazón.
«No puedo ni imaginarme si algo peor le hubiera pasado a mi hija. Este humo tóxico nos está matando a todos en silencio», dijo Kumar a IPS.
Según Sanjeev Verma, un activista ambiental, la contaminación del aire en Delhi se está convirtiendo en un asesino silencioso, matando sobre todo a recién nacidos, mujeres embarazadas y ancianos.
«Varios estudios han revelado que la contaminación del aire en Delhi es responsable de entre 10 000 y 30 000 muertes anuales. Es más que la gente que es asesinada por los ataques terroristas en el país cada año. Tenemos una gran necesidad de tomar medidas drásticas para poner tapa la crisis o, de lo contrario, la situación se volverá catastrófica muy pronto «, dijo Verma a IPS.
El Sistema de Calidad del Aire y Previsión e Investigación del Tiempo (Safar, en inglés), un servicio de información sobre la calidad del aire en India, también emitió un aviso, pidiendo a las personas que reduzcan el esfuerzo prolongado o intenso.
«Tómese más descansos y realice actividades menos intensas. Asmáticos, mantengan su medicamento listo si se presentan síntomas de tos o falta de aliento. Pacientes cardíacos, consulten al médico, si tiene palpitaciones, falta de aliento o fatiga inusual», planteó en una comunicación pública.
Demasiados autos privados
El corazón del problema de la contaminación radica en las vías sobrecargadas de vehículos por toda la ciudad, según Samiya Noor, una investigadora en estudios ambientales.
En diálogo con IPS, Noor aseguró que los miles de vehículos públicos y privados que circulan por las calles de Delhi cada día contribuyen con casi 72 por ciento a la mala calidad del aire.
Según una encuesta económica de 2019, hay más de 10 millones de vehículos transitando por Delhi diariamente, con una emisión de gases tóxicos que empeoran la calidad del aire.
Además de la contaminación vehicular, la contaminación doméstica, las emisiones industriales, el polvo de las calles, la construcción y la quema de basura también contribuyen a la carga total de contaminación de Delhi, explico Noor.
En la última década aumentaron 18,35 por ciento las industrias establecidas en la ciudad.
«En muchas de las industrias, los dispositivos para el control de la contaminación del aire se encuentran inoperativos”, lo que provoca que sus gases contaminantes vayan a la atmósfera sin filtro alguno, explicó la investigadora. “La construcción de chimeneas cortas también restringe el escape de gases contaminantes a las capas superiores de la atmósfera”, añadió.
«Todo esto, que sucede al mismo tiempo, está causando estragos», dijo Noor.
El gobierno ya está restringiendo el uso de vehículos privados, limitando su circulación según sus placas (matrículas) terminen en números pares o impares, en un sistema que se estableció en 2016, se paralizó un año después y se retomó este mes, aunque no de forma permanente.
La respuesta del gobierno, ¿es suficiente?
Este julio, India se convirtió formalmente en el 65 país miembro de la Coalición de Clima y Aire Limpio, que promueve un enfoque basado en soluciones ante la contaminación del aire.
India afirmó que trabajará con los países de la coalición para adoptar prácticas de producción y gestión de energía más limpia para promover el aire limpio.
Rajesh Bhatia, un activista social con sede en Nueva Delhi, considera que los esfuerzos del gobierno no fueron suficientes y que se requiere la participación activa de la ciudadanía para reducir la contaminación en la capital.
Según Bhatia, se debe promover el uso del transporte público y se debe proporcionar un número adecuado de autobuses conectados con las estaciones del metro, el tren subterráneo.
«Ha habido varios investigadores que han demostrado que las autoridades deben verificar frecuentemente los certificados de contaminación (de las unidades de transporte), para garantizar que los vehículos emitan gases dentro de las normas permitidas”, indicó a IPS.
También consideró que los conductores deben ser educados en normas como apagar los motores cuando el tráfico se paralice.
Prakash Javadekar, ministro de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático, dijo el lunes 18 que el gobierno va a promover el uso de la automoción eléctrica, mientras instó a la población al uso preferencial del transporte público.
Pero para Sanjeev Sharma, un maestro retirado, es hora de despedirse de Nueva Delhi, donde ha vivido años. Junto con su esposa, que sufre de bronquitis crónica, Sharma se mudará a Bangalore, un estado del sur de India, donde su hijo trabaja como ingeniero de redes.
Sharma dijo a IPS que a principios de noviembre, la salud de su esposa comenzó a deteriorarse y la asfixia se convirtió en una queja constante.
«Ella necesita en forma constante el apoyo de oxígeno para respirar, pero los médicos que la atienden nos dicen que su condición solo empeora, pese al aumento de la dosis diaria de drogas», dijo Sharma.
«Delhi ya no es un lugar para vivir durante los inviernos. El aire se va envolviendo en el humo tóxico con cada día que pasa. Atrás quedaron los días en que el paisaje era verde y limpio», se lamentó.
T: MF