El cambio climático aumentará aún más la violencia en África occidental

Las alteraciones climáticas convierten la agricultura en una actividad cada vez más insegura. Crédito: ONU
Las alteraciones climáticas convierten la agricultura en una actividad cada vez más insegura. Crédito: ONU

Casi 50 millones de personas en África occidental dependen de la agricultura y la ganadería para su subsistencia, pero la tierra disponible para esas actividades se ha reducido rápidamente.

En parte la merma obedece al crecimiento de la población, pero sin duda el cambio climático también ha contribuido de manera importante a la crisis de tierra disponible, asegura George Stacey, un analista que trabaja con Norvergence, una organización no gubernamental que promueve la defensa del ambiente.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), casi 80 por ciento de las tierras de cultivo de la región del Sahel se ha visto afectada negativamente por el aumento de las temperaturas, que son a un ritmo 1,5 veces más rápido que el promedio mundial.

«A medida que las sequías e inundaciones continúan aumentando en frecuencia y duración, la producción de alimentos en la mayor parte de la región del Sahel se está volviendo altamente insegura», dijo Stacey a IPS.

A su juicio, “para una región con una dependencia tan alta de la agricultura que también sufre de escasez de alimentos, esto tiene consecuencias de gran alcance».

Muchas áreas en Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso, Senegal y Chad nunca se recuperaron por completo de la crisis alimentaria de 2012, que fue el resultado de una combinación de sequías y conflictos regionales que alteraron los precios de los alimentos y empujaron a más de 13 millones de personas del Sahel a la desnutrición.

Y a medida que las temperaturas continúen subiendo, la seguridad alimentaria continuará desestabilizándose y los agricultores y ganaderos se verán obligados a seguir desplazándose en busca de tierras para cultivar.

El empeoramiento de condiciones climáticas y, consecuentemente, de los medios de vida de vida de agricultores y ganaderos facilitará a los diferentes grupos  extremistas y delictivos su manipulación y reclutamiento para servirles como combatientes.

«A medida que los pastores y agricultores en el Sahel migran internamente para hacer frente a la degradación de la tierra y la disminución de los medios de vida, las amenazas de violencia y sus posibilidades de ser reclutados en grupos criminales y extremistas establecidos en la región continúa aumentando», dijo a IPS el científico Joseph Faye, experto en el impacto del clima en África Occidetal.

La falta de gobernanza y de autoridad de los gobiernos ha provocado que grupos yihadistas y otras redes extremistas y delictivas se asienten en diferentes partes de África occidental, donde la inseguridad alimentaria incentiva el reclutamiento de su población.

Solo un ejemplo, el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP), una facción del grupo islamista fundamentalista Boko Haram y tan solo uno de los grupos extremistas que operan en el Sahel, secuestró media docena de trabajadores en Nigeria el mes pasado.

Y muchos estudios, realizados en los últimos años por organizaciones sociales, expertos y organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), han demostrado que la mayoría de los reclutas de estos grupos están, de hecho, mucho menos guiados por ideologías que por su vulnerabilidad financiera.

Y a medida que las condiciones climáticas continúen empeorando y disminuyendo los medios de vida de los agricultores y pastores, seguirá siendo más fácil para los diferentes extremistas y grupos criminales manipularlos y reclutarlos para servir como soldados de infantería.

El asesor especial de la ONU para el Sahel, Ibrahim Thiaw, ha alertado que la región es una de la que peor parte se está ya llevando del calentamiento global.

La escasez de lluvias y las sequías en la última década han provocado que al menos 14 millones de personas de la región sigan necesitando asistencia alimentaria, según un informe publicado en 2018. El Comité Interestatal Permanente para el Control de la Sequía en el Sahel también predice una «inseguridad alimentaria persistente» en el futuro inmediato.

«La pobre agricultura y la inseguridad alimentaria aumentan la migración y el desplazamiento interno que, en una región que ya cuenta con una red de grupos violentos y una historia de conflictos, solo hará que más personas sean aún más vulnerables a recurrir a cualquier opción disponible para mantenerse, «dijo Faye.

Además, añadió, “los conflictos en cualquier área localizada casi siempre se extienden aún más, por eso las amenazas en cualquier arte son altamente preocupantes para la seguridad de la región en general e incluso más allá de eso, por supuesto».

La amenaza del extremismo y la violencia en cualquier parte del Sahel es peligros para la región, porque la mayoría de los países de África occidental tienen fronteras porosas, en gran medida sin vigilancia, que con frecuencia son cruzadas ilegalmente por muchos, desde comerciantes y pastores hasta aquellos que trafican armas, drogas y ideologías tóxicas

«Las insurgencias en un país pueden y a menudo se extienden a través de las fronteras, como fue el caso cuando el conflicto se extendió del norte al centro de Malí y al norte y este de Burkina Faso y el suroeste de Níger», dijo Faye.

Es por eso, planteó, que “los efectos desestabilizadores del cambio climático en cualquier parte de la región deberían ser motivo de gran preocupación para todos aquellos que buscan seguridad y estabilidad en la región».

Un informe del Foro Económico Mundial enfatiza que «sin duda se requiere presión militar» para detener a los grupos extremistas. Pero subraya que el Sahel solo puede contrarrestar verdaderamente el terrorismo y los conflictos si la ayuda externa se utiliza para invertir directamente en mejorar los medios de vida de las personas más vulnerables de la región.

Estudios de agencias como el Comité Internacional de la Cruz Roja señalan que cuando se asignan fondos para ayudar a proyectos ganaderos de pequeña escala que generan ingresos, como granjas lecheras y mercados comunitarios, el conflicto y la violencia casi siempre se calman.

«Mientras los grupos extremistas armados sigan siendo el único medio confiable de subsistencia, seguirán encontrando personas para unirse a ellos», afirmó Stacey. «Es por eso que las organizaciones de desarrollo y los gobiernos deben proporcionar ayuda específica a las comunidades pastorales y agrícolas en el Sahel para continuar siendo capaces de mantener su trabajo», añadió.

La Oficina de las Naciones Unidas para África occidental y el Sahel  (Unowas, en inglés) es una de las organizaciones intergubernamentales que trabajan para mitigar los conflictos que surgen de la pérdida de tierras agrícolas.

«La Unowas promueve la coexistencia pacífica entre ambos grupos y está trabajando con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) para capturar buenas prácticas de diferentes países de la región que podrían beneficiar a los países más afectados por los agricultores conflictos entre los líderes «, dijo a IPS Kouider Zerrouk, jefe de comunicaciones estratégicas e información pública de la Unowas.

La Cedeao es una unión política y económica de África Occidental, integrada por 15 países, que también funciona como fuerza de mantenimiento de la paz. Los Estados miembros también han enviado, en ocasiones, fuerzas militares conjuntas para intervenir ante crisis de estabilidad en alguno de los miembros del bloque.

El Banco Mundial también ha lanzado una serie de iniciativas, incluida el Proyecto Regional de Apoyo al Pastoreo del Sahel, pero el Foro Económico Mundial subraya en su documento que se requieren más medidas de apoyo para la región.

«Es igualmente importante que los líderes públicos y privados y las sociedades civiles reconozcan y anticipen las formas en que la producción agrícola y ganadera probablemente cambiará en relación con el clima, y ​​alienten las inversiones en adaptación y nuevos cultivos por adelantado para evitar grandes caídas en los rendimientos de los cultivos «, plantea el informe.

El Foro subraya que en la región «el futuro se muestra muy desafiante, lo que hace que sea aún más importante prepararse para él».

T: MF

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