El biogás tiene potencial para proveer 36 por ciento de la electricidad consumida en Brasil o sustituir 70 por ciento del diesel si se purifica como biometano, estima la Asociación Brasileña de Biogás y Biometano (Abiogás).
Esa riqueza recién asoma en el país, especialmente en el sur agropecuario. Su futuro es prometedor en un Brasil muy agrodiverso y que es el mayor productor o exportador mundial de azúcar, café, carnes y soja.
Su expansión atiende también a fines ambientales, al evitar que excrementos y desechos del sector pecuario y de las urbes sigan contaminando el suelo y las aguas.
Entre Rios do Oeste, un pequeño municipio, con una población de 4.400 personas y 155.000 cerdos en el occidente del estado de Paraná, inauguró el 24 de julio una minicentral termoeléctrica a biogás.
Es producto de un acuerdo pionero promovido por el Centro Internacional de Energías Renovables-Biogás (CIBiogás), que involucra a la alcaldía, 18 porcicultores y la Compañía Paranaense de Energía (Copel).
Con potencia de 480 kilovatios, la central permitirá a la alcaldía ahorrar lo que gastaba en electricidad para sus 72 inmuebles, entre sede, oficinas, escuelas y otros servicios.
Los 18 criaderos, con cerca de 39.000 cerdos, producirán el biogás que, mediante una red de 20,6 kilómetros de tuberías, llegará a la minicentral.
La Copel financió el proyecto de 17 millones de reales (unos 4,5 millones de dólares) y recibe la electricidad generada, con la cual la municipalidad paga su cuenta energética.
Ese proyecto tardó 11 años en cristalizar desde la idea inicial. Aprovechó la experiencia anterior, el Condominio de Agroenergía para la Agricultura Familiar de la Cuenca del Río Ajuricaba, en el municipio de Cândido Rondon, 34 kilómetros al noreste de Entre Rios.
El oeste de Paraná, donde es intensa la cría de cerdos y aves, vive un auge de la producción de biogás fomentada por CIBiogás, una asociación de instituciones internacionales y nacionales, fundada en 2013 en el Parque Tecnológico de Itaipu, la gigantesca central hidroeléctrica compartida por Brasil y Paraguay.
La Granja Haacke, en el cercano municipio de Santa Helena, aprovecha excrementos de sus gallinas y destina parte de su biogás para la producción de biometano, que vende a Itaipu como combustible para sus vehículos.
Varias empresas ya usan en biogás para generar su propia electricidad, como la Cerámica Stein, de Entre Rios.
BioKohler, una fábrica de biodigestores, en el municipio de Cândido Rondon, es un ejemplo de la pequeña industria y servicios que componen la economía del biogás local. La familia Kohler acaba de instalar también su minicentral termoeléctrica a biogás, en sociedad con una empresa alemana del sector, Mele.
Edición: Estrella Gutiérrez