Condena a la poeta Stella Nyanzi castiga a la libertad de expresión en Uganda

La poeta Stella Nyanzi (sentada en el banquillo entre varias guardias), profesora e investigadora de la Universidad de Makerere, feminista y activista de Uganda, fue condenada el 2 de agosto a 18 meses de prisión, por publicar un poema crítico del presidente, Yoweri Museveni, al frente de un gobierno autoritario desde 1986. Crédito: Wambi Michael / IPS
La poeta Stella Nyanzi (sentada en el banquillo entre varias guardias), profesora e investigadora de la Universidad de Makerere, feminista y activista de Uganda, fue condenada el 2 de agosto a 18 meses de prisión, por publicar un poema crítico del presidente, Yoweri Museveni, al frente de un gobierno autoritario desde 1986. Crédito: Wambi Michael / IPS

La decisión de la feminista y activista Stella Nyanzi de publicar un poema metafórico sobre el presidente Yoweri Museveni podría tener un efecto demoledor sobre la libertad de expresión de Uganda, al ser condenada por ello a 18 meses de cárcel.

«Hay muchas personas que van a pensar dos veces antes de poder expresarse en ciertos términos. Estrecha las fronteras del derecho a la libertad de expresión. Absolutamente lo hace», aseguró Peter Mwesige, cofundador del Centro Africano para la Excelencia de los Medios, con sede en Kampala.

El antiguo editor y capacitador de Nation Media Group, la compañía multimedia más grande del este de África, dijo a IPS que en el futuro, aquellos que no tenían el coraje de Nyanzi no podrían decir ciertas cosas en público por temor a ser encarcelados.

El 2 de agosto, Nyanzi fue declarada culpable de «acoso cibernético» por publicar un poema en Facebook en el último cumpleaños de Museveni, el 15 de agosto de 2018, criticando su régimen de 33 años y haciendo metáforas sobre algunos aspectos de su vida, incluido su propio nacimiento.

La poeta fue condenada a 18 meses de prisión por unos versos en que  hablaba sobre la opresión, el desempleo y la ausencia de buen gobierno y de estado de derecho en el país.

La publicación recibió más de 1.800 me gusta y 2.000 comentarios. Algunas personas se preocuparon por lo que su texto crítico con el autoritario gobierno ugandés le acarrearía, mientras otras le afearon su mención a la madre ya fallecida de Museveni.

El poema adquirió nueva dimensión un mes después, cuando Nyanzi fue acusada de violar varias secciones de la Ley de uso indebido de computadoras sobre acoso cibernético, en lo que respecta a producción de contenido «obsceno, lascivo o indecente».

La fiscalía argumentó que ella acosaba y humillaba intencionalmente al presidente y a su alta magistratura. La académica también fue acusada de «comunicación ofensiva», aunque de este cargo se la declaró inocente.

La Ley, vigente desde 2011, tiene disposiciones para la comunicación ofensiva, que define como cuando una persona «perturba o intenta perturbar la paz, la tranquilidad o el derecho a la privacidad de cualquier persona sin un propósito de comunicación legítima».

También regula el acoso cibernético, que  define como el uso de una computadora para «hacer cualquier solicitud, sugerencia o propuesta que sea obscena, lasciva o indecente» e incluye incluso a quienes permiten que alguien use su computadora para perpetrar el delito.

Nyanzi ha utilizado Facebook como su plataforma para criticar el régimen de Museveni. Sus  publicaciones poéticas de no ficción han despertado la admiración entre algunos escritores locales y la academia, y la han convertido en la adversaria más notoria del régimen.

Ella defiende que paga la tasa requerida por sus publicaciones y puede escribir lo que desee.

Los ugandeses tienen que pagar un impuesto por su uso de las redes sociales, cifrado en alrededor de cinco centavos de dólar al día.

«No tengo armas, no tengo dinero, no tengo influencia, tengo Facebook y tengo el lenguaje. Y pienso que podemos seguir siendo educados y seguir sufriendo», o usar la palabra, dijo Nyanzi a periodistas en el tribunal, antes de su condena.

Durante el juicio, el tribunal de Kampala estuvo siempre repleto de sus simpatizantes, a los que más de una vez debió pedir calma desde el estrado, mientras reiteraba sus razones para oponerse a Musevi y su gobierno.

El abogado de Nyanzi, Isaac Semakadde, dijo a IPS que una sentencia de 18 meses de cárcel por un cargo de obscenidad es irreconciliable con los principales del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y con los acuerdos internacionales sobre derechos humanos de los que Uganda es signatario.

«La condena se basa en el mal uso de la computadora, sin duda, a través de evidencia circunstancial, que es lo que dijo el juez… Se la procesó únicamente por interferencia política», dijo, antes de indicar que ahora su lucha va a concentrarse en derogar la ley de 2011.

Nyanzi fue arrestada en noviembre y permanece en la cárcel desde entonces. Se negó a solicitar una fianza u otras medidas cautelares y cumplirá en prisión los nueve meses que le restan de sentencia.

Joan Nyanyuki, directora de Amnistía Internacional para África Oriental, aseguró en un comunicado que «Stella Nyanzi ha sido criminalizada únicamente por su talento creativo para usar metáforas y lo que puede considerarse un lenguaje insultante para criticar el liderazgo del presidente Museveni”.

“El simple hecho de que las formas de expresión se consideren insultantes para una figura pública no es motivo suficiente para penalizar a nadie. Los funcionarios públicos, incluidos aquellos que ejercen la máxima autoridad política, están legítimamente sujetos a críticas y oposición política», añadió.

Amnistía Internacional también insistió en que debe derogarse la ley sobre el uso indebido de las computadoras, usada sistemáticamente para hostigar, intimidar y reprimir a los críticos del gobierno.

La embajadora de Estados Unidos en Uganda, Deborah R. Malac, citó el arresto de Nyanzi como uno de los casos contra la libertad de expresión que crecen en el país, cuando el 9 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Para la diplomática el juicio contra Nyanzi demostró que los derechos y libertades constitucionales tienen límites en Uganda, en especial cuando se critica al gobierno.

El caso de Nyanzi es solo el último de una serie de restricciones crecientes que enfrentan los medios en este país de África oriental.

A mediados de julio, un periodista convertido en predicador, Joseph Kabuleta, fue detenido durante cuatro días después de catalogar a Museveni como jugador, ladrón y mentiroso en sus publicaciones en Facebook.

Mientras, a  profesionales de los medios de comunicación les han robado sus casas y pertenencias, les han monitoreado sus teléfonos y les han amenazado de muerte, en episodios que se consideran conectados con que sus informaciones desagradan al gobierno.

El periódico Observer ha sido atacado en varias ocasiones por presuntos agentes del gobierno.

Danson Sylvester Kahyana, poeta y conferencista ugandés del Departamento de Literatura de la Universidad de Makerere, dijo a IPS que el arresto y la condena de Nyanzi tendrán un efecto indirecto en los escritores con una mentalidad crítica y habrá la tendencia a retirarse de Facebook y otras redes sociales.

Hasta ahora, los ugandeses han recurrido en forma creciente a las redes para expresar sus opiniones sobre la situación del país, que no se publican en los principales medios de comunicación debido a la autocensura.

Kayhana, quien también es el presidente del capítulo de PEN Uganda, un grupo que defiende los derechos de escritores y periodistas, abogó a favor del estilo de escritura erótico y de no ficción de la poeta condenada.

«La mayoría de la gente ha dicho que Stella Nyanzi es vulgar, grosera, etc. Pero una cosa que se han perdido de vista es que es esta grosería, esta vulgaridad es la que la hizo oírla. Si escribes de manera civilizada o preocupada por la imagen, lo más probable es que no se te escuche», dijo Kahyana.

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