Más de dos millones de personas que trabajan en el sector estatal en Cuba recibirán desde agosto el aumento salarial aprobado por el presidente Miguel Díaz-Canel, cuyo desempeño en la jefatura del Estado avanza en medio de fuertes desafíos internos y externos.
“Yo creo que está trabajando muy bien. A la gente le gusta, porque va a la raíz de los problemas y le exige lo mismo a los ministros”, comentó a IPS Yuliesky, un antiguo trabajador del sector estatal que desde hace unos cuatro años trabaja como masajista autónomo y quien prefirió no dar su apellido.
Alberto López, un taxista muy seguidor de las noticias, coincidió con Yuliesky, pero advirtió a IPS que uno de los grandes retos de Díaz-Canel es lograr que funcionarios y funcionarias del “aparato de gobierno” lo sigan “de verdad”. “Muchos se resisten a los cambios, porque les conviene más que todo siga igual”, consideró.
Un mes después de asumir el cargo, en abril de 2018, el mandatario evidenció algunas claves novedosas de su gestión presidencial, que mantiene hasta hoy: permanecer en contacto directo con la gente y aprovechar, en vez de evadir, los medios de comunicación.
Desde entonces, ha recorrido las 15 provincias del país y algunas en más de una ocasión, inauguró la era de Twitter en el gobierno y, como ejemplos recientes, se presentó junto a algunos ministros, el 2 y 3 de julio, en sendas emisiones del programa televisivo Mesa Redonda para brindar detalles sobre el incremento salarial y otros temas económicos
Las expresiones en redes sociales son variadas y no falta el desacuerdo, el escepticismo, la demanda de “borrón y cuenta nueva” en vez de “continuidad” respecto de la generación anterior, presidida por desde la Revolución de 1959 por los hermanos Fidel y Raúl Castro, así como la abierta oposición al mandatario.
Pero Díaz-Canel parece contar con mayor apoyo popular que gran parte de los actuales presidentes latinoamericanos.
“Si en Cuba existieran encuestadoras que miden el nivel de aceptación de sus presidentes, (estoy) convencido de que Diaz-Canel sobrepasa 95 por ciento de aceptación de su pueblo”, escribió un lector que se identificó como Raúl, al pie de un artículo sobre el mandatario cubano publicado por el periódico digital Cubadebate.
La gente se siente escuchada y tomada en cuenta por este político de 59 años que integra la generación nacida en la primera década de la Revolución. Cuando anunció el aumento salarial a fines de junio explicó que la decisión se adoptó a partir de los recorridos por el país, los estados de opinión y los problemas de la economía.
El bajo poder adquisitivo de los sueldos que paga el Estado, principal empleador del país, ha sido durante años una queja generalizada. El aumento entró en vigor en julio, aunque solo llegará a los trabajadores con el pago del salario de agosto, y situó el salario mínimo en 400 pesos (equivalentes a 16 dólares) y el máximo en 3.000 (125 dólares).
El desafío ahora apunta a evitar que cuando ese dinero salga al mercado produzca inflación, lo que según algunos economistas será difícil en los momentos de escasez y ajuste de las importaciones en que se hace efectivo.
Añade tensiones al contexto interno el abrupto fin del deshielo de las relaciones con Estados Unidos, desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, así como recrudecimiento del embargo de Washington contra este vecino insular caribeño.
Al respecto, el ministro de economía, Alejandro Gil, reconoce que puede haber un efecto inflacionario y lo que corresponde es trabajar para buscar alternativas que aumenten la capacidad de compra sin incrementar precios, y sin provocar desabastecimiento o escasez.
Asegura además, que en cuanto a los precios existe la posibilidad de aplicar medidas administrativas, de control y supervisión, y también con instrumentos más financieros, relacionados con el incremento y diversificación de la oferta.
Se trata de circunstancias en las cuales, mientras más control se imponga sobre los precios de los mercados formales, “más exceso de liquidez e inflación habrá en los mercados informales”, advirtió a IPS el economista cubano Pável Vidal desde la ciudad colombiana de Cali, donde es profesor del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana.
Pese a todo, el aumento que abarcó a maestros y profesores universitarios, médicos y técnicos de la salud, contadores, trabajadores de la administración pública, de la justicia, la cultura y la prensa, entre otros, aportó una inyección de optimismo entre muchos beneficiados y beneficiadas.
Incluso antes de hacerse efectivas las nuevas remuneraciones, se cumplió la esperanza de que ellas trajeran de vuelta a profesores que habían abandonado el gremio. “Ya son más de 5.000 los maestros que han solicitado reincorporarse, luego del incremento salarial”, anunció el 16 de julio la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez.
El gobierno ha dicho que de manera paulatina se pondrán también en práctica medidas encaminadas a fomentar las producciones agropecuarias, el autoabastecimiento a nivel de municipios, proyectos de desarrollo local, así como el incremento de las exportaciones y sustitución de las importaciones.
Pero el contexto económico de los próximos meses se ve agravado por las agresivas medidas de la administración de Trump para impedir la llegada de combustibles a Cuba y el refuerzo de restricciones financieras y de viajes a la isla, con impacto directo en el turismo y actividades asociadas al sector no estatal.
En su discurso por el Día de la Rebeldía Nacional celebrado el 26 de julio, Díaz-Canel afirmó que solo en el último año, de marzo de 2018 hasta abril de 2019, el embargo provocó a Cuba pérdidas por valor de 4.343 millones de dólares.[related_articles]
El plan es “afectar, aún más, la calidad de vida de la población, su progreso y hasta sus esperanzas, con el objetivo de herir a la familia cubana en su cotidianidad, en sus necesidades básicas, y paralelamente acusar al gobierno cubano de ineficacia. Buscan el estallido social”, denunció.
Aunque no todo son malas noticias desde el vecino del norte. La prensa cubana ha seguido con atención la presentación el lunes 29 en el Senado de Estados Unidos de un proyecto de ley que busca eliminar las restricciones de los viajes de los ciudadanos del país a Cuba.
Patrocinada por 46 senadores, encabezados por el demócrata Patrick Leahy, la iniciativa también intenta levantar las limitaciones bancarias asociadas a los viajes a esta isla que dista tan solo 90 millas marinas de su país.
Un proyecto similar fue introducido el 25 de julio en la Cámara de Representantes por un grupo bipartidista de 10 legisladores, encabezado por el demócrata Jim McGovern y el republicano Tom Emmer. Cuba es el único país del mundo para el que Estados Unidos mantiene una prohibición legal de viajar.
“Hay demasiados desafíos que vencer y vamos a concentrarnos en ellos: en primerísimo lugar, la invulnerabilidad económica y militar del país, el ordenamiento jurídico, la derrota de cuanto obstáculo interno o externo persista: sea el burocratismo, la insensibilidad o la corrupción, que no pueden aceptarse en el socialismo”, dijo Diaz-Canel en su discurso del 26 de julio.
En el plano jurídico, la legislativa Asamblea Nacional del Poder Popular acaba de aprobar la Ley Electoral y debe reunirse en octubre próximo para elegir de entre sus diputados a los cargos fundamentales del Estado. Si como se supone, Díaz-Canel resulta reelecto, será como presidente de la República, de acuerdo con la nueva Constitución.
En alivio de tensiones internas, no es un detalle el indulto anunciado el 19 de julio a favor de 2.604 sancionados que ya habían cumplido como mínimo un tercio de la condena impuesta por los tribunales.
De acuerdo a la información oficial, el Consejo de Estado, encabezado por Díaz-Canel, tuvo en cuenta postulados de la nueva Carta Fundamental en favor de reinserción social de las personas privadas de libertad, solicitudes de familiares y en cumplimiento de la política establecida por el Gobierno cubano desde hace varios años.
Edición: Estrella Gutiérrez