Prevención de resistencia a los antibióticos mira a industria ganadera

Entre los principales impulsores de la crisis global de la resistencia a los antimicrobianos destaca el uso indebido y excesivo de antibióticos en el ganado y los piensos. Crédito: Germán Miranda / IPS
Entre los principales impulsores de la crisis global de la resistencia a los antimicrobianos destaca el uso indebido y excesivo de antibióticos en el ganado y los piensos. Crédito: Germán Miranda / IPS

La resistencia a los antimicrobianos se está convirtiendo rápidamente en una crisis mundial y corre el riesgo de revertir un siglo de progreso en la salud, y organizaciones internacionales y locales han comenzado a abordar el problema desde sus raíces.

En un nuevo informe, el Grupo de Coordinación Interinstitucional de las Naciones Unidas (IACG, en inglés) en Resistencia Antimicrobiana estima que esa resistencia a los antibióticos podría causar 10 millones de muertes cada año para el año 2050.

De hecho, actualmente las infecciones resistentes a los medicamentos causan ya al menos 700.000 muertes al año en todo el mundo, indica el documento titulado “No hay tiempo que esperar: asegurando el futuro de las infecciones drogoresistentes”, lanzado el 29 de abril.

«La resistencia a los antimicrobianos es una de las mayores amenazas que enfrentamos como comunidad global”, dijo entonces la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas y copresidenta de la IACG, Amina Mohammed.

El informe “enfatiza correctamente que no hay tiempo que esperar e insto a todas las partes interesadas a actuar de acuerdo a sus recomendaciones y trabajar urgentemente para proteger a nuestra gente y nuestro planeta y asegurar un futuro sostenible para todos», agregó.

En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que la resistencia a los antibióticos representa una «crisis global que no podemos ignorar» y que, de hacerlo, «nos retrotraerá a un momento en el que las personas temían infecciones comunes y arriesgaban sus vidas por una cirugía menor».

Según el informe de IACG, aproximadamente 35 por ciento de las infecciones humanas comunes ya son resistentes a los medicamentos disponibles en la actualidad en algunos países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Más grave aún, las tasas de resistencia alcanzan niveles entre 80 y 90 por ciento en algunos países de bajos y medianos ingresos.

El impacto económico de la resistencia a los antimicrobianos también sería catastrófico, ya que los gastos sanitarios aumentarán y la producción sostenible de alimentos y piensos correrá cada vez más riesgo.

El Banco Mundial estima que hasta 24 millones de personas podrían ser forzadas a la pobreza extrema, especialmente en los países de bajos ingresos, y el daño económico podría ser comparable a los impactos experimentados durante la crisis financiera mundial estallada en 2008.

«El mundo ya está sintiendo las consecuencias económicas y de salud a medida que medicamentos cruciales se vuelven ineficaces. Sin la inversión de países en todas las categorías de ingresos, las generaciones futuras enfrentarán los efectos desastrosos de la resistencia antimicrobiana no controlada”, dijo la OMS.

Entre los principales impulsores de la crisis está el uso indebido o excesivo de antibióticos en el ganado y en los piensos.

La OMS ha recomendado que la industria alimentaria deje de usar antibióticos para promover el crecimiento y prevenir enfermedades, pero pese a ello casi tres cuartas partes del uso total de antibióticos en todo el mundo todavía se usa en animales, lo que tiene un gran impacto en la salud de los consumidores.

Según la Alianza para el Uso Prudente de Antibióticos, el ganado criado para la alimentación humana en Estados Unidos recibe cinco veces más antibióticos que los animales de granja en Gran Bretaña. La tasa de dosificación por vaca es 16 veces más alta en el país norteamericano que en el europeo.

Por esa razón, la Unión Europea prohibió la importación de carne vacuna estadounidense tratada con hormonas.

El caso bangladeshí

Mientras, en cuatro distritos de Bangladesh, un estudio encontró una gama de diferentes antibióticos en casi 50 por ciento de las muestras de alimento para aves, de 14 marcas distintas. El Consejo de Investigación Agrícola de Bangladesh también observó que los niveles de antibióticos eran mucho más altos de los aceptables para la salud humana.

Entre esos antibióticos se encontraba la oxitetraciclina, que a menudo se usa para tratar infecciones torácicas, como la bronquitis y la neumonía.

Otra revisión halló una alta prevalencia de resistencia antimicrobiana en ese país del sur de Asia, en parte por el uso indebido y excesivo de antibióticos, incluso en el sector ganadero.

Como el sector pecuario bangladeshí está en expansión, con el plan de convertirse en exportador avícola en los próximos años, la gestión sostenible del sector es necesaria para gestionar la creciente resistencia a los antibióticos a nivel regional y mundial.

Una nueva organización independiente espera hacer precisamente eso.

Después de graduarse de la Universidad de Ciencias Veterinarias y del Reino Animal de Chittagong, Salma Sultana observó la escasez de veterinarios y productores pecuarios capacitados para el uso responsable de  antibióticos, lo que había incrementado la resistencia a los antimicrobianos y la muerte de animales dedicados a la alimentación.

En 2015, creó la Fundación Modelo para el Progreso de la Ganadería, cerca de Dhaka, la capital del país, cuya visión incluye «tener un sector ganadero que sea sostenible, comercial y que contribuya a los medios de subsistencia, el empleo, el ingreso nacional y la seguridad alimentaria».

Esto incluye la capacitación y la provisión de servicios de salud animal modernos y basados ​​en la evidencia, así como la prevención de la resistencia a los antimicrobianos.

La Fundación es la única organización voluntaria educativa, de investigación y sanidad animal en Bangladesh y desde entonces ha generado 45 proveedores de servicios veterinarios y 500 empresarios ganaderos basados en un modelo responsable, al mismo tiempo que brinda apoyo de salud a más de 5.000 productores pecuarios.

La organización fue galardonada con el Premio Internacional a la Calidad y Tecnología del Arco de Europa en 2018 y el bangladeshí Premio a la Juventud Joy Bangla en 2017, por su contribución a la capacitación y el desarrollo de los jóvenes.

La publicación especializada The Lancet Planetary Health descubrió que las medidas que limitan el uso de antibióticos en animales para el consumo humano reducen las bacterias resistentes a los antibióticos en esos animales hasta en 39 por ciento.

Por ello, organizaciones como la fundación bangladesí se consideran cruciales en la lucha para mantener el planeta y a su población saludable y segura.

T: MF

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