Las mujeres, que venían ampliando lentamente su participación en el poder político en Brasil, sufrieron una ligera caída en la primera vuelta de las elecciones municipales del 2 de octubre, que indicaría una tendencia al retroceso.
Alcaldesas elegidas en los comicios de 2012 sumaron 656, con un alza de 22,8 por ciento en relación a 2008, que había registrado un aumento similar sobre 2004, según datos del Tribunal Superior Electoral. Ahora bajaron a 637, solo 11,4 por ciento del total de alcaldes en el país.
Aún hay seis candidatas que disputarán la segunda vuelta el 30 de octubre en municipios con más de 200.000 electores donde no hubo un ganador por mayoría absoluta en la primera vuelta el 2 de octubre, pero con escasas posibilidades de triunfo.[pullquote]3[/pullquote]
Los resultados ya conocidos interrumpen un incremento de la participación femenina en el proceso electoral desde que se aprobó, en 1995, la ley de cuotas para que los partidos destinasen un mínimo de 20 por ciento, luego elevado a 30 por ciento, de postulaciones parlamentarias a las mujeres.
Aún no se ordenaron los resultados en 5.568 municipios para tener idea de cuantas mujeres acaban de elegirse concejales, pero no alcanzarán la proporción de 2012, 13,3 por ciento del total, estima Masrá de Abreu, asesora técnica del Centro Feminista de Estudios y Asesoría (CFemea), organización no gubernamental de Brasilia.
Creció la cantidad de candidatas, alcanzando 32,8 por ciento del total, es decir superando la cuota, pero “eso no se refleja en los resultados”, observó a IPS.
Las activistas se quejan de que los partidos si cumplen la postulación mínima de mujeres, pero no les brindan los recursos financieros y de publicidad que favorecen a los candidatos masculinos.
“Sin una reforma política decente, que no parece posible a corto plazo, la participación femenina en el poder legislativo y ejecutivo seguirá ínfima, una de las más bajas en el mundo y superando solo a Haití en América Latina. Es un problema estructural, determinando que política no es lugar para mujeres”, lamentó Abreu.
La presencia femenina en las distintas instancias de poder, como la Cámara de Diputados y los gobiernos estadales y municipales, varían en torno de 10 por ciento, con “excepciones” ocasionales, como el Senado en la actualidad, que cuenta 11 mujeres en un total de 81 miembros, es decir 13,6 por ciento.
En países donde los partidos adoptan las listas cerradas, alternando mujeres y hombres en el orden de las candidaturas, se avanzó aceleradamente hacia cierta equidad en la representación parlamentaria. Pero es muy difícil que el sistema sea aceptado en Brasil, donde el voto personal es una tradición.
Además el país vive “una oleada conservadora” que tiende a promover retrocesos en la representación femenina, teme la asesora de CFemea, organización creada para acompañar las actividades parlamentarias y políticas que afectan a las mujeres brasileñas.
La destitución de la exmandataria Dilma Rousseff, en el poder desde 2011, dictaminada por el Senado el 31 de agosto, alzó a la presidencia a Michel Temer, al frente de una coalición conservadora.
Su equipo ministerial no cuenta con ninguna mujer. Pero desde antes el legislativo Congreso Nacional ya venía adoptando leyes que restringen derechos femeninos.
Las elecciones municipales han acentuado esa tendencia, al debilitar más aún el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que estuvo en el poder desde 2003 y hasta agosto y está abrumado por los escándalos de corrupción que llevaron a la cárcel a varios de sus dirigentes y alimentaron la caída de Rousseff.
El PT perdió 60 por ciento de los municipios que controlaba, reducidos ahora a 255. De ser el tercer partido con más alcaldes cayó ahora al décimo lugar.
Es una pérdida también para el movimiento femenino que se beneficiaba de “tiempo de propaganda en la televisión” del PT, que además “le permitía promover mujeres con un discurso más amplio y diversificado en las instancias políticas”, recordó Abreu.
Menos pesimista, la experta en sondeos electorales Fátima Pacheco Jordão identificó aspectos interesantes y prometedores en esas elecciones municipales.
En São Paulo, la mayor metrópoli brasileña, con 6,94 millones de electores, se eligieron ahora 11 mujeres concejales, más del doble de las cinco que triunfaron cuatro años antes, destacó a IPS.[related_articles]
El concejo local tiene 55 puestos, así que la bancada femenina corresponderá a 20 por ciento, participación casi alcanzada en otras de las mayores ciudades brasileñas, como Salvador y Recife, capitales estadales del Nordeste.
En otras grandes ciudades, como Belo Horizonte, Porto Alegre y Belém, capitales de los estados de Minas Gerais, Rio Grande do Sul y Pará, respectivamente, hubo mujeres que obtuvieron la mayor votación entre centenares de candidatos, acotó.
“Otro dato interesante es que algunas de las elegidas son representantes feministas, provienen del movimiento social, como dos jóvenes negras”, corroboró Abreu.
Curiosamente, las regiones más pobres de Brasil registran una presencia mayor de mujeres en el poder político. En estados del Nordeste, como Alagoas y Rio Grande do Norte, las mujeres suman más de 20 por ciento de los alcaldes elegidos el domingo 2, así como Amazonia y Roraima, estados del norte amazónico.
En cambio, estados del sur y el sudeste, los más ricos de Brasil, presentan menos de ocho por ciento de alcaldesas entre sus gobernantes municipales. Blumenau y Tubarão, municipios importantes del meridional estado de Santa Catarina, no eligieron ninguna mujer para sus concejos.
Pese a las estadísticas que solo se podrá analizar contando con más detalles, “esas elecciones revelaron avances, como mayor protagonismo de las mujeres, la discusión de problemas de la vida real, como mantención de las calles y abastecimiento de agua”, opinó Pacheco.
“Ello se reflejó en un electorado más atento, acompañando los sondeos electorales y los deslices de los distintos candidatos”, explicó.
Candidato favorito en São Paulo, el periodista Celso Russomanno, famoso como presentador de programas televisivos, perdió popularidad y las elecciones tras divulgarse irregularidades laborales en un restaurante de su propiedad que quebró.
Otro, Pedro Paulo Teixeira, apoyado por el aún alcalde de Río de Janeiro, sufrió una baja votación en buena parte por conocerse que agredió físicamente a su exmujer hace algunos años.
“Esta vez los debates entre candidatos en la televisión obtuvieron gran audiencia, con índices superiores a los registrados por programas de entretenimiento en el mismo horario, reflejando el interés de los electores”, realzó la analista electoral.
Ella comprobó, asimismo, en reuniones con mujeres de São Paulo, una nueva conciencia de “electora contribuyente, que ya no encara la corrupción solo como un problema ético, sino como una cuestión presupuestaria, que le quita recursos a programas sociales, que ‘roba’ servicios públicos”.
Editado por Estrella Gutiérrez