Cuba reactiva el deprimido sector minero con inversiones extranjeras que generan empleos y cambian la vida de comunidades desfavorecidas y en lugares de difícil acceso, donde esa tradición amenazaba con desaparecer.
“Las oportunidades están en la Sierra Maestra (principal complejo montañoso, en el oriente cubano), el centro y el occidente, incluso en la Isla de la Juventud (la segunda en tamaño del país)”, dijo IPS el ingeniero Juan Manuel Presa, del Ministerio de Energía y Minas.
De las zonas con reservas, “la mayoría están en lugares remotos, con poblados pequeños y desfavorecidos, donde cualquier proyecto de extracción de los minerales fundamentales impactaría en su desarrollo socioeconómico y cultural”, aseguró Presa, durante el III Congreso Internacional de Minería y Metalurgia (Minemetal).
Con 150 ponentes de 16 países, la cita se ha celebrado del 3 al 7 de octubre en el balneario de Varadero, a 121 kilómetros al este de La Habana. Como tema principal, el congreso debatió esta vez sobre el desarrollo sostenible de esta actividad altamente contaminante.
La reanudación este año de Minemetal evidencia el nuevo brío que se quiere imprimir a la minería, que en los últimos años casi se limitó a explotar las grandes reservas de níquel y cobalto en el oriental municipio de Moa.
El congreso anterior se realizó hace 25 años, en 1991, tras la drástica reducción de las actividades del sector por la crisis económica estallada entonces y que persiste hasta hoy.
Para mantener la producción de níquel cuando en los próximos 20 años se agoten las minas a cielo abierto de Moa, se exploran yacimientos del metal en la meseta de San Felipe, en la central provincia de Camagüey, y en el área de Cajarval, en la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental de este país caribeño.
“El desarrollo de cualquiera de esos proyectos, conllevaría un impacto grande en las comunidades vecinas gracias a la creación de miles de empleos durante la construcción, y una cantidad menor, pero calculada también en miles, durante la explotación”, detalló Presa, integrante del Comité Organizador de Minemetal.
“Ya está teniendo una oportunidad la localidad de Santa Lucía, que pertenece al municipio de Minas de Matahambre, también en Pinar del Río”, informó el ingeniero sobre esta inversión, que se aspira a que comience a producir en 2017.
El montañoso Minas de Matahambre, de 857 kilómetros cuadrados y 33.733 habitantes, se alzó entre los enclaves del ramo desde 1912, cuando se descubrieron sus emblemáticos yacimientos subterráneos de cobre. Declinó en 1991 por los bajos precios del metal en el mercado internacional y el colapso de la economía local.
Y los vientos mineros volvieron a soplar en 2015 con la preparación de la mina y la construcción de una fábrica para obtener concentrados de plomo y zinc por parte de la Empresa Mixta Minera del Caribe (Emincar), con capital local, además de Angola y Holanda.
Emincar explotará el yacimiento Castellanos, rico en varios metales, que permaneció inoperativo desde que en los años 90 se extrajo oro.
Las obras incluyen la rehabilitación de embalse Nombre de Dios, una potabilizadora de agua para la comunidad y rescatar el puerto de Santa Lucía, por donde históricamente salían las cargas con los minerales de la zona bendecida con estas riquezas.
Presa indicó que Emincar también firmó un acuerdo para extraer oro en Isla de la Juventud. Además, se aprestan a oficializarse otras dos inversiones foráneas: una para explotar cobre en Mantua (Pinar del Río) y otra enfocada a los polimetálicos en el centro de la isla.
“Quedan otros 10 proyectos a la espera de inversionistas extranjeros, que los estaremos promocionando en la feria”, detalló en referencia a la 34 Feria Internacional de La Habana, la principal bolsa de negocios del país, que en esta ocasión se desarrollará del 31 de octubre al 4 noviembre próximo.
El funcionario adelantó que en la cartera de negocios que se actualiza en cada feria desde 2014, con el objetivo de captar 2.500 millones de dólares anuales, el rubro minero introducirá nuevos proyectos para explotar minerales no metálicos como zeolita, carbonato de calcio y sal.
Sin embargo, una iniciativa de pequeña minería de oro destaca como la más innovadora en el área de los metales durante la reforma económica, iniciada en 2008.
“Desde 2011 tenemos tres plantas produciendo oro, con una capacidad anual entre todas de 250 kilogramos, aunque por diversas causas la explotación ronda los 200 kilogramos”, reveló María Esperanza del Pozo, directora adjunta del estatal Grupo Empresarial Geominsal, que gestiona la minería local fuera del níquel.
Con financiamiento de Venezuela, el principal aliado comercial y político de Cuba, se dieron los primeros pasos en 2009 para aprovechar tres depósitos: en el municipio de El Cobre (Santiago de Cuba), conocido como Oro Barita; en Jobabo (Las Tunas), llamado Oro Golden Hill; y en Placetas (Villa Clara), se asentó Oro Descanso.
Conocido por resguardar a la Virgen de la Caridad, la patrona de Cuba dentro de la Iglesia Católica, El Cobre le debe su nombre a las abundantes minas de ese metal, descubiertas en 1530 y explotadas hasta 2001, cuando fueron cerradas a falta de las grandes inversiones necesarias para seguir a mayor profundidad.
La tradición minera volvió a retomarse en El Cobre con la apertura de Oro Barita que, como sus homólogas, extrae una aleación de oro, plata e impurezas, llamada doré. Luego se refina fuera de Cuba para vender oro puro en el mercado internacional.[related_articles]
“Las plantas han generado más de 600 empleos, dan vida a los poblados y aportan cada año una parte de sus ingresos a las arcas municipales”, aseguró Del Pozo a IPS.
Añadió que los salarios equivalen a 100 dólares mensuales, en un país donde el sueldo promedio estatal se calcula en apenas 23 dólares.
Las demandas de los actuales emprendimientos mineros reaniman la investigación.
“Las dos tecnologías usadas en las plantas de oro son propias del país”, informó a IPS la investigadora Marcela Figueredo, del estatal Centro de Investigaciones para la Industria Minero-Metalúrgica. “El centro diseñó el proceso tecnológico y la empresa de proyectos hizo la ingeniería, es decir, los equipos”, abundó.
La vigente legislación cubana exige el cumplimiento de normas ambientales y de seguridad a las poblaciones cercanas.
Aunque siempre causan daño ambiental, “se estudian los proyectos mineros para que los beneficios sean mayores que las afectaciones”, explicó el geólogo Bienvenido Echevarría. “Incluso, desde el inicio, se prevé el costo y reservan parte de los ingresos para la rehabilitación de la mina”, detalló.
Actualmente, Cuba extrae níquel asociado a cobalto, que constituye el primer producto exportable del país, mármol, zeolita, petróleo y gas asociado, y pequeñas cantidades de oro, aunque tiene reservas de plata, zinc, cobre, plomo, cromo y otros minerales no metálicos como los carbonatos.
En la isla, se ocupan de minería 14 organismos, que abarcan desde empresas hasta gobiernos locales. De hecho, el Ministerio de la Construcción tiene en su poder el mayor número de concesiones mineras para el área de los materiales de la construcción.
Editado por Estrella Gutiérrez