Las plagas y enfermedades también viajan en barco

Los contenedores se apilan en el puerto italiano de Salerno. Crédito: FAO
Los contenedores se apilan en el puerto italiano de Salerno. Crédito: FAO

«Dondequiera que se encuentre en el mundo, si mira a su alrededor, casi seguramente verá algo que ha sido o será transportado por mar, ya sea como materia prima, componentes o el artículo acabado», asegura la Organización Marítima Internacional (OMI).

«Cada noche, millones de personas en todo el mundo se instalarán en sus sillones para mirar televisión después de un arduo día de trabajo. Muchos comerán o beberán algo. Es probable que ese televisor llegó en un buque, que el grano del pan en ese sándwich llegó en un buque granelero, y que… el café también vino por mar”, añade la OMI.[pullquote]3[/pullquote]

“Incluso la electricidad que enciende al televisor e ilumina la habitación probablemente se generó usando combustible que llegó en un enorme petrolero», señala.

Sin embargo, poca gente tiene idea de cuánto depende del transporte marítimo.

«Es algo que se debe contar… Y este es el motivo de que el tema elegido para el Día Marítimo Mundial de 2016”, que se celebra todos los años el 29 de septiembre, sea “El transporte marítimo: indispensable para el mundo».

Más de 80 por ciento del comercio mundial se transporta por mar

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) informa que alrededor de 80 por ciento del comercio mundial en volumen y más de 70 por ciento del comercio mundial por valor se transporta por mar. Estos porcentajes son mayores en el caso de la mayoría de los países en desarrollo, según la organización.

«Hay más de 50.000 buques mercantes de comercio internacional, que transportan todo tipo de carga. La flota mundial está registrada en más de 150 países y tripulada por más de un millón de navegantes de casi todas las nacionalidades», indicó.

Una amenaza flotante

Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) también recuerda que no todo el transporte marítimo es benigno. El artículo informativo  Una amenaza flotante: los contenedores marítimos propagan plagas y enfermedades, que la FAO publicó el 17 de este mes, destaca que mientras que los vertidos de petróleo atraen la atención del público y generan preocupación, los llamados» vertidos de origen biológico» suponen una amenaza mayor a largo plazo y no tienen tanta repercusión.

«Un hongo exótico acabó con miles de millones de castaños americano en el siglo XX, lo que alteró drásticamente el paisaje y el ecosistema, mientras que hoy el barrenador esmeralda del fresno – otra plaga que se desplazó por las rutas comerciales globales hasta nuevos hábitats – amenaza con hacer lo mismo con ese árbol valioso, utilizado por los seres humanos para hacer mangos de herramientas, guitarras y mobiliario de oficina», destacó.

La FAO explica que tal vez el mayor «vertido biológico» de todos los tiempos se produjo cuando un microorganismo eucariota, similar a un hongo y llamado phytophthora infestans -el nombre proviene del griego y significa «destructor de plantas»- zarpó desde América hacia Bélgica. A los pocos meses llegó a Irlanda, desencadenando una plaga de la papa que provocó una mortífera hambruna y una migración masiva de la población.

En Roma, las autoridades municipales intensifican su campaña anual contra el mosquito tigre, una especie invasora que llegó por barco a Albania en los años 70. El Aedes albopictus, conocido por sus agresivas picaduras, prolifera actualmente en Italia y el calentamiento global facilitará que colonice zonas de Europa septentrional.

Cada año se comercializan productos agrícolas por un valor de 1,1 billones de dólares. Crédito: OMI
Cada año se comercializan productos agrícolas por un valor de 1,1 billones de dólares. Crédito: OMI

Este es el motivo por el cual los países del mundo se unieron hace más de seis decenios para aprobar la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) con el objetivo de ayudar a detener la propagación de plagas y enfermedades de las plantas a través del comercio internacional trasfronterizo, y de proteger a agricultores, silvicultores, la biodiversidad, el medio ambiente y los consumidores”, señala el artículo de la FAO.

«Las pérdidas de cosechas y los costos que generan las plagas exóticas para combatirlas gravan fuertemente la producción de alimentos, fibras y forraje», sostiene Craig Fedchock, coordinador de la secretaría de la CIPF en la FAO. «En conjunto, las moscas de la fruta, los escarabajos, los hongos y sus parientes reducen los rendimientos de los cultivos mundiales entre un 20 y un 40 por ciento», agregó.

El comercio es el vector, los contenedores el vehículo

Las especies invasoras llegan a nuevos hábitats por diversas vías, pero la principal es el transporte marítimo, según la FAO.[related_articles]

“En todo el mundo se realizan unos 527 millones de desplazamientos de contenedores marítimos cada año – China mueve por sí sola más de 133 millones de contenedores al año. No solo la mercancía puede actuar como un vector para la propagación de especies exóticas capaces de causar estragos ecológicos y agrícolas, sino también los propios componentes de acero de los contenedores”.

Por ejemplo, un análisis de 116.701 contenedores para el transporte marítimo vacíos que llegaron a Nueva Zelanda en los últimos cinco años reveló que uno de cada 10 estaba contaminado exteriormente, el doble de la tasa de contaminación interior.

“Entre las plagas encontradas estaban la oruga lagarta, el caracol gigante africano, las hormigas argentinas y el chinche apestoso marrón marmolado. Todas ellas amenazan los cultivos, los bosques y los entornos urbanos. Por su parte, los residuos del suelo pueden contener semillas de plantas invasoras, nematodos y fitopatógenos”, informa la FAO.

«Los registros de inspección en Estados Unidos, Australia, China y Nueva Zelanda indican que miles de organismos de una amplia variedad de taxones están siendo transportados involuntariamente en los contenedores marítimos», afirmó Eckehard Brockerhoff, científico del Instituto de Investigación Forestal de Nueva Zelanda y responsable principal del citado estudio, en una reunión en la FAO de la Comisión de Medidas Fitosanitarias (CMF), el órgano rector de la CIPF.

Estas medidas fitosanitarias tienen por objeto asegurar que las plantas importadas están libres de las plagas especificadas.

La FAO advierte que el daño va mucho más allá de problemas relacionados con la agricultura y la salud humana. Las especies invasoras pueden obstruir los cauces fluviales y detener las centrales eléctricas.

Las invasiones biológicas causan daños por valor de un cinco por ciento de la actividad económica mundial anual, equivalente a un decenio de desastres naturales, según un estudio. El impacto económico de otras consecuencias más difíciles de cuantificar podría duplicar dicho valor, según Brockerhoff.

Traducido por Álvaro Queiruga

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