El peso de África en las estadísticas globales de malnutrición es lamentablemente elevado con 58 millones de niñas y niños menores de cinco años demasiado pequeños para su edad y 13,9 millones por debajo del peso esperado para su altura.
El estado de la nutrición en África no solo tiene que ver con la seguridad alimentaria, sino también con la falta de diversidad en sus productos. Este es el único continente que no logra producir suficientes alimentos para sus ciudadanos.
Los datos actuales muestran que África no solo gasta 35.000 millones de dólares al año en la importación de alimentos, a pesar de concentrar 65 por ciento de las tierras cultivables que quedan en el mundo, sino que también es donde están 20 de los 24 países con mayor proporción de niños con retraso en el crecimiento con tasas superiores a 40 por ciento.
“Si el crecimiento de nuestros niños se retrasa hoy, el crecimiento de nuestras economías se retrasará mañana”, alertó el presidente del Grupo del Banco Africano de Desarrollo, Akinwumi Adesina, en el lanzamiento de una iniciativa tendiente a elevar la inversión en nutrición, encabezada por algunos gobernantes africanos.
“Pero cuando los niños africanos gocen de buena nutrición y puedan crecer, aprender y alcanzar todo su potencial, podremos liberar todo el potencial de nuestro continente”, añadió.
Nuevos análisis del Panel Global sobre Agricultura y Sistemas Alimentarios para la Nutrición (Glopan, en inglés) muestran que mayores inversiones para alcanzar el objetivo de la Asamblea Mundial de la Salud de reducir 40 por ciento el retraso en el crecimiento para 2025 podrían significar un aumento de 83.000 millones de dólares en el producto interno bruto (PIB) en 15 países de África subsahariana.
Pero un nuevo marco de inversiones específico para África, encabezado por el Banco Mundial y el instituto Resultados para el Desarrollo, muestra que para lograr los objetivos de la AMS en materia de crecimiento infantil, desperdicio de alimentos, anemia y lactancia materna se necesita una inversión adicional de unos 2.700 millones de dólares anuales durante 10 años.
Es decir que los donantes tendrán que aportar unos 1.800 millones de dólares al año y los gobiernos africanos 750 millones más en la próxima década.
Con ese fin, Adesina y el expresidente de Ghana, John Kufor, detallaron su intento de crear Líderes Africanos para la Nutrición, con el fin de reunir a jefes de Estado, ministros de Economía y representantes de sectores clave de este continente para impulsar y aumentar la inversión en este rubro.
“Líderes Africanos por la Nutrición será una oportunidad para que los jefes de Estado y los ministros usen su voz para comprometer sus acciones con la inversión y sus posiciones para realmente liderar”, explicó Kufor.
“No es solo una cuestión de salud, sino también de economía. Las ganancias potenciales son significativas y duraderas. Por eso llamamos a los líderes de África a unirse y a realzar el problema de la nutrición en el continente y dar prioridad a la inversión”, resaltó.
Y Kofi Annan, presidente de la Fundación que lleva su nombre, elogió el esfuerzo al subrayar el papel que desempeña la agricultura en la lucha contra la malnutrición.
“Estoy encantado de que este esfuerzo tome la forma de un mayor liderazgo, asociaciones e inversiones en la seguridad nutricional”, destacó.
“La malnutrición sigue siendo el principal obstáculo para el desarrollo en muchas naciones africanas, pero tenemos un consenso global sobre los objetivos que necesitamos alcanzar, junto con una hoja de ruta para la acción”, recordó Annan.
“Una de las medidas más importantes que podemos adoptar en materia de seguridad nutricional es transformar el sector agrícola del continente porque no es solo una cuestión del volumen de alimentos que cultivamos, sino también del tipo de comida que injerimos”, puntualizó.
“Necesitamos que la agricultura sea adecuada para la nutrición”, añadió, al subrayar su voluntad de trabajar con Líderes Africanos para la Nutrición en la creación de una agricultura y de sistemas de producción de alimentos diversos, eficientes y resilientes.[related_articles]
Por su parte, Bill Gates, uno de los presidentes de la Fundación Bill y Melinda Gates, aplaudió en un mensaje por vídeo, la formación de Líderes Africanos para la Nutrición y su posible impacto en la nutrición a través de una mayor inversión.
“Con los países africanos al frente podremos acelerar la lucha contra la malnutrición y destrabar el potencial de niños y niñas en todas partes. Tenemos un conjunto de intervenciones efectivas que, si se amplían a escala global, salvarán la vida 2,2 millones de niños y lograrán que haya 50 millones menos con retraso en el crecimiento en los próximos 10 años”, abundó.
“Lo que necesitamos ahora es un mayor compromiso al más alto nivel, y Líderes Africanos para la Nutrición puede desempeñar un papel fundamental para convertir a la nutrición en prioridad nacional”, añadió.
El encuentro en Lusaka sigue la misma línea de Invertir en Nutrición, una reunión realizada en abril en Washington, en el marco de las llamadas Reuniones de Primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Mundial, cuando Gates se unió a Adesina y a otros promotores del desarrollo para lanzar el primer marco de inversiones para la nutrición y presentar la investigación de un nuevo análisis innovador que otorga a los dirigentes una hoja de ruta para acelerar la lucha mundial contra la malnutrición.
En el encuentro organizado por el Banco de Desarrollo Africano en Lusaka también habló Jamie Cooper, presidente de Big Win Philanthropy y representante de la Fundación Dangote, sobre la importancia de la asociación público-privada.
“Para que la gente pueda salir de la pobreza, primero tenemos que invertir en infraestructura para la materia gris, la que realmente impulsará el progreso, es decir, la mente de nuestros niños y niñas”, subrayó Adesina.
“La nutrición no es solo una cuestión social y de desarrollo de la salud, sino una inversión que da forma al crecimiento económico de todas las naciones africanas”, destacó. Y por último, subrayó su importancia a largo plazo para el desarrollo cognitivo de los niños, quienes tendrán la responsabilidad de sacar a África de la pobreza.
Traducido por Verónica Firme