Los gobiernos de los países que bañan sus costas en el mar Caribe reivindicaron en La Habana su vocación de paz para enfrentar unidos los grandes desafíos de la región, que van desde adaptarse y mitigar los riesgos del cambio climático, hasta fortalecer la integración y el desarrollo sostenible.
“No podemos permanecer indiferentes ante las turbulencias que tienen lugar en América Latina y el Caribe (….) La situación requiere fortalecer la consulta y la concertación”, afirmó el mandatario cubano Raúl Castro durante la VII cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), que concluyó este sábado 4.
La cita había generado expectativas ante la posibilidad de que el presidente de Colombia Juan Manuel Santos aprovechara su participación en la reunión para el anuncio de avances decisivos en los diálogos de paz que llevan a cabo en La Habana su gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Pero finalmente Santos desistió de acudir al encuentro caribeño. Su gobierno estuvo representado por la canciller María Ángela Holguín, quien en su discurso en la sesión plenaria de la cumbre agradeció el apoyo a las conversaciones que se realizan en Cuba desde 2012 y se manifestó esperanzada de que la paz en Colombia llegue “dentro de muy poco tiempo”.
La Declaración de La Habana, aprobada por consenso junto con el Plan de Acción 2016-2018, saluda y expresa su apoyo al éxito de ese proceso y al que se iniciará próximamente con el Ejército de Liberación Nacional, “para que ambos conduzcan a alcanzar un acuerdo estable y duradero en bien del pueblo colombiano”.
En su punto 9, la declaración ratifica la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita por los Jefes de Estado y de Gobierno de la región en la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en La Habana en enero de 2014.
Suman 25 de los 33 países de la Celac los que también integran la AEC, que a partir de agosto será comandada por primera vez por una mujer, la embajadora de Santa Lucía June Soomer, electa secretaria general para sustituir al colombiano Alfonso Múnera. Cuba preside el Consejo de Ministros de la asociación desde principios de este año.
Múnera destacó en declaraciones al cierre de la cumbre de tres días en La Habana, que la séptima edición contó con la participación de 22 jefes de Estado o de gobierno, la más numerosa desde la celebrada en 1995, un año después de la fundación del grupo del Gran Caribe.
En un comunicado aparte, los gobernantes de los estados miembros de la AEC respaldaron la iniciativa del ex primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero y los exmandatarios Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana), para la reapertura de un diálogo efectivo entre el gobierno y la oposición en Venezuela.
Con ese propósito se busca encontrar alternativas para favorecer la estabilidad política, el desarrollo social y la recuperación económica de Venezuela, según el texto emanado de la cumbre caribeña.
Tras agradecer ese respaldo, el presidente Nicolás Maduro aseguró que durante 17 años continuos la “Revolución democrática, constitucional” ha enfrentado una conspiración permanente de los poderes que gobiernan desde Washington”.
El mandatario venezolano usó la palestra de la cumbre para llamar a los gobiernos del continente a mantener el nivel de solidaridad, cooperación y entendimiento y no dejarse someter a ningún tipo de presiones.
“Son brutales las presiones para aislar a Venezuela y aprobar este instrumento, que sería una vergüenza si se aprobara contra nuestro país”, dijo en referencia la Carta Democrática Interamericana invocada por el secretario general de Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, por considerar que esa nación está cerca de un colapso.[related_articles]
También Castro calificó de inaceptable la iniciativa de Almagro. “Solo reitero nuestra opinión de que la OEA, desde su fundación fue, es y será, un instrumento de dominación imperialista y que ninguna reforma podrá cambiar su naturaleza ni su historia. Por eso, Cuba jamás regresara a la OEA”, señaló en su discurso de inauguración de la Cumbre.
Al finalizar la reunión, insistió en que “la paz y la estabilidad, la defensa de los intereses de nuestros pueblos y el ejercicio de la soberanía y la autodeterminación, sin injerencia externa, son elementos esenciales para avanzar hacia las metas de integración y cooperación que nos hemos trazado”.
Desde su primera cumbre en 1995 en Trinidad y Tobago, la AEC estableció el turismo, el transporte y el comercio como áreas estratégicas, a las cuales se sumó posteriormente la cooperación para enfrentar los desastres naturales que azotan frecuentemente a esta región.
Esos sectores continúan hasta ahora entre las prioridades, con resultados positivos, pero también con retos pendientes que se espera resolver a mediano y largo plazo para llevar prosperidad al conjunto de naciones que integran esa organización, que representan más de la mitad de la población latinoamericana y caribeña.
El plan de acción aprobado en la séptima edición del encuentro caribeño marca un programa de trabajo con metas precisas sobre turismo sostenible, desarrollo del comercio y las relaciones económicas externas, el fomento de la cooperación educativa y cultural y el riesgo de desastres asociados a eventos naturales.
La región, especialmente el Caribe insular, es particularmente vulnerable al impacto del cambio climático y fuentes diplomáticas de Cuba comentaron a IPS que la colaboración en este tema es justamente una de las áreas en que la asociación ha trabajado más en los últimos tiempos.
Sin embargo esos esfuerzos se ven obstaculizados por la falta de financiamiento. Al respecto, La AEC hace en su declaración final un llamado especial a la cooperación internacional y al cumplimiento de los compromisos de financiamiento, que deben ser “nuevos y adicionales a la ayuda oficial al desarrollo”.