¿Habla usted inglés con fluidez? ¿No? ¡Entonces usted corre el peligro de convertirse en terrorista!
IPS planteó este dilema a varias jóvenes musulmanas que viven en El Cairo, explicándoles que esa parecira ser la fórmula del primer ministro británico, David Cameron, para juzgar el nivel de riesgo de las mujeres musulmanas de caer, pasivamente, en la trampa del extremismo islamista.
Aquí van algunas respuestas: «Este señor debe estar bromeando, no lo puedo creer que …», dice la estudiante universitaria egipcia Fatima S. M., que como otras consultadas pidió mantener reserva de su apellido .
“¡Esto es un insulto! ¿Qué tiene que ver el idioma con ese riesgo?», responde Fakhira H. de Pakistán, que está casada con un ingeniero egipcio.
«Esto es colonialismo puro… Cameron sigue soñando con el Imperio Británico,» reacciona la joven nigeriana Afunu K. que trabaja en una empresa de exportación e importación en la capital egipcia.
«¡Dios mío! Sabíamos que las mujeres musulmanas son víctimas de estigmatización constante en todas partes, en particular en los países occidentales… Pero nunca me esperaba que fuera a este nivel», dice la traductora tunecina Halima M.
Por supuesto esto no es en absoluto una encuesta científica, sino un ejemplo indicativo de cómo las mujeres musulmanas de diferentes países y orígenes reaccionan ante la sorprendente declaración de Cameron, de que aquellas que no alcancen un elevado nivel de inglés podrían ser expulsadas de Gran Bretaña.
Cameron sugirió que un “nivel pobre” de inglés puede llevar a las personas a ser «más susceptibles» a los mensajes de grupos como el Estado Islámico (EI).
«Después de dos años y medio deberían (las musulmanas) mejorar su inglés y nosotros las examinaremos», afirmó el primer ministro británico. «Vamos a hacerlo en octubre y (el examen), se aplicará a las personas que han venido recientemente con un visado de cónyuge…»
Los comentarios de Cameron se produjeron el 18 de enero, al anunciar la puesta en marcha por su gobierno conservador de un fondo del idioma, por valor de 28,5 millones de dólares, para las mujeres musulmanas que viven en Gran Bretaña, como parte de una campaña para «construir su integración en la sociedad».
Las actuales normativas británicas de inmigración requieren que los cónyuges o parejas sean capaces de hablar inglés antes de llegar al país para para vivir con sus maridos o parejas.
“Serán sometidas a más pruebas después de dos años y medio en Gran Bretaña”, dijo Cameron, para de inmediato amenazar a las musulmanas con que no es seguro que puedan seguir en las islas británicas si no están mejorando el idioma inglés.
Se estima que el número de musulmanes que viven en Gran Bretaña está en alrededor de 2,7 millones de personas, de una población total de 64 millones.
El gobierno británico considera que alrededor de 190.000 mujeres musulmanas (cerca de 22 por ciento del total) que viven en el país hablan poco o nada de inglés.
«Si no son capaces de hablar inglés, si no son capaces de integrarse, es posible, por lo tanto, que vean que se enfrentan al reto entender cuál es su identidad y, por lo tanto, podrían ser más susceptibles al mensaje extremista», afirmó el primer ministro británico.
Cameron insistió en la vinculación entre el desconocimiento o pobreza en el uso del idioma por los musulmanes y su vulnerabilidad a los mensajes de grupos islamistas radicales. “No estoy diciendo que hay algún tipo de conexión causal entre no hablar inglés y convertirse en un extremista, por supuesto que no», matizó después.
Curiosamente, o no, el gabinete ministerial de Cameron no ratificó durante el último verano boreal el llamado Convenio de Estambul, una convención panaeuropea que establece normas mínimas que los gobiernos deben cumplir a la hora de abordar la violencia contra las mujeres.
Gran Bretaña había firmado ese convenio hace tres años y medio. La convención entró en vigor hace unos 18 meses.
Las declaraciones del jefe de gobierno británico no tardaron en ser duramente criticadas en su propio país.
Se trata de una «política-silbato… en toda regla», dijo Tim Farron, líder liberal demócrata.
La idea de Cameron es «abúlica y equivocada», reaccionó Sayeeda Warsi, ex copresidente del partido conservador, criticando el hecho de empezar a hacer “políticas basadas en estereotipos que estigmaticen a las comunidades».
Andy Burnham, portavoz de Asuntos de Interior del gabinete en la sombra del Partido Laborista acusó a Cameron de un «enfoque torpe y simplista», afirmando que es «injusto estigmatizar a toda una comunidad.»
«Vergonzosos estereotipos», dijo Mohammed Shafiq, director de la Fundación Ramadhan en Gran Bretaña.
Estas son solo algunas reacciones seleccionadas de una serie de figuras que tienen la posibilidad de que sus voces sean escuchadas.
Pero imagine usted que es una mujer musulmana y vive en Gran Bretaña. Al igual que cualquier otra mujer, usted ya se enfrenta a muchos obstáculos cotidianos en una sociedad donde la desigualdad de género es flagrante en todas partes.
Luego considere usted que estos obstáculos se incrementan por el hecho de que usted es una extranjera, y además la religión que profesa suma un peso adicional de estigmatización en su mente y sobre sus hombros.
¿Cómo se sentiría usted?
Editado por Estrella Gutiérrez