La agricultura permite alimentar a más de 1.100 millones de africanos, pero los productores ya no son jóvenes ni tienen los recursos necesarios ni están familiarizados con la tecnología, lo que hace temer por la capacidad de los agricultores familiares de poder seguir poniendo comida en la mesa.
A menos que los jóvenes de entre 14 y 24 años se vuelquen a la agricultura, no importa cuánto sea la inversión económica o en tecnología no se logrará que la actividad garantice la seguridad alimentaria en este continente, coinciden especialistas en desarrollo.
Beauty Manake, de Botswana, se lo tomó en serio y a los 25 años dejó su trabajo y se dedicó a la agricultura. En la actualidad gestiona dos granjas, que según ella, son la mejor inversión que pudo haber hecho.
“La motivación inicial fue hacer dinero lo más rápido posible, pero ahora mi pasión por cuidar una planta desde la semilla hasta obtener el producto para vender superó mis perspectivas económicas”, relató Manake a IPS.
“Tuve que hacer frente a una gran presión por ser joven, pues África se caracteriza por el envejecimiento de los agricultores y tuve que asegurarme de intensificar la actividad para contrarrestar la falencia, pues está en riesgo la canasta de alimentos”, observó.
Lograr “poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible” es el segundo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acordados por los gobernantes de los países miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre.
Pero no se alcanzará nada si no se mejora la agricultura en África para que dé trabajo y atraiga a los jóvenes.
La agricultura emplea a más de 60 por ciento de la población africana y es responsable de una gran parte del producto interno bruto (PIB) de muchos países del continente, demás de que permite alimentar a comunidades enteras.
Preparándolos desde muy jóvenes
Hay estimaciones que indican que los agricultores africanos tienen en promedio 60 años, lo que son malas noticias porque los agricultores familiares, que trabajan más de 80 por ciento de las tierras cultivables, son responsables de la mayor parte de la producción del continente.
Pero no todos coinciden en que el problema de la seguridad alimentaria en África radica en el envejecimiento de los agricultores o en el desinterés de los jóvenes por la agricultura, como es el caso de Jim Sumberg, investigador del Instituto de Estudios de Desarrollo, de la británica Universidad de Sussex.
Sumberg sostiene en su blog Future Agricultures que se necesita un análisis más profundo de la situación debido a la mala calidad de las estadísticas oficiales, en especial de la información demográfica, así como mayor claridad sobre qué implica ser un agricultor.
Además, se necesita un análisis de las tendencias y acontecimientos que han marcado la agricultura africana en la última década.[related_articles]
“Pero primero y antes que nada, se requiere visión: qué tipo de sector agroalimentario ofrecerá oportunidades laborales a los jóvenes (y otros) de tal forma que permitan una mejora real de los ingresos y las capacidades y, al mismo tiempo, atienda asuntos de exclusión e igualdad social”, preguntó.
Detrás del llamado a “rejuvenecer” a la agricultura africana está la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA, en inglés), en cuyo Foro sobre la Revolución Verde, realizado en esta capital de Zambia en septiembre, se discutió sobre la participación de jóvenes y mujeres en la actividad.
“Los jóvenes ofrecen una oportunidad sin precedentes para hacer frente a los desafíos y limitaciones que frenan las mejoras en la productividad de la agricultura”, dice AGRA en el “Informe sobre el Estatus de la Agricultura Africana: Jóvenes en la agricultura de África subsahariana”, presentado en el foro.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que la producción de alimentos debe aumentar por lo menos 60 por ciento para poder alimentar bien a las más de 9.000 millones de personas que habitarán el planeta en 2050.
La agricultura es responsable de 2,4 billones de dólares de la economía mundial gracias al trabajo de 1.000 millones de personas, según datos de la FAO y el Banco Mundial.
África goza del renovado interés de los inversores por sus abundantes recursos naturales y minerales y tiene a seis de las economías de más rápido crecimiento, pero también se urbaniza rápidamente.
Casi 1.300 millones de personas, la actual población de China, vivirán en las ciudades africanas en los próximos 15 años, según ONU Hábitat.
La producción agrícola africana se estima en más de 280.000 millones de dólares, y el sector representa más del 30 por ciento de PIB, presentándose como una oportunidad para atender el desempleo juvenil y la inseguridad alimentaria.
Obstáculos a la participación de los jóvenes en la agricultura
África tiene casi 200 millones de personas entre 15 y 24 años, lo que lo convierte en el continente más joven, según la Unión Africana, que también señala que 10 millones de jóvenes africanos ingresan al mercado laboral cada año.
Pero las oportunidades laborales en el sector agrícola se reducen por varios factores como el limitado acceso a la tierra, al crédito y mejoras tecnológicas. Además, los jóvenes carecen de capacitación y de conocimientos básicos, y las normas sociales los excluyen de los procesos de decisión, que quedan en manos de las generaciones mayores.
Datos de Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil de 2013, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), mostraban que el desempleo en África subsahariana superaba al de los adultos. Los jóvenes tienen el doble de probabilidad que un adulto de encontrarse sin trabajo.
África necesita atender el problema de la pérdida de alimentos acopiados tras la cosecha y reducir el desperdicio, que según la FAO representa un tercio de la producción mundial de alimentos, alrededor de 1.300 millones de toneladas o la producción total de África subsahariana.
Políticas favorables a la alimentación
La clave está en tener políticas favorables a la agricultura, subrayó la directora ejecutiva de la Red de Análisis de Políticas sobre Recursos Naturales, Agricultura y Alimentación (FANRPAN, en inglés), Lindiwe Majele Sibanda.
“África necesita políticas basadas en la evidencia de las personas más afectadas, y los problemas que ahora tenemos por delante son los jóvenes que están desempleados y que carecen de formación”, puntualizó Majele Sibanda.
Según ella, los jóvenes deben reclamar su espacio en la agricultura y obligar a los gobiernos a escucharlos porque no les van a servir la participación en bandeja de plata.
Mientras África busca promover y, con suerte, implementar los nuevos ODS, ¿podrán los gobernantes crear un marco favorable y acelerar la inversión en el sector agrícola para que sea la semilla del crecimiento de los futuros productores de alimentos del continente?
Traducido por Verónica Firme