En busca de una buena alimentación en Sudáfrica

Christopher D'Aiuto, especialista en suelos y coordinador de producción de Harvest of Hope ayuda a un grupo de mujeres de la organización Abalimi Bezekhaya a preparar los paquetes con verduras frescas. Crédito: Astrid Stark/IPS.
Christopher D'Aiuto, especialista en suelos y coordinador de producción de Harvest of Hope ayuda a un grupo de mujeres de la organización Abalimi Bezekhaya a preparar los paquetes con verduras frescas. Crédito: Astrid Stark/IPS.

La iniciativa Harvest of Hope (cosecha de esperanza) ayuda a los pequeños agricultores de los alrededores de esta ciudad del sur de Sudáfrica a cultivar verduras orgánicas en huertas urbanas.

“Todas las verduras se cultivan sin químicos”, detalló Rachel McKinney, coordinadora de mercadeo de Harvest of Hope, creada por la organización Abalimi Bezejaya y que ahora cuenta con más de 100 pequeños agricultores ecológicos.

Abalimi Bezejaya ayuda a los horticultores de las localidades de Jayelitsha, Gugulethu, Philippi, Nyanga, a las afueras de Ciudad del Cabo, y asegura la compra de su producción, la que se ofrece a los clientes en el centro de Philippi.

Un paquete de verduras variadas para dos personas que dura una semana cuesta unos siete dólares, y el más grande, para cuatro personas, unos 10 dólares, lo que significa una fuente de ingresos para los agricultores, observó McKinney.

Con más de 35 huertas y granjas colaborando con Harvest of Hope, hay que asegurarse de que todos practiquen una agricultura orgánica, y la forma más fácil es con análisis anuales, precisó Christopher D’Aiuto, especialista en suelos y coordinador de producción de Harvest of Hope.

“Analizo el suelo y las verduras para garantizar que no tengan metales pesados ni pesticidas”, detalló D’Aiuto. “También promuevo que la producción provea de semillas y plantines orgánicos”, acotó.

La Constitución de Sudáfrica es una de las 23 del mundo que garantiza el derecho a la alimentación y, sin embargo, este país sufre de malnutrición, ya sea por subalimentación, que causa hambre, o sobrealimentación, que provoca obesidad.

Mala alimentación es menos alimentación

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) denuncia que no se cumple con el derecho a una alimentación adecuada porque hay más de 793 millones de personas en el mundo que se van a dormir con hambre.

En este país, hay 11 millones de personas en situación de extrema pobreza y que pasan hambre a diario, según datos del Banco Mundial de Alimentos.

La malnutrición es la principal causa de muerte de 64 por ciento de los menores de cinco años fallecidos en Sudáfrica, según la oficina local del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La encuesta Examen Nacional de Nutrición y Salud de Sudáfrica reveló que las deficiencias en el crecimiento de niños y niñas es uno de los principales indicadores de malnutrición.

“Se enciende una alarma”, opinó Scott Drimie, director del Laboratorio de Alimentos de África Austral (SAFL, en inglés), una plataforma de Sudáfrica para atender preocupaciones por los sistemas de alimentos.

También hay un número elevado de población adulta obesa, lo que revela una compleja trama respecto de los alimentos que come la gente y dónde vive, lo que se reduce a la disponibilidad de agua y a la inversión en servicios de salud, explicó Drimie.

La mala alimentación es un problema social y es necesario analizar los sistemas de alimentos, su vínculo con la salud, y es necesaria una respuesta intersectorial, subrayó.

“Como país de medianos ingresos, Sudáfrica no debe tener problemas con la malnutrición o la obesidad. Tenemos mecanismos, tenemos recursos y el problema político mayor es por qué no se hace algo”, puntualizó, antes de insistir en que no se presta atención al derecho a la alimentación.

El costo de la malnutrición

Un estudio de la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) concluyó en 2010 que 61 por ciento de los sudafricanos encuestados tenían sobrepeso, eran obesos u obesos mórbidos.

“Gran parte de la malnutrición y la obesidad derivan de la pobreza. Son como diferentes lados de la misma moneda”, explicó Tatjana von Bormann, gerenta de programa para transformación del mercado del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en diálogo con IPS.

La obesidad es una forma de malnutrición, y la mayoría de las veces es consecuencia de malas elecciones, acotó.

El impuesto al valor agregado (IVA) no se aplica a los alimentos básicos para amortiguar su costo para los sectores más pobres de Sudáfrica. Una ley de octubre de 2013 asegura la fortificación del maíz y de la harina de trigo con vitamina A, ácido fólico, hierro y zinc. Otras medidas dispuestas incluyen la regulación de la sal añadida a los productos alimentarios.

“Por el precio, usted elige qué puede comprar; los alimentos saludables suelen ser más caros. El maíz que es un producto básico, tiene limitados nutrientes y engorda. Se vuelve un asunto de conveniencia, puede elegir lo que siempre está disponible o hasta por su buen sabor”, añadió.

Dónde queda el derecho

En enero de este año, Sudáfrica se unió a otros 163 países que aprobaron el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, cuyas obligaciones incluyen, entre otras varias, la distribución de alimentos adecuados.[related_articles]

La movida fortaleció el reclamo de la sociedad civil para que se disponga de un mecanismo tangible que lleve suficientes alimentos nutritivos a toda la población sudafricana.

La investigación “Derecho a la alimentación en Sudáfrica”, divulgada este año por Estudios en Pobreza y Desigualdades, señala que el derecho a las políticas alimentarias implementas en la era postapartheid no lograron alterar los desequilibrios estructurales en el sistema alimentario de Sudáfrica ni eliminar el hambre ni la malnutrición.

En Sudáfrica, la disponibilidad de alimentos no es realmente un motivo de preocupación significativo.

Pero el gobierno no ha logrado desarrollar una respuesta coordinada e integral para satisfacer el derecho a la alimentación, precisa el documento.

La nueva Política Nacional sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición del Departamento de Agricultura, Silvicultura y Pesca fue elogiada por ofrecer una nueva forma de pensar y pautas para la labor gubernamental en relación con la seguridad alimentaria, según el estudio.

La iniciativa le presta más atención a la reforma de la tierra y a la agricultura a expensas de factores que causan inseguridad alimentaria en las ciudades.

Sasha Stevenson, abogada del centro Section 27, precisó que la alimentación es un derecho básico consagrado en la Constitución, pero es necesario comprender qué significa en la práctica.

Traducido por Verónica Firme

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