Cuando faltan menos de cuatro meses para el inicio de la decisiva cumbre climática de París, los compromisos de Zimbabwe avanzan a paso lento en un asunto que también acecha a otros países en desarrollo: las finanzas climáticas.
Mientras se prepara para la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se realizará del 30 de noviembre al 11 de diciembre en la capital francesa, Zimbabwe, como muchos otros países en el Sur en desarrollo, lidia con cambios climáticos radicales que cada año lo plagan tanto de inundaciones como de sequías.
Es así como sigue esperando que las naciones industrializadas le provean de fondos verdes de rescate. “Este apoyo debería materializarse bajo la forma de tecnología”, dijeron a IPS funcionarios en la suroccidental ciudad de Bulawayo, la segunda más importante del país.
[pullquote]3[/pullquote]Investigadores locales consideran que el escaso avance del país en el frente del recalentamiento planetario es el culpable de la falta de inversiones del gobierno en tecnología de punta para monitorear el clima.
Es necesario hacer más mientras el país se prepara para participar en la cumbre de París, dijo Sherpard Zvigadza, gerente de los programas de Cambio Climático y Energía en la Organización Regional Ambiental ZERO, con sede en Harare.
“Zimbabwe debería fortalecer la observación sistemática, garantizando controles mejorados en tiempo real y la disponibilidad de datos meteorológicos para las investigaciones”, señaló Zvigadza a IPS.
Estas preocupaciones se originan en lo que la población local considera un fracaso reiterado del Departamento de Servicios Meteorológicos, escasamente financiado, a la hora de monitorear de manera adecuada los patrones climáticos y de implementar sistemas efectivos de alerta temprana para estar preparados ante desastres.
Sin embargo, estas restricciones no detienen a Zimbabwe, que durante las últimas dos décadas ha padecido la reducción del apoyo financiero internacional para orquestar ambiciosas intervenciones contra el cambio climático.
Desastres recurrentes inducidos por el clima muestran que este no es el momento de actuar “como de costumbre”, dijo Elisha Moyo, director de investigaciones sobre cambio climático en el Departamento de Manejo del Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, Agua y Clima.
Y estos esfuerzos han aunado a organizaciones de la sociedad civil, agricultores y ciudadanos comunes en lo que se espera dé forma a las negociaciones zimbabwenses en París.
Las entidades de la sociedad civil señalan que, según GLOBE Internacional, que agrupa a legisladores de todo el mundo, Zimbabwe posee las leyes ambientales más exhaustivas de África austral, lo que debería ser un estímulo para ayudar al país a concretar mayores progresos en la gobernanza climática.
Según un informe del Ministerio del Clima divulgado en julio, la política climática del país apuesta, entre otras cosas, a elaborar modelos meteorológicos y climáticos, evaluaciones de vulnerabilidad y adaptación, y a los esfuerzos de mitigación y reducción del carbono.
Sin embargo, aunque estas metas puedan sonar ambiciosas, esa cartera reconoció que, en ausencia de financiamiento adecuado, el país todavía está lejos de cumplir con sus compromisos ante la CMNUCC.
“Es necesario expandir los proyectos actuales, así como desarrollar nuevos en todo el país, para que éste se posicione como capaz de recabar fondos” a esos fines, dijo Steve Wentzel, director de Carbon Green Africa, una empresa con sede en Zimbabwe que se creó para facilitar la generación de créditos de carbono mediante proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD).
“El país necesita asociarse con sectores privados que están haciendo un esfuerzo por desarrollar proyectos o reducir su huella, e implementar una estrategia basada en recompensas a fin de que tanto individuos como corporaciones sean alentados a apoyar las políticas del gobierno”, planteó Wentzel.
Zvigadza dijo a IPS: “Si el país se propone en serio dejar de hacer las cosas como de costumbre, crear conciencia es clave para todos los actores, incluidas la población general y la industria”.
[related_articles]“Se requiere una campaña vigorosa en todo el país. Y lo más importante es que la estrategia nacional de Zimbabwe de respuesta al cambio climático tiene que ser puesta en práctica para que los desafíos se aborden según las diferentes circunstancias de cada lugar”, añadió.
El propio Ministerio del Ambiente admite que el avance es lento debido a la continua falta de fondos, lo que Moyo cree deberían subsanar las naciones más ricas.
“Como (el resto de) África, y apoyados por otros países en desarrollo de otras regiones, creemos que los países ricos todavía no se han puesto al hombro la parte de la carga que les corresponde”, dijo Moyo a IPS.
A su juicio, esos países “deberían dar el ejemplo, en términos de reducir emisiones y también de brindar apoyo financiero a naciones más pobres, como establece la CMNUCC”.
Y Zimbabwe sin dudas necesita de fondos. El Ministerio de Finanzas ya redujo el presupuesto nacional para afrontar el cambio climático de 93 millones de dólares en 2014 a 52 millones este año.
Mientras, pese a buscar promover las energías limpias, la generación eléctrica en el país todavía depende ampliamente de combustibles fósiles.
“Estamos compilando las contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, en inglés) en materia de cambio climático, y venimos haciendo consultas y recolectando datos por todo el país, en especial en referencia al sector de la energía, que tiene un alto potencial de reducción de emisiones mediante la adopción de fuentes renovables donde sea posible”, dijo Moyo a IPS.
Las INDC son las acciones climáticas posteriores a 2020 que los países asumirán bajo el nuevo tratado climático universal que debe alcanzarse en la COP21 de París, y presentado a la CMNUCC en septiembre.
Zimbabwe padece “una falta de conocimiento sobre asuntos vinculados al cambio climático”, dijo Wentzel a IPS, lo que obstaculiza el cumplimiento de sus ambiciones en esta área.
Como sintetizó Washington Zhakata, principal negociador sobre cambio climático del país, “el camino a la cumbre de París sigue poco claro y con muchos escollos”.
Editado por Phil Harris