Los jóvenes de Cuba esperan con ansias y dudas que se acelere el llamado proceso de informatización de la sociedad, que al parecer marcha al ritmo de las actuales reformas del país “sin prisa pero sin pausa”, según las autoridades.
“En realidad donde me gustaría tener Internet es en casa”, confesó Beatriz Seijas a IPS, en la céntrica Avenida 23 de esta capital, donde la estatal y única Empresa de Telecomunicaciones (Etecsa) estableció este mes una de las 35 redes inalámbricas (wifi) en espacios abiertos del país.
Sentada en el portal de un edificio de esta avenida, también conocida como La Rampa, Seijas contó que vino a probar la conexión en estos puntos, a dos dólares por hora. “Como cubana al fin, nunca me había conectado por el teléfono o la tableta”, explicó esta estudiante universitaria de 19 años.
“Acceder a Internet es algo normal”, valoró la joven, que a pesar de las limitaciones tecnológicas y de conectividad de este país insular caribeño de gobierno socialista, considera a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) una parte natural de su vida como muchos de sus pares en el resto del mundo.
Hoy seis de cada siete personas tienen un teléfono celular a nivel mundial y más de 3.000 millones de los 7.100 millones de habitantes del planeta navegan por Internet, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aunque existe una profunda brecha en el acceso a las NTIC como otro reflejo más de la pobreza e inequidad global.
Fuentes científicas califican de nativos digitales a quienes nacieron después de 1980 y tuvieron acceso desde edades tempranas ordenadores, consolas de videojuegos, cámaras fotográficas, teléfonos móviles e Internet, gracias a la masificación a partir de ese momento de esas tecnologías.
Por eso los jóvenes, que representan 26 por ciento de los 11,2 millones de habitantes de Cuba, son la voz más pujante por la apertura tecnológica local, que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ubica en el puesto 125 de 166 naciones donde analizó el índice de desarrollo de las NTIC.
Ese organismo de ONU calculó que solo 3,4 por ciento de los hogares cubanos tenían en 2013 conexiones privadas, aunque reguladas por el Estado, la mayoría por la lenta línea telefónica conmutada (dial up) y una minoría mediante la más rápida línea de abonado digital (DSL), limitada a ciertas profesiones, como periodistas y artistas.
La estatal Etecsa reportó en junio más de tres millones de líneas de celulares.
En 2013, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información registró 2.923.000 usuarios en línea, un dato que suma cuentas de Internet y la intranet cubana, donde se pueden visitar algunos sitios digitales internacionales y locales.
En un foro virtual realizado el 6 de julio en medios locales de comunicación, la Unión de Jóvenes Comunistas aseguró que “más de 60 por ciento de las personas conectadas en Cuba son jóvenes”, sin especificar el tipo de red.
“Los precios no están asequibles pero se hace el esfuerzo. He visto que hay más demanda que oferta”, valoró Seijas, quien prefiere gastar navegando por Internet la asignación con que cuenta para divertirse.[pullquote]1[/pullquote]
Cuba comenzó a liberar en 2013 las opciones de conectividad en cibercafés, hoteles y salas de navegación, pero a un costo prohibitivo para la capacidad adquisitiva promedio, de entre 4,5 y seis dólares la hora por Internet. También se ofrece el servicio de correo electrónico en los teléfonos móviles inteligentes.
Antes se había priorizado el uso social en escuelas, establecimientos laborales y los centros comunitarios Joven Club de Computación.
Las 35 redes inalámbricas establecidas por Etecsa se emplazan en avenidas y parques de 16 ciudades y admiten hasta 50 o 100 usuarios conectados a la velocidad de un megabit por cada uno.
La rebaja a dos dólares por hora en estas redes sigue siendo prohibitiva en un país donde más de cinco millones de personas ganan un salario estatal promedio de 23 dólares mensuales.
La demanda se nutre de un segmento de la población que gana más en los crecientes negocios privados, recibe remesas del exterior o tiene empleos mejor remunerados en entidades y empresas extranjeras.
También es alimentada por la curiosidad hacia lo nuevo o la búsqueda de más velocidad de conexión.
A pesar de contar con acceso a Internet en la Universidad de Camagüey, el joven profesor José Carlos Hernández y los estudiantes Merín Machado y Dany Avilés contaron a IPS que en ocasiones han pagado 4,5 dólares por hora en la sala de navegación de esta ciudad de Camagüey, a 578 kilómetros al este de La Habana.
Este equipo trabaja en el mantenimiento de la red social Dreamcatchers, que nació en 2012 como la primera desarrollada totalmente por jóvenes informáticos cubanos de esta casa de estudios. Ahora la red tiene 15.000 usuarios y “potencia la investigación y el desarrollo en la comunidad universitaria”, explicó Avilés, de 21 años.
Disponible también en la intranet nacional, Dreamcatchers se promociona como una red social colaborativa sobre ideas, que une a las personas que “piensan de manera semejante”, apuntó el estudiante de la carrera de Informática. Ofrece una plataforma de mensajes, chat y un muro para compartir propuestas.
Los tres jóvenes dijeron estar seguros de que pronto habrá más Internet en su país, algo muy positivo para su proyecto universitario.[related_articles]
Sobre el gobierno socialista pesa el compromiso contraído con la Unión Internacional de Telecomunicaciones, de que los países en desarrollo logren antes de 2020 tener 50 por ciento de los hogares conectados a Internet y 60 por ciento de la población con teléfonos móviles.
Para lograr esas metas internacionales, las autoridades lanzaron a inicios de año el Plan de Informatización de la sociedad cubana, que amplió las prioridades a seguir aumentando el uso social en sectores como la salud, educación y ciencia, crear opciones de acceso en sitios públicos como salas de navegación y parques, y por último entrar a las viviendas.
El programa persigue el desarrollo de la infraestructura nacional de telecomunicaciones fijas y móviles, usar la solución de wifi y fibra óptica para la entrada de la banda ancha, bajar los costos actuales de Internet, estimular el comercio electrónico y la industria informática, entre otros fines.
Las autoridades de Cuba, con una crisis económica que se prolonga por más de 20 años, no han especificado con qué fondos acometerán el plan, pero sí dijeron que está acompañado por China y Rusia.
El sector no aparece en el paquete de oportunidades de negocios presentada en 2014 para captar 8.700 millones de dólares de inversión extranjera.
Fuentes especializadas anticipan, con base en estos anuncios, que Cuba proyecta regular el acceso de los ciudadanos a Internet, al estilo de China y Rusia, donde la red de redes está controlada para la población.
Editado por Estrella Gutiérrez