En América Latina falta o sobra el agua

El lago Las Canoas, en el pueblo de Tipitapa, cerca Managua, se seca cada vez que el fenómeno de El Niño visita Nicaragua y deja a sus habitantes sin pesca y sin agua para sus cultivos. Crédito: Guillermo Flores/IPS
El lago Las Canoas, en el pueblo de Tipitapa, cerca Managua, se seca cada vez que el fenómeno de El Niño visita Nicaragua y deja a sus habitantes sin pesca y sin agua para sus cultivos. Crédito: Guillermo Flores/IPS

América Latina posee 30 por ciento de los recursos hídricos mundiales, pero no se salva de los problemas derivados de su desigual distribución y de las alteraciones climáticas, que ya amenazan el suministro de agua para la agricultura, que se prevé que se agudice en las próximas décadas. Todo agravado por una deficiente gestión del líquido vital.

Según la Red Interamericana de Recursos Hídricos, tres de sus cuencas importantes poseen menos de 10 por ciento del agua disponible, debido a su sobreexplotación: la del Valle de México, donde se yergue su capital, la del Pacífico Sur, que abarca Perú, Ecuador, Chile y Argentina, y la del río de la Plata, que incluye a Argentina y Uruguay.

En Chile, la mayor causa de la vulnerabilidad de los pequeños agricultores es el “robo de agua” por parte de los grandes agroexportadores. Lo que se agrava porque los derechos de agua fueron privatizados en 1981, durante la dictadura militar.

Además, la amenaza hidroeléctrica persiste para la Patagonia chilena porque tras la victoriosa lucha de casi una década contra HidroAysén, un proyecto que pretendía construir cinco grandes centrales hidroeléctricas, la región batalla para frenar el avance silencioso de otra represa sobre el río Cuervo.

En Cuba, la población está muy preocupada por la sequía, un fenómeno silencioso que este año podría alcanzar una intensidad sin precedentes y a la que comienzan a temer tanto como a los huracanes.

Comunidades rurales y organizaciones sociales de El Salvador coinciden en que la falta de leyes en materia de acceso al agua es uno de los principales obstáculos para resolver las disputas por el recurso que se vivieron en el país en 2014.

Nicaragua, el segundo país más pobre de América Latina y uno de los 10 más vulnerables del mundo al cambio climático, el año pasado se enfrentó a un fenómeno meteorológico que puso en riesgo su seguridad alimentaria.

En Venezuela, los habitantes soportaron en 2014 el racionamiento del servicio de agua potable, y en algunas zonas también su pésima calidad, pese a que su territorio está bañado por 520 ríos de gran longitud y a que desde 2008 se ufana de haber alcanzado uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionado con el acceso al agua potable, con una cobertura de 96 por ciento de sus 30 millones de habitantes.[related_articles]

Ese país está entre los 20 del mundo con mayor disponibilidad del recurso en su naturaleza, 41.886 metros cúbicos por habitante al año, semejante a sus vecinos Colombia y Brasil, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

En Brasil, que sufre una grave crisis hídrica desde el año pasado, el agua y la electricidad están tan vinculadas que los dos años de lluvias escasas dejaron a decenas de millones de personas al borde del racionamiento hídrico y energético.

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