Guyana es el único país de la Comunidad del Caribe (Caricom) que goza de seguridad alimentaria, pero su alta y rápida variabilidad climática es un desafío para este país y para los vecinos que dependen de la producción agrícola de esta nación sudamericana.
La agricultura representa 32 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Guyana, 37 por ciento de sus ingresos de divisas y emplea a un tercio de la población económicamente activa.
Los principales productos de exportación son el azúcar, que genera 137 millones de dólares al año, el arroz, 55 millones de dólares, los productos forestales, 70 millones de dólares, los derivados de la pesca, 65 millones de dólares, y otros cultivos y animales de granja, 7,5 millones de dólares.
David Granger, el nuevo presidente de Guyana tras las elecciones generales del 11 de mayo, dijo en entrevista con IPS que su gobierno no se descansa en el sector agrícola y es totalmente consciente de que el cambio climático puede perjudicar la seguridad alimentaria de su país.[pullquote]3[/pullquote]
“En la costa, baja y llana, el clima es un poco diferente que en el interior y en la zona montañosa, donde llueve mucho, parte de la selva amazónica; y más sl sur, cerca de Brasil, hay un terreno totalmente diferente, un paisaje de sabana”, detalló.
“En la sabana hay una larga estación húmeda, que es ahora, y una larga estación seca”, explicó.
“En la costa, tenemos una larga estación seca y una larga estación húmeda, y luego una corta estación seca y una corta estación húmeda. Así que cuando hablamos de cambio climático, hablamos de fenómenos geográficos muy complejos”, añadió el nuevo gobernante.
Alrededor de 90 por ciento de la población de Guyana, el único país continental de Caricom junto con Suriname, vive en una estrecha franja costera ubicada entre uno y medio metro por debajo del nivel del mar.
El cinturón costero queda protegido por diques que existen desde la ocupación holandesa. Pero en los últimos tiempos, las fuertes tormentas superaron las defensas causando inundaciones, un fenómeno que, según los científicos, ocurrirá con mayor frecuencia.
El gobierno gasta seis millones de dólares al año en el sistema de drenaje e irrigación, y necesita 100 millones de dólares para adaptar la infraestructura y hacer frente a los efectos del cambio climático.
“Tenemos que tener una política y diseñar un camino que proteja a nuestros ciudadanos y todo lo que se refiere a la gestión de zonas costeras. Tuvimos que construir defensas y hacer obras de alcantarillado, porque sino la gente quedaría bajo agua”, añadió Granger.
Además, recordó que el país sufrió “terribles inundaciones exactamente hace 10 años”.
“Perdimos miles de millones de dólares por las inundaciones”, recordó. “Tenemos que hacer lo que venimos haciendo con los diques, pero también tenemos que implementar planes para evitar la tala excesiva y, por supuesto, reforestar para recuperar áreas devastadas”, explicó.
Guyana cuenta con una imponente cobertura vegetal que cubre 80 por ciento de la superficie de su territorio, que es del tamaño de Inglaterra.
Bajo la selva y la sabana, hay oro, diamantes y bauxita, minerales fundamentales para la economía nacional.
Noruega se comprometió a dar a Guyana hasta 250 millones de dólares para 2015 si evita la deforestación y una vez que se cumplan ciertos indicadores. Los ingresos derivados de esa asociación ascienden a 190 millones de dólares.
Es uno de los mayores pagos del mundo por lograr resultados bajo el acuerdo de la iniciativa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD+), detrás de Brasil.
La asociación entre Guyana y Noruega comenzó en 2009 y los pagos recibidos por este país colaboran con su ambiciosa acción climática, a mantener una baja deforestación a la vez que promueven el desarrollo y el crecimiento económico sostenible a través de la Estrategia de Desarrollo baja en Carbón
“El gran gasto vendrá si tenemos que mudarnos de la costa hacia el interior, que es más alto”, explícito Granger.
El presidente de Guyana dijo que su país guardaba fondos millonarios procedentes de la industria extractiva.
“En el marco de nuestra política ya anunciada, las ganancias procedentes de la industria extractiva, oro, madera, diamantes y bauxita, se usarán en algo que llamamos Fondo de Bienestar Soberano, para que nuestros hijos no tengan que sufrir los estragos de la pobreza”, explicó.
“Es algo que tenemos que incluir en nuestros presupuesto. Debemos comenzar a guardar dinero para prepararnos para cualquier catástrofe. No podemos depender de donaciones todo el tiempo”, añadió Granger.[related_articles]
Jamilla Sealy, presidenta regional de la Red Ambiental de Jóvenes del Caribe (CYEN, en inglés) y administradora de proyecto World Wide Views on Climate and Energy (perspectivas mundiales sobre clima y energía), dijo que los impactos del cambio climático en Guyana pueden afectar a países vecinos como Barbados.
“Si Guyana, por ejemplo, tiene grandes inundaciones y la mayoría de sus ríos se desbordan, el contenido puede llegar a nuestras costas mediante corrientes oceánicas. Eso puede causar la mortandad de peces y estrés para los arrecifes de coral en Barbados”, explicó.
“Además, el cambio climático incide en la propagación de enfermedades transmitidas por vectores, como el chinkungunya, y puede provocar el resurgimiento de la fiebre amarilla y la malaria (paludismo)”,
“En términos de seguridad alimentaria, si importamos la mayoría de nuestros alimentos de un país y estos disminuyen, nos afectará gravemente”, explicó.
“Por ejemplo, si un gran huracán diezma a un país, como hizo Iván Granada en 2004, puede destruir su economía”, acotó.
Sealy dijo que los pequeños estados insulares en desarrollo, como los del Caribe, serán los primeros en sufrir el impacto del cambio climático.
“Al ser pequeños, tenemos poco territorio, agua y alimentos. Tenemos que importar petróleo. Si algo le pasa a un país que tiene el petróleo y el alimento, nos quedamos sin nada y quedamos en situación vulnerable”, indicó.
CYEN cree que no se puede tomar ninguna decisión sobre desarrollo sostenible sin involucrar a los jóvenes y viene trabajando para empoderarlos en gestión sostenible de suelos, de basura y cambio climático desde 1993; tiene 18 oficinas en el Caribe.
The World Wide Views es la mayor consultora ciudadana, y procura llevar sus voces a los ámbitos de decisión internacional.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme