Terrorismo ambiental pone en aprietos a agricultores palestinos

Colonos israelíes abaten olivos palestinos en un acto de terrorismo ambiental “destinado a intimidar a sus vecinos palestinos y poner en aprietos económicos a muchos agricultores que dependen de la venta de aceitunas para vivir”. Crédito: Mel Frykberg/IPS.
Colonos israelíes abaten olivos palestinos en un acto de terrorismo ambiental “destinado a intimidar a sus vecinos palestinos y poner en aprietos económicos a muchos agricultores que dependen de la venta de aceitunas para vivir”. Crédito: Mel Frykberg/IPS.

“¿Qué olivos quiere ver exactamente? Los colonos israelíes cortaron miles, ¿podría ser más específica?”, preguntó a IPS, en el territorio palestino de Cisjordania, un taxista que no quiso revelar su identidad.

Hace una semana, colonos israelíes del asentamiento ilegal de Mezad, en el sur de Cisjordania y cerca de la ciudad de Hebron, cortaron unos 1.200 olivos en un acto vengativo de terrorismo ambiental con el fin de intimidar a sus vecinos palestinos y perjudicar económicamente a muchos agricultores que viven de la venta de aceitunas.

La cosecha de aceitunas no solo representa una parte importante de la economía palestina, de la que dependen unas 80.000 familias, sino que la cultura y la vida misma giran en torno a esta actividad.[pullquote]3[/pullquote]

Las aceitunas y el aceite de oliva son comunes en la comida palestina. De hecho, a la fruta y al aceite se les llama “oro verde”. Incluso, los olivos forman parte de la pintura y están en los bordados típicos.

Mientras IPS sacaba fotografías de los restos de los 1.200 olivos abatidos por los colonos de Mezad, varios soldados israelíes que custodiaban la zona comenzaron a acercarse. El taxista y un anciano agricultor palestino que oficiaba de guía, quisieron abandonar rápido el lugar para evitar cualquier confrontación.

El de Mezad fue el tercer ataque contra olivares en un lapso de meses. Estos últimos pertenecían a Muhammad al Ayayadah.

El asentamiento de Mezad se construyó en territorio palestino confiscado por Israel, y los colonos, además, parecen tener intenciones de expandirlo.

La tala regular de olivos y la prohibición de acceder a ellos que imponen las fuerzas de seguridad, terminan expulsando a los agricultores palestinos que no pueden hacer frente a las pérdidas económicas.

Según la Autoridad Nacional Palestina y el Instituto de Investigación Aplicada de Jerusalén (ARIJ), se talaron unos 800.000 olivos desde que Israel ocupó Cisjordania y Gaza en 1967.

Tras la expulsión de los agricultores, los colonos israelíes pueden argüir que la tierra estaba abandonada y ocuparla, ante lo cual los palestinos tienen pocos recursos legales.

“La policía israelí no tomará ninguna medida contra los colonos. Dicen que van a investigar, pero la mayoría de las veces ni siquiera aparecen”, dijo a IPS el portavoz de ARIJ, Suhail Jalilieh.

“Y aun si aparecen, dicen que no tienen pruebas contundentes de que los colonos sean responsables del ataque o que fue en represalia al lanzamiento de piedras por parte de los palestinos”, observó.

“Además, la mayoría de los ataques de los colonos ocurren bajo la mirada del ejército israelí, que no hace nada para frenar el vandalismo”, añadió Jalilieh.

Los ataques de colonos israelíes contra los palestinos y sus propiedades también incluyen incendios de casas y automóviles, matanza de animales, lanzamiento de piedras, persecución de escolares y envenenamiento de pozos de agua.

Uno de los actos más graves de vandalismo a los ojos de la conservadora y religiosa sociedad palestina fue el incendio de mezquitas en Cisjordania.

IPS visitó una de ellas incendiada por colonos, quienes colocaron pilas de libros del Corán (libro sagrado del Islam) cerca del baño con el fin de ofender.[related_articles]

La Oficina de Asuntos de Coordinación Humanitaria (OCAH), de la Organización de las Naciones Unidas, registró 324 atentados contra la población palestina y sus propiedades en 2014.

Mientras los agricultores luchan por sobrevivir, otros hechos se suceden en Jerusalén oriental que también preocupan a la población palestina.

Las autoridades israelíes planean construir un vertedero en parte del territorio ocupado de Jerusalén oriental. Las obras implican una mayor expropiación de terrenos privados en los barrios de Shuafat e Issawiya.

Miles de toneladas de desperdicios de la construcción de toda Jerusalén se verterán allí en los próximos 20 años.

El acaparamiento de tierras también implicará la expulsión de familias beduinas que viven en un campamento entre Jerusalén y el asentamiento israelí de Ma’aleh Adumim.

La zona es un controvertido corredor conocido como E1. La expansión y la construcción del asentamiento israelí causaron tensiones entre el gobierno de Estados Unidos y el de Israel porque Cisjordania quedó aislada, de hecho, de Jerusalén.

Los recursos legales en defensa de los palestinos presentados por numerosas organizaciones de derechos humanos israelíes en tribunales civiles de Israel tampoco sirvieron de mucho.

“Los tribunales israelíes no fallaron en contra de la construcción del corredor E1 pues no tienen autoridad civil sobre Cisjordania, que está bajo jurisdicción de la justicia militar, y la autoridad militar es responsable de la continua expansión del corredor”, explicó Jalilieh a IPS.

“Pero aun si la justicia civil hubiera fallado en contra de la construcción y expansión de asentamientos, no podría anular decisiones tomadas por las autoridades civiles o militares de Israel, que siempre justifican sus acciones arguyendo asuntos de seguridad y de Estado”, añadió.

Editado por Phil Harris / Traducido por Verónica Firme

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