El abogado de Jason Rezaian, el periodista iraní-estadounidense del diario The Washington Post detenido en Irán desde julio, solicitó la fianza provisional para su cliente durante el “nowruz”, el año nuevo persa cuando habitualmente se conceden permisos a los presos.
«En esta época del año, con la proximidad de su cumpleaños” el domingo 15, “y del nowruz” el 21 de marzo, “tenemos la esperanza de que las autoridades… vean que en realidad no hay ninguna razón justificable para que Jason esté en la cárcel”, declaró su hermano, Ali, en entrevista con IPS el miércoles 11.[pullquote]3[/pullquote]
Rezaian, que habló el jueves 12 en el acto en que el Club de la Prensa Nacional de Estados Unidos le otorgó a Jason el premio a la libertad de prensa John Abuchon, dijo que su familia no fue informada oficialmente de la acusación contra su hermano.
El poder judicial iraní, que no reconoce la doble ciudadanía, no anunció los cargos públicamente. Pero el ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif, dijo el 17 de septiembre en una entrevista con la Radio Pública Nacional de Estados Unidos que Rezaian, a quien describió como un «reportero justo», está al tanto de las acusaciones.
Mohammad Larijani, un alto consejero del líder supremo de Irán y presidente del consejo de derechos humanos del poder judicial, tampoco suministró mayores detalles pero dijo al canal de televisión Euronews el 11 de noviembre que Rezaian estaba «involucrado en actividades que trascienden al periodismo».
El influyente político agregó que esperaba que Rezaian fuera liberado pronto. «Mi esperanza es que antes del proceso judicial el fiscal se conforme con abandonar el caso porque tal vez las acusaciones no son muy importantes», señaló.
Cuatro meses después, Rezaian espera su juicio ante un tribunal revolucionario de la República Islámica, que funciona aparte de la justicia penal y civil y se encarga de casos referidos a asuntos de seguridad nacional.
Según organizaciones de derechos humanos, el tribunal procesa a las personas por razones ideológicas y políticas y los fallos suelen estar predeterminados con severas penas.
«Jason no es solo un periodista acreditado que realiza actividades periodísticas, también es un reportero del Washington Post y debe entenderse que su trabajo requiere que hable con la gente” para “comprender lo que está pasando en Irán y retratar la vida y las actividades de la gente de allí. Lo ha hecho durante más de una década», aseguró Ali Rezaian.
El periodista occidental detenido por más tiempo
Nacido de padre iraní y madre estadounidense, Jason Rezaian, corresponsal de IPS en Irán hasta el año 2012, con toda seguridad pasará su 39 cumpleaños en la prisión iraní de Evin el domingo 15.
Rezaian se trasladó a Irán, donde la libertad de prensa es muy limitada, en 2008, y se convirtió en jefe de la corresponsalía de The Washington Post en Teherán en 2012.
Rezaian fue detenido el 22 de julio, por lo que ya lleva cerca de ocho meses en prisión, más que cualquier otro periodista de un medio de comunicación occidental.
Ali Rezaian dijo a IPS que a su hermano le encantaba la vida en Irán y que a menudo alentaba a los extranjeros a ver el país por sí mismos.
«Siempre decía ‘debes venir a verlo, es un lugar maravilloso’. Y si la gente decía cosas erróneas sobre Irán, decía ‘no entiendes, debes venir a verlo’”, añadió.
La tarea periodística de Rezaian trascendía la habitual temática del programa nuclear iraní y las luchas políticas internas que cubren los medios occidentales para concentrarse en los aspectos socioculturales de la vida en Irán.
«Con el Post… pasó mucho tiempo mostrándole a la gente un lado diferente de Irán al que estamos expuestos regularmente aquí en Estados Unidos», comentó Rezaian.
Desde que fue detenido, a Rezaian le habría costado conseguir tratamiento para distintos problemas de salud y perdió 22 kilos. Pero su hermano cree que sufre más por el aislamiento y la falta de contacto humano, ya que el periodista pasó cinco meses en aislamiento antes de ser trasladado a una celda con otro preso.
Su madre, Mary, que reside en Estambul, intentó solicitar personalmente la liberación de su hijo al líder supremo Ali Jamenei, pero solo se le permitió ver a su hijo en la prisión de Evin en dos ocasiones en diciembre.[related_articles]
«Necesito un psiquiatra, porque esto ya lleva demasiado tiempo”, le dijo Jason Rezaian a su madre tras asegurarle durante una reunión grabada en video que no había sido torturado, según el diario Christian Science Monitor.
Desde entonces, su familia en el extranjero no pudo hablar con Jason y los contactos con su esposa, la periodista Yeganeh Salehi, que fue detenida junto a Rezaian y liberada bajo fianza en octubre, disminuyeron drásticamente.
Campaña
El estadounidense Club de la Prensa Nacional lanzó el jueves 12 una carta firmada por destacados periodistas estadounidenses dirigida al presidente del poder judicial iraní, Sadegh Larijani, expresando su «grave preocupación» por la detención de Rezaian y lo que denominó «el desprecio constante por las protecciones legales que la Constitución iraní asegura a sus ciudadanos”.
El famoso exboxeador Mohamed Alí también envió un comunicado a través del club. «Que yo sepa Jason es un hombre de paz y una gran fe, un hombre cuya dedicación y respeto por el pueblo iraní es evidente en su obra.Respaldo a sus familiares, amigos y colegas en sus esfuerzos para conseguir su liberación», declaró.
Además de las gestiones de su familia y del gobierno de Estados Unidos, sus editores y otros medios periodísticos, un pedido de liberación de Rezaian en Internet obtuvo más de 235.000 firmas de apoyo de todo el mundo.
Su situación compite por la cobertura de los medios de comunicación con las negociaciones sobre el programa nuclear iraní que pretenden alcanzar un acuerdo definitivo a fines de junio.
«Este caso ha sido un dolor de cabeza en las relaciones exteriores del gobierno de Irán con el mundo exterior. Pero debido al momento delicado de las negociaciones es probable que no consiga la atención que debería», sostuvo Hadi Ghaemi, director de la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán , con sede en Estados Unidos.
Al gobierno de Hasán Rouhaní “le gustaría verlo libre, pero… no está para nada dispuesto a gastar su capital político en este caso o en cualquiera de las demás horrendas violaciones” a los derechos humanos “que suceden en el país», subrayó.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga