En sus 24 años de vida, el guyanés Stefan Knights nunca dudó de la severidad del cambio climático y su impacto sobre los países insulares del Caribe .
El haber experimentado eventos meteorológicos extremos de primera mano fortaleció su determinación de educar a sus pares sobre el cambio climático, “para que hagan ciertas cosas que reduzcan las emisiones” contaminantes, dijo a IPS.
Desde septiembre de 2013, Knights vive en Trinidad y Tobago, donde estudia abogacía en la Escuela de Derecho Hugh Wooding.
[pullquote]3[/pullquote]El joven recordó su primera semana en este país, cuando volvió a su apartamento para encontrar que la televisión y el refrigerador flotaban, y que todas sus ropas estaban empapadas luego de intensas lluvias que no duraron más de una hora.
“Cuando tenemos inundaciones, sequías o incluso huracanes, el suministro hídrico se ve afectado, la gente pierde sus empleos y sus casas y, por ende, se perjudica el derecho al agua, a la vivienda, al empleo, e incluso a veces a la vida”, señaló Knights a IPS.
“Soy un gran defensor de los derechos humanos, y veo que el cambio climático tiene un impacto significativo sobre la población del Caribe” e involucra también este aspecto, dijo.
Knights se lamentó de que los jóvenes de América Latina y el Caribe no tengan oportunidades adecuadas para participar en las principales reuniones internacionales sobre el cambio climático que se realizan anualmente.
“Estas personas están más afectadas (por el recalentamiento planetario) que cualquier otra, pero cuando se llevan a cabo esas reuniones hay muy pocos jóvenes de estas áreas”, planteó.
“También ocurre que en esas instancias no se oyen las voces de habitantes de países de la región que no son independientes, como Puerto Rico, que todavía es un territorio de Estados Unidos, o Montserrat y las Islas Vírgenes de Gran Bretaña y Estados Unidos”, agregó.
Knights, quien también es miembro activo de la Red Ambiental de Jóvenes del Caribe (CYEN), por sus siglas en inglés), dijo que los jóvenes están listos para asumir un rol de liderazgo en el combate al cambio climático.
“Están liderando en el mundo al brindar soluciones a desafíos en el área del desarrollo sostenible”, explicó.
“Por ejemplo, CYEN viene investigando y educando a la sociedad en materia de manejo integrado de recursos hídricos, centrándose particularmente en los vínculos entre cambio climático, pérdida de biodiversidad y eliminación no regulada de desechos”, dijo.
La Asociación Mundial del Agua reconoció formalmente a CYEN como uno de sus socios más destacados en el Caribe.
En diciembre de 2014, varios miembros de esa red de todo el Caribe participaron en un taller de medios de comunicación sobre seguridad hídrica y resiliencia climática que se realizó en Puerto España.
CYEN participa activamente en reuniones políticas sobre manejo de recursos hídricos, y organiza actividades prácticas basadas en la comunidad en colaboración con autoridades locales.
Su coordinadora nacional, Rianna Gonzales, dijo a IPS que una manera en que los jóvenes de Trinidad y Tobago están ayudando a combatir el cambio climático y a crear resiliencia es a través del programa Adopte un Río, administrado por la Autoridad Nacional de Agua y Saneamiento.
“Esta es una iniciativa para dar participación a la comunidad y a entidades corporativas en la mejora de las cuencas de Trinidad y Tobago de un modo sostenible, integral y coordinado”, señaló Gonzales.
“El objetivo de Adopte un Río es crear conciencia sobre los problemas vinculados a las cuencas locales, y facilitar la participación de entidades públicas y privadas en proyectos sostenibles e integrales para mejorar la situación de ríos y cuencas en Trinidad y Tobago”, añadió.
Sesenta por ciento del suministro de agua potable del país procede de fuentes superficiales, como ríos y corrientes, y se prevé que la demanda hídrica total prácticamente se habrá duplicado entre 1997 y 2025.
Mientras los pronósticos señalan que Trinidad y Tobago se volverá más caliente y seco, se estima que en 2010 la disponibilidad hídrica en el país fue de 1.477 metros cúbicos por año, lo que supone una reducción de 1.000 metros cúbicos por año desde 1998.
La deforestación para dar espacio a vivienda, agricultura, canteras y proyectos viales también aumentó la sedimentación de ríos y las inundaciones severas.
“El desafío del agua en Trinidad y Tobago tiene que ver tanto con la calidad como con la cantidad”, dijo Gonzales.
“Nuestro vital suministro de agua está amenazado por las actividades industriales, agrícolas y residenciales. El vertido indiscriminado de desechos industriales en los cursos hídricos, el bombeo excesivo fuentes de agua subterránea y la contaminación de ríos con desechos domésticos y comerciales están perjudicando la sostenibilidad de los recursos hídricos”, continuó.
“Por lo tanto, hay una necesidad urgente de adoptar un enfoque más coordinado para proteger y manejar nuestro recurso más crucial y finito”, agregó.
El ministro de Relaciones Exteriores del país, Winston Dookeran, sostuvo que se requiere con urgencia proteger la dignidad humana y aliviar a quienes sufren por culpa del cambio climático.
[related_articles]No se puede seguir haciendo las cosas como hasta ahora, planteó, ya que la nación caribeña no está haciendo lo necesario para impedir que el recalentamiento planetario no supere los dos grados. Científicos climáticos señalan que, de superarse ese límite, los efectos serían catastróficos.
Por lo tanto, “es absolutamente necesario implementar acciones urgentes y ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera”, dijo Dookeran a IPS.
“No hay excusas para no actuar”, agregó, pues ya existen opciones económica y tecnológicamente viables para potenciar de modo significativo los esfuerzos por abordar el cambio climático.
“Incluso con un aumento menor a dos grados en las temperaturas mundiales promedio en relación a los niveles preindustriales, pequeños estados insulares como Trinidad y Tobago ya están experimentando eventos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos a consecuencia del cambio climático”, dijo.
El canciller también planteó que en el primer trimestre de este año se implementarán aún más medidas de mitigación que las originalmente establecidas.
“Aunque nuestra contribución con este problema mundial es menor, estamos adoptando un enfoque proactivo, guiados por el reconocimiento de nuestra vulnerabilidad y por la tremenda responsabilidad de salvaguardar el futuro de nuestra población”, dijo.
Trinidad y Tobago entiende que abordar el cambio climático es crucial para su desarrollo, por lo que el gobierno apuesta a la transición hacia una economía baja en carbono y a trabajar para expandir el uso de fuentes renovables en la matriz energética nacional, añadió.
Editado por Kitty Stapp