La equidad de género enfrenta clima adverso en la COP 20

Un grupo de activistas que monitorean la inclusión del enfoque de género en las negociaciones climáticas de la COP 20 en Lima, durante un encuentro informativo el 9 de diciembre. Crédito: Diego Arguedas Ortiz /IPS
Un grupo de activistas que monitorean la inclusión del enfoque de género en las negociaciones climáticas de la COP 20 en Lima, durante un encuentro informativo el 9 de diciembre. Crédito: Diego Arguedas Ortiz /IPS

A pesar del reconocimiento científico internacional de que las mujeres son afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático, los avances para reconocer su importancia durante las negociaciones climáticas que se desarrollan en Lima son escasos y existen amenazas de retrocesos. 

“En los documentos hay referencias a género, pero el lenguaje empleado es débil, por lo que queremos empujar con más fuerza la equidad de género, en lugar del equilibrio de género”, dijo a IPS la nepalí Mrinalini Rai, consejera en temas de género y poblaciones indígenas de Global Forest Coalition.

Rai criticó así la presión de algunos gobiernos, encabezados por Arabia Saudita, de eliminar de textos de la 20 Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) el término equidad de género, conjurado por otro grupo impulsado por México.

La COP 20, que acoge la capital peruana desde el 1 y hasta el 12 de este mes, dedicó este martes 8 la jornada al “Día del Género”, como espacio para reflexionar sobre el rol que deben tener las mujeres en las negociaciones climáticas, entre crecientes corrientes conservadoras sobre el tema.[pullquote]3[/pullquote]

Rai subrayó que “la manera en que las mujeres mitigan y se adaptan ante el cambio climático es diferente a la de los hombres, por eso cuando decimos que queremos equidad de género lo que decimos es que queremos garantizar los derechos de las mujeres en todas las negociaciones y documentos”.

Lo más importante no es lo que digan los documentos en sus textos, sino lo que esto implica para las mujeres en sus vidas, fuera de los salones de negociación. Para Rai, no se trata solo de “reconocer las diferencias”, sino que el lenguaje “sea una manera para presionar en políticas que aterricen en el terreno”.

La activista nepalí trabaja con comunidades indígenas en Tailandia, donde constatado los impactos desproporcionados que sufren las mujeres por el cambio climático, al estar en primera línea en la batalla cotidiana contra el fenómeno, mientras cuentan con menos capacitación y menos reconocimiento de sus derechos que los hombres.

En las montañas de Bolivia, las mujeres de la comunidad de Cebollullo, en el departamento de La Paz, también sienten de cerca el impacto que el cambio climático tiene en su trabajo.

“Nos sentimos marginadas y la experiencia que he visto es que las mujeres están sufriendo mucho por el cambio climático. Nos está afectando, al campo y a la producción. Ya no se sabe cuándo es cada estación y por eso hemos venido a Lima”, dijo a IPS la lideresa de esa comunidad rural e indígena, Bertha Guarachi.

Bertha Guarachi, lideresa de un pequeño asentamiento rural e indígena en el valle de Cebollullo, en Bolivia, llegó a la COP 20, en Lima, para aprender a mejorar  la adaptación al cambio climático para su comunidad. Crédito: Diego Arguedas Ortiz /IPS
Bertha Guarachi, lideresa de un pequeño asentamiento rural e indígena en el valle de Cebollullo, en Bolivia, llegó a la COP 20, en Lima, para aprender a mejorar la adaptación al cambio climático para su comunidad. Crédito: Diego Arguedas Ortiz /IPS

A nivel mundial, un estudio del Instituto de Desarrollo Alemán determinó que las mujeres producían entre 60 y 80 por ciento de los alimentos cosechados en los países en desarrollo.

Pero en contraste, la investigación de 2009 evidenció que solo 10 por ciento de ellas eran propietarias de las tierras agrícolas y cerca de dos por ciento de los títulos de propiedad.

Esto implica que si llegaran fondos de cooperación o donantes para aliviar problemas de vulnerabilidad climática en ciertas zonas agrícolas, es más probable que el dinero termine en las manos de los hombres dueños de las tierras, que en las de mujeres que las trabajan, acentuando aún más la desigualdad de género y los retos ante el recalentamiento planetario.

“El cambio climático no es solamente un tema científico, sino también es cómo afecta a los seres humanos y ahí en particular a las mujeres”, dijo a IPS la experta Elena Villanueva, del Programa de Desarrollo Rural del Centro Flora Tristán, que trabaja el cruce entre género y cambio climático en Perú.

De las tres convenciones creadas en la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992 -la Convención contra la Desertificación, la Convención de la Diversidad Biológica y la CMNUCC- solo esta última no incorporó el tema de género de manera integral, según la Alianza Global en Género y Clima.

Pero, durante la reunión de alto nivel “Hombres y mujeres tomando acción en equidad de género y cambio climático: ¿qué tanto hemos avanzado?” de este martes 9, hubo también reconocimientos al avance en los últimos 20 años en un trato más justo hacia las mujeres dentro de la CMNUCC.

“Estuve como una funcionaria joven de PNUD en Beijing en la conferencia de 1995 y en aquel momento era revolucionario hablar de que los derechos de las mujeres eran también derechos humanos”, dijo en el encuentro Susan McDade, subdirectora del organismo  para América Latina.

“Ahora nadie pondría eso en duda, lo que me hacer ser optimista. También estuve en Río y veo el avance. Cuando veo las negociaciones climáticas, sé que tendrán que moverse también hacia la equidad”, aseguró la alta funcionaria del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

Esta percepción contrasta con la presión de Arabia Saudita y otros gobiernos por eliminar el lenguaje de género más progresista, que ha sido general en Lima. Así sucedió durante al debatir sobre cómo generar iniciativas futuras que permitieran abrir la discusión científica y política sobre género en todo el mundo.

“En esta resolución había una lógica de frenar las palabras igualdad de género y cambiarlas por equilibrio o balance de género, que no es lo mismo”, reconoció Roberto Dondisch, director general de Temas Globales de la cancillería de México.[related_articles]

“Para nosotros la igualdad de género es muy importante y es algo que no es nuevo, que se estableció desde la COP de Cancún (de 2010), entonces no podíamos permitir ir para atrás”, dijo a IPS el alto funcionario mexicano.

De acuerdo con la Alianza Global de Género y Clima, que sigue las negociaciones relacionadas con asuntos de género, la defensa de México logró mantener el término “equidad de género”, pero con matices.

Ana Rojas, representante en la COP 20 de la Alianza, señaló a IPS que el texto perdió fuerza, pues “no quedó equidad como tal”.

“Quedó algo un poco más allá de equilibrio y una mención de equidad de género pero adecuada al contexto cultural”, lo que permitiría que cada país la interprete a su manera, dijo, en una versión corroborada por otros participantes en los debates.

La falta de profundidad en contenidos también se ve reflejada en una menor participación de mujeres en espacios decisivos dentro de la Convención.

Un análisis publicado por la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú a comienzos de mes identificó la disparidad de género en cuerpos de alto nivel de la CMNUCC.

El informe determinó que de 126 miembros en seis cuerpos, como la Comité de Finanzas y el Comité de Adaptación, tres cuartas partes son hombres.

De hecho, pese a las afectaciones desproporcionadas que tiene el cambio climático sobre las mujeres y la potencia que tienen ellas como agentes de cambio mundial, la inclusión formal del género en las negociaciones climáticas de Naciones Unidas data de apenas 2007.

Antes, en los textos de las negociaciones no había una sola mención de género, aseguraron activistas.

Editado por Estrella Gutiérrez

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