Los edificios están entre los mayores consumidores de ciertos recursos naturales. Según la Iniciativa de Construcción Sostenible y Clima, estas suelen usar 40 por ciento de la energía y 25 por ciento del agua del planeta, mientras emiten un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.
Anthony Clayton, profesor de desarrollo sostenible de la jamaiquina Universidad de las Indias Occidentales, dijo que esas estadísticas hacen que los edificios sean fundamentales para construir la resiliencia al cambio climático y reducir los bolsones de pobreza instalados en la región del Caribe.
“Actualmente, la mayoría de los edificios en Jamaica hacen un uso muy ineficiente de la energía y, con una electricidad muy cara, esto disminuye el nivel de ingresos disponibles, que es uno de los factores de desequilibrio de la economía”, explicó.
“Si construimos un mayor estándar de eficiencia energética”, el país será más resistente al cambio climático, opinó.[pullquote]3[/pullquote]
Clayton y su colega Tara Dasgupta trabajan en un prototipo de edificio inteligente cuyos elementos clave serán “eficiencia y sostenibilidad óptima”, con un particular interés en la eficiencia hídrica, las energías renovables, los materiales y los recursos, así como la calidad ambiental interior.
El edificio de “energía neta nula”, el primero de su tipo en la región, está en la etapa de diseño. El Instituto de Desarrollo Sostenible, de la Universidad de las Indias Occidentales, trabaja en colaboración con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en un proyecto de investigación y construcción que asciende a siete millones de dólares.
Clayton, quien integra varios grupos asesores, como el Mecanismo Regional de Negociación del Caribe, la División de Tecnología, Industria y Economía del PNUMA, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), dijo a IPS que la proliferación de asentamientos informales es un gran problema de vivienda en Jamaica y también incide en el calentamiento global.
Según dijo, 20 por ciento de la población de Jamaica vive en tugurios. “Hay viviendas en terrenos no adecuados y en laderas inestables. Si se mezclan las lluvias torrenciales con el cambio climático, quedan expuestas a inundaciones o deslizamientos de tierras”, subrayó.
Muchas de esas viviendas, construidas en terrenos ocupados, no tienen una construcción particularmente buena. “La mayoría de las casas son básicamente de bloque, concreto, lata, madera y están apiñadas. Algunas son solo de madera con techos de chapa corrugada”, precisó Clayton.
Queda mucho trabajo por hacer en Jamaica y el resto del Caribe en lo que respecta a la creación y al fortalecimiento de códigos de construcción que ofrezcan cierta protección contra desastres naturales.
El Instituto de Desarrollo Sostenible emprendió un proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “para evaluar riesgos vinculados al cambio climático y ayudar a construir resiliencia en las viviendas de Jamaica”.
La primera etapa fue “hacer una evaluación de riesgos de viviendas y áreas urbanas y redactar un proyecto legislativo sobre regulación ambiental”.
Entre las conclusiones del trabajo, el médico Kwame Emmanuel, consultor técnico del proyecto, sostuvo que el gobierno es, en parte, responsable de la inseguridad en la construcción.
“El régimen de control del desarrollo es alentar el desarrollo ilegal mediante un largo proceso engorroso para el desarrollo formal”, explicó.
“El gobierno de Jamaica persigue una política de vivienda que busca aumentar la cantidad de casas para personas de bajos ingresos. Un conflicto posible tiene que ver con la ubicación de esos desarrollos de gran densidad”, prosiguió.
“Pueden ubicarlos en áreas vulnerables o sensibles desde el punto de vista ambiental debido al bajo costo de la tierra o la construcción puede aumentar la vulnerabilidad de las zonas adyacentes. Además, quizá la resiliencia climática no figure en el diseño de los emprendimientos o de las unidades” de habitación, añadió Emmanuel.
“Hay una desconexión entre la agenda política y el cronograma del cambio climático. A los dirigentes políticos les preocupan principalmente los problemas que afronta el electorado, como pobreza, el costo de vida, el desempleo, el mal estado de los caminos, entre otros”, apuntó Emmanuel a modo de explicación.
Por esa razón, #es difícil que consideren temas que todavía no se han manifestado del todo, como, por ejemplo, el aumento del nivel del mar”, añadió.[related_articles]
Otro gran problema en Jamaica “es la autonomía de la Corporación para el Desarrollo Urbano y el Ministerio de Vivienda, facilitada por sus propias leyes. Estas normas influenciaron las inconsistencias en los estándares de desarrollo y la explotación de vacíos legales”, añadió.
Tras la evaluación de riesgos, se hicieron propuestas para modificar el actual código de la construcción y asegurar la eficiencia energética y la resiliencia de los edificios frente a eventos climáticos. Las iniciativas actualmente se comparten con profesionales de la construcción, indicó Clayton, y la respuesta ha sido generalmente positiva.
La organización multidisciplinaria MODE revisa los códigos de construcción para el Instituto de Desarrollo Sostenible.
El arquitecto Brian Bernal, gerente de proyecto de MODE que hizo la revisión, dijo a IPS que el proyecto “examina cómo los códigos de construcción pueden servir como avenida para promover, alentar y fortalecer la resiliencia de los edificios al cambio climático a escala nacional y regional”.
“Códigos de construcción sólidos y bien aplicados son muy efectivos para garantizar una mejor calidad en la construcción y, junto con estándares y prácticas ‘verdes’, aumentarán de forma significativa la resiliencia funcional de nuestros edificios”, explicó a IPS.
El grupo hizo la siguiente propuesta para mejorar los actuales códigos de construcción:
• Adoptar, cumplir y actualizar el Código Nacional de Construcción de 2009;
• Adoptar el Código Internacional de Construcción Verde, pues “será el menos difícil de implementar en el código ambiental local”;
• Implementar un sistema de calificación de edificios verdes, que incluya “herramientas voluntarias para calificar el rendimiento ambiental de las construcciones que suelen ser verificadas por una tercera parte para lograr un reconocimiento por el diseño ejemplar y los niveles de conservación” ;
• Dar incentivos a los edificios verdes.
“El principal objetivo de los códigos de construcción es proteger la salud, la seguridad y el bienestar de sus residentes”, indicó Bernal.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme