El plan de China de convertirse en el mayor aliado energético de Costa Rica con la reconstrucción conjunta de una refinería petrolera renació, luego de que los presidentes de los dos países acordaran revisar las condiciones del proyecto durante un encuentro en Brasilia.
Los dos países rubricaron un Acuerdo Marco en 2008, que incluía la participación china en proyectos petroleros, en especial en la modernización y ampliación de la refinería de Moín, en la costa caribeña, con una inversión de 1.500 millones de dólares. Pero críticas de organismos públicos, responsables políticos y organizaciones sociales paralizaron la iniciativa.
La Presidencia costarricense informó mediante un comunicado que Bejing acogió su solicitud de renegociar el proyecto, con el objetivo de “subsanar las inconsistencias de ese contrato”, al que cada contraparte ya aportó 50 millones de dólares.
El canciller Manual González precisó el martes 22 que “no tenemos ningún plazo” para esa revisión en que participarán todas las instituciones involucradas, durante una rueda de prensa en que participó el presidente Luis Guillermo Solís, aunque sin referirse al caso de la refinería.
Solís sostuvo un encuentro bilateral de trabajo con su homologo chino, Xi Jiping, el día 17, en Brasilia. La cita se produjo en el marco de la reunión de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños con Xi, tras culminar la Sexta Cumbre del grupo BRICS, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.[pullquote]1[/pullquote]
La modernización de la refinería de Moín, propiedad de la estatal Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), elevaría la capacidad de procesamiento de 18.000 a 60.000 barriles diarios de crudo. La empresa controla las importaciones petroleras costarricenses y desde el 2011 debe adquirir los productos ya refinados, por el cierre de la planta.
El proyecto de la refinería conjunta, o “refinería china” como se le conoce localmente, fue objeto de críticas de políticos y buena parte de la sociedad civil organizada desde el comienzo.
“Siempre hemos defendido la construcción de una refinería, sea con chinos, rusos o franceses” planteó Patrick Johnson, directivo del Sindicato de Trabajadores Petroleros Químicos y Afines.”Queremos que se aclaren las confusiones… y si el proyecto es beneficioso, que siga porque el país necesita una refinería”, dijo a IPS.
En junio de 2013, la Contraloría General de la República frenó el proceso al considerar que un estudio de factibilidad clave estaba viciado. Desde entonces, el proyecto está paralizado.
Esta renegociación servirá para superar el primer escollo real que encuentra la diplomacia china en Costa Rica. Este país se convirtió en 2007 en el primero de América Central en abrir relaciones diplomáticas con Beijing, en un área del mundo que aún sostiene nexos con Taiwán, lo que para China es incompatible.
“Al tener una embajada aquí es más fácil manejar asuntos con América Central”, apuntó a IPS la sinóloga Patricia Rodríguez, quien fue ministra consejera en la embajada de San José ante Beijing entre 2008 y 2010.
China es ya el segundo socio comercial de Costa Rica, después de Estados Unidos. Sus ventas a Bejing pasaron de 91 millones de dólares en 2000 a 1.500 millones en 2011, cuando entró en vigor un Tratado de Libre Comercio suscrito un año antes.
En el plano estratégico, la refinería conjunta entre Recope y la estatal China National Petroleum Corporation International (CNPCI) representa su proyecto estrella en el país y para desarrollarlo se constituyó en 2009 la empresa conjunta Sociedad Reconstructora Chino Costarricense (Soresco).
La inversión prevista es de 1.500 millones de dólares en total, de los cuales Soresco recibiría 900 millones en préstamo del Banco Chino de Desarrollo y el resto lo aportará cada socio. La construcción y remodelación de la planta consumirá 1.200 millones de ese total.
La obra debía empezar al comenzar este año y extenderse por 42 meses. La determinación de su parálisis por la Contraloría obedeció, entre otros elementos, a que el estudio de factibilidad del proyecto lo realizó una subsidiaria de CNPCI, lo que vició la evaluación.
La resolución tuvo como efecto el “paralizar el proyecto de modernización de la refinería por completo, al dejarlo desprovisto de los estudios técnicos necesarios para su continuación”, explica Recope en una demanda presentada contra la Contraloría por la medida.
Pese al dictamen, la administración de la conservadora Laura Chinchilla (2010-mayo 2014) mantuvo su defensa de la refinería. Pero el centroizquierdista Solís prometió ya durante la campaña electoral renegociar el acuerdo, al considerar lesivos algunos aspectos del contrato.
El pedido de renegociar el proyecto contó con el respaldo de sectores políticos y en particular del diputado Ottón Solís, economista y profesor universitario y una de las primeras voces en alzarse contra aspectos del acuerdo.
“Nosotros tenemos poder negociación de China, tenemos un enorme poder de negociación porque China está desesperada por abrir la negociación con Costa Rica y este país tiene prestigio”, dijo a IPS el legislador del gobernante Partido Acción Ciudadana.
A su juicio, “si insinuamos que con China no se puede negociar porque se aprovecha con contratos leoninos, se va a alertar todo el mundo y los otros países no van a querer negociar con ellos” y eso tiene valor a la hora de negociar.
Una de las promesas que acompañaron el proyecto de refinería fue el abaratamiento del costo final del combustible, que actualmente tiene un recargo de 41 por ciento entre impuestos y márgenes de ganancia de estaciones de servicio y de operación de Recope.
Este mes la gasolina en Costa Rica cuesta el equivalente a 1,48 dólares el litro, lo que la convierte en la más cara de América Central. Datos oficiales de 2012 indican que el consumo petrolero del país se sitúa en 53.000 barriles (159 litros) diarios.
“El combustible es un elemento fundamental para la estabilidad de precios porque hay servicios públicos que dependen de su precio, como el transporte público y la electricidad, igualmente sucede con el aparato productivo”, dijo a IPS el presidente de Consumidores de Costa Rica, Erick Ulate.
Durante el encuentro con Solís, el presidente chino también convino ampliar el plazo de estudio para el proyecto de ampliación de la carretera que conecta San José con el puerto caribeño de Limón, por donde salen 90 por ciento de las exportaciones del país. Esta ampliación se construiría con un crédito de Beijing de 395 millones de dólares.