El destello blanco que el 28 de febrero de 1954 generó la prueba nuclear conocida como “Castle Bravo”, en el atolón de Bikini, quedó grabado a fuego en la memoria de Tony de Brum. El actual ministro de Relaciones Exteriores de las Islas Marshall, en el océano Pacífico, tenía entonces apenas nueve años.
Aquella explosión fue 1.000 veces más poderosa que la de la ciudad japonesa de Hiroshima, dijo De Brum a los delegados presentes en la tercera reunión para preparar la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), programada para mayo de 2015.
La reunión, que durante dos semanas se desarrolló en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, concluyó de manera decepcionante el viernes 9.
John Burroughs, director ejecutivo del Comité de Abogados sobre Política Nuclear y de la oficina en la ONU de la Asociación Internacional de Abogados Contra las Armas Nucleares, dijo a IPS que la reunión, conocida en inglés como PrepCom, logró adoptar una agenda para la conferencia de 2015.
Sin embargo, y aunque “eso no sorprendió a nadie”, no consiguió nada más, agregó.
Burroughs, miembro del equipo legal internacional de las Islas Marshall, dijo que el acontecimiento más importante de la PrepCom fue el anuncio de que estas habían presentado el 24 de abril sendas demandas contra los nueve estados nucleares: los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), más Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.[pullquote]1[/pullquote]
Las demandas, elevadas a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sostienen que esos países no cumplieron con sus obligaciones de desarme nuclear y de cese de la carrera por hacerse de armas atómicas que estipula el TNP y el derecho internacional general, dijo Burroughs.
Entre 1946 y 1958, Estados Unidos llevó a cabo 67 ensayos nucleares en las Islas Marshall, causando problemas sanitarios y ambientales que todavía afectan a esa nación de poco más de 68.000 habitantes.
El TNP, que entró en vigor en 1970, requiere que la conferencia de revisión se realice cada cinco años. La última se celebró en 2010.
Las únicas potencias nucleares que se han negado a firmar el tratado son India, Pakistán, Israel y Corea del Norte (que lo hizo y después se retiró).
El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Yun Byung-Se, quien presidió una reunión del Consejo de Seguridad sobre armas de destrucción masiva, destacó en mayo que Corea del Norte “es el único país del mundo que ha realizado ensayos nucleares en el siglo XXI”.
“No obstante los esfuerzos de la comunidad internacional, Corea del Norte ha continuado desarrollando sus armas nucleares a lo largo de las últimas dos décadas, y ahora amenaza con su cuarto ensayo nuclear”, añadió.
Si Pyongyang logra abastecerse de armas atómicas, perjudicará seriamente el régimen del TNP y exacerbará las tensiones y la inestabilidad en el nororiente de Asia, planteó.
El embajador Enrique Román-Morey, de Perú, quien presidió la PrepCom, admitió que la reunión fue capaz de acordar un plan de acción para el TNP.
“Pero esto se debió a la falta de tiempo, no a la falta de voluntad política”, dijo, explicando que la PrepCom no negocia.
También señaló que cuando se debate sobre asuntos nucleares hay problemas “desde la primera letra hasta la última” del documento en cuestión.
Un “documento de trabajo” elaborado durante la PrepCom es la base para futuras negociaciones en el marco de la conferencia de revisión.
Bajo el TNP, todas las partes se comprometen a no transferir armas nucleares, así como a no ayudar ni alentar a ningún estado no nuclear a fabricar armas atómicas o a adquirirlas de ninguna otra forma.
De modo similar, cada estado no nuclear asume la responsabilidad de no recibir la transferencia de armas atómicas, de no manufacturarlas y de no conseguirlas de otras maneras.
Burroughs dijo a IPS que la PrepCom de mayo, como ocurrió con las de años anteriores, no logró llegar a un consenso sobre las recomendaciones para la conferencia de 2015.
Muchos estados rechazaron el esfuerzo de la presidencia de la reunión por redactar un documento de compromiso.
Los estados nucleares bajo el TNP sostuvieron que los compromisos asumidos en la conferencia de revisión de 2010 a propósito del desarme y control de las armas atómicas deberían mantenerse en el siguiente lustro, agregó.
Según Burroughs, el Movimiento de Países No Alineados y otras agrupaciones de estados no nucleares plantearon que la conferencia de 2015 debería adoptar un plan de acción de mayor alcance, que derive en la eliminación -verificada y con plazos- de las armas atómicas en un futuro cercano.
Muchos estados no nucleares también dijeron que las recomendaciones propuestas deberían haber tenido mucho más en cuenta a las conferencias sobre las consecuencias humanitarias de las explosiones nucleares, así como a la primera reunión de alto nivel sobre desarme nuclear de la historia, celebrada el 26 de septiembre de 2013 en la Asamblea General.[related_articles]
Según Burroughs, el debate en la PrepCom sentó las bases para la consideración de una cuestión crucial de cara a la conferencia de revisión del año próximo: “¿Deberían insistir los estados no nucleares, aunque hacerlo no redunde en un resultado acordado, en que la conferencia ponga en marcha negociaciones multilaterales para lograr un mundo sin armas nucleares?”.
En la conferencia de 2010 se asumió un esfuerzo serio a tal fin, pero los estados nucleares lo rechazaron.
“¿O acaso deberían una vez más, como en las conferencias de 1995, 2000 y 2010, acordar compromisos menores que han quedado ampliamente sin cumplir?”, planteó Burroughs.
De todos modos, la mayoría de esos compromisos continúan teniendo validez y siendo relevantes ocurra lo que ocurra en la conferencia de 2015.
Thomas M. Countryman, secretario adjunto de la Oficina de Seguridad Internacional y No Proliferación del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo a los delegados presentes en la PrepCom que en 2015 Washington buscará “acrecentar el éxito de la conferencia 2010 de revisión del TNP, en la que se aprobó un exhaustivo Plan de Acción de 64 ítems, el primero de su clase en los 44 años de historia del tratado”.
Estados Unidos publicará un informe nacional sobre las medidas adoptadas hasta ahora para implementar elementos clave del Plan de Acción de 2010, que usa un marco común acordado por los cinco estados nucleares que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, señaló Countryman.
“También pondremos de relieve nuestras contribuciones con programas de la Agencia Internacional de Energía Atómica que aprovechan los usos pacíficos de la energía nuclear para esfuerzos como el combate a enfermedades, la mejora de la seguridad alimentaria y el manejo de los recursos hídricos”, agregó.