Las generaciones nacidas en Cuba en las últimas dos o tres décadas, permeadas por influencias de sociedades diferentes a la que se empeña en construir el gobierno, están en el ojo de la tormenta ideológica que alimenta el conflicto entre La Habana y Washington.
La Casa Blanca reconoció el jueves 3 que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) hizo funcionar entre 2009 y 2012 la red social ZunZuneo, el “Twitter cubano” dirigido a los jóvenes, que llegó a tener 40.000 suscriptores.
Su presunto fin era desestabilizar al gobierno de Raúl Castro y provocar su caída, y dejó de funcionar cuando se quedó sin recursos.
“Los jóvenes de hoy son tan reacios a que les impongan una marcha por el 1 de Mayo como a que, a través de mensajes, se los llame a hacer manifestaciones. Es la misma idea de mandarles a hacer lo que otros quieran”, comentó a IPS el periodista de 29 años Antonio Rodríguez, que decidió emigrar a Estados Unidos por razones económicas y para reunirse con su padre.
Sin embargo, “los jóvenes son el público principal (de este tipo de actividades) porque siempre son los que llevan a cabo los cambios sociales. Las personas mayores ya tienen criterios preconcebidos, mientras los jóvenes son rebeldes en sí y tratan de cambiar”, afirmó. “Pero nosotros estamos muy enfrascados en salir de las dificultades económicas, en el día a día. El espíritu de manifestarse, de hacer huelga, se perdió”.
Miguel Castro, trabajador independiente de 32 años, señala que quienes tienen hoy 25 son hijos de la crisis que se desató en Cuba con la caída en 1991 de la Unión Soviética, de la que dependía su economía.
“Su compromiso político con la generación histórica (de la Revolución de 1959) se lesionó, no han visto que el discurso político oficial se actualice a la realidad y necesidades de los más jóvenes”, opinó.
Un estudio del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas señala que las aspiraciones sociopolíticas siguen teniendo un peso alto en el estudiantado universitario, a diferencia de segmentos de menor nivel de educación o laboral, en los que la participación política cayó al último lugar en la escala de intereses.
La juventud “era el objetivo perfecto para este plan, que también se benefició de funcionar en forma remota”, dijo a IPS en Washington Peter Kornbluh, destacado investigador sobre América Latina del National Security Archive, una institución no gubernamental que se dedica a la desclasificación sistemática de documentos del gobierno estadounidense.[pullquote]3[/pullquote]
La generación más joven de Cuba “está completamente distanciada de la Revolución. Ellos crecieron durante el período posterior a la disolución de la Unión Soviética y nunca vieron realmente sus beneficios. Además, les interesan las comunicaciones y el mundo moderno”, agregó.
El ZunZuneo (en Cuba ruido que produce el vuelo de los zunzunes o colibríes) se basó en mensajes de texto y vino a pegar en la línea de flotación de un problema cubano: el restringido acceso a las telecomunicaciones y a Internet que tiene la gente común, y que el gobierno atribuye a causas económicas.
En mayo de 2012, autoridades venezolanas anunciaron que estaba operativo el cable submarino de fibra óptica que se extendió hasta Cuba. Pero el gobierno cubano permaneció en silencio al respecto hasta enero de 2013 y no está claro que la conectividad general haya mejorado.
El uso social creció con la apertura de 145 salas que prestan servicio de Internet, correo electrónico internacional y navegación por la red nacional, según lo que contrate el cliente. Y desde marzo, los usuarios de teléfonos móviles pueden consultar su correo electrónico del dominio @nauta.cu.
Pero en este país de 11,2 millones de habitantes, hasta mediados de marzo había dos millones de personas con teléfonos celulares, sobrepasando los 1,27 millones de líneas fijas, una densidad de solo 28,9 líneas de teléfono por cada 100 habitantes.
La operación ZunZuneo se financió con 1,6 millones de dólares que estaban públicamente asignados a un proyecto no especificado de la Usaid en Pakistán.
Sus usuarios nunca supieron que detrás de la red estaba una agencia estadounidense vinculada al Departamento de Estado ni que el programa suponía almacenar sus datos personales para su eventual uso futuro con fines políticos.
“Se trata de una versión moderna de las campañas de propaganda encubierta de la CIA (Agencia Central de Inteligencia). Tiene todos los elementos clásicos: empresas ficticias, desvíos de fondos, actores multinacionales con compañías en Londres, España y Managua y cuentas bancarias secretas”, comentó Kornbluh.
Es una “mentira descarada” la declaración del portavoz de la Casa Blanca (Jay Carney) de que no se trató de una operación encubierta, opinó.
“Parece que la Usaid es la nueva CIA, en especial su Oficina de Iniciativas Transicionales, una entidad turbia y misteriosa que se dedica, evidentemente, a ejecutar planes encubiertos para conseguir un cambio de régimen en Cuba”, añadió Kornbluh.[related_articles]
La revelación sobre el ZunZuneo fue resultado de una investigación que publicó el jueves 3 la agencia de noticias estadounidense AP y causó considerable revuelo en el gobierno y los medios estatales cubanos.
Según el cable de AP, tras lograr la audiencia de cientos de miles de suscriptores, el contenido de los mensajes de ZunZuneo se tornaría político para inspirar a los cubanos a lanzar convocatorias de «multitudes pensantes», concentraciones masivas que fueran organizadas rápidamente y pudieran desencadenar una «primavera cubana», en referencia a las revoluciones que estallaron en 2011 en Medio Oriente.
En una declaración entregada a los periodistas extranjeros en Cuba el jueves, la directora de la División Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, sostuvo que “se demuestra una vez más que (Washington) no ha renunciado a sus planes subversivos contra Cuba”.
De acuerdo a Kornbluh, la Usaid obtiene 20 millones de dólares por año para su proyecto Democracia en Cuba “y tiene que encontrar formas creativas para gastarlos”.
“Esta fue creativa, aunque en definitiva resultó un completo fracaso, tal como lo fue el proyecto de Alan Gross”, dijo Kornbluh en referencia al contratista de la Usaid que cumple una condena de prisión de 15 años en Cuba por participar en planes subversivos.
“Mirada en retrospectiva, esta campaña parece estúpida, excepto por el hecho de que su revelación justamente ahora amenaza con desbaratar cualquier clima de entendimiento que pudiera estar gestándose en Washington y en La Habana para mejorar las relaciones en el futuro” , concluyó el experto.
Con aportes de Ivet González (La Habana) y Jim Lobe (Washington).